5 de abril de 2014



PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Jeremías    11, 18-20

    El Señor de los ejércitos me lo ha hecho saber y yo lo sé. Entonces tú me has hecho ver sus acciones.
    Y yo era como un manso cordero, llevado al matadero, sin saber que ellos urdían contra mí sus maquinaciones: « ¡Destruyamos el árbol mientras tiene savia, arranquémoslo de la tierra de los vivientes, y que nadie se acuerde más de su nombre!»
    Señor de los ejércitos, que juzgas con justicia, que sondeas las entrañas y los corazones, ¡que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he confiado mi causa!
Palabra de Dios.

SALMO   
Sal 7, 2-3. 9bc-10. 11-12 (R.: 2a) 
R.    Señor, Dios mío, en ti me refugio.

    Señor, Dios mío, en ti me refugio:
    sálvame de todos los que me persiguen;
    líbrame, para que nadie pueda atraparme
    como un león, que destroza sin remedio. R.

    Júzgame, Señor, conforme a mi justicia
    y de acuerdo con mi integridad.
    ¡Que se acabe la maldad de los impíos!
    Tú que sondeas las mentes y los corazones,
    tú que eres un Dios justo, apoya al inocente. R.

    Mi escudo es el Dios Altísimo,
    que salva a los rectos de corazón.
    Dios es un Juez justo
    y puede irritarse en cualquier momento. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan    7, 40-53

    Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: «Este es verdaderamente el Profeta.» Otros decían: «Este es el Mesías.» Pero otros preguntaban: « ¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?» Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él.
    Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: « ¿Por qué no lo trajeron?»
    Ellos respondieron: «Nadie habló jamás como este hombre.»
    Los fariseos respondieron: « ¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita.»
    Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: « ¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?»
    Le respondieron: « ¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta.»
    Y cada uno regresó a su casa.
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

En esta lectura primeramente, el profeta hace una confesión a causa de una persecución de sus compatriotas y familiares; en segundo lugar Jeremías plantea una cuestión sobre la felicidad de sus perseguidores y la aparente desventura de los buenos, finalmente, aparece una lamentación del mismo Yahvé porque lo han forzado a abandonar a su pueblo.
El profeta experimenta profundamente la persecución que, a causa de su predicación, están tramando contra él incluso sus familiares y sus amigos. Consciente de su propia debilidad, pide ayuda a Yahvé. Esta persecución, y tal vez la experiencia de otros casos de justos que sufren y de impíos que viven felices, lo mueve a preguntar a Yahvé por qué los malos viven llenos de bendiciones.
La respuesta de Yahvé lo desconcierta: verá cosas todavía peores y, a pesar de ello, tendrá que resistir firmemente y cumplir su deber entre inseguridades. El mismo Yahvé se debate entre su deseo de salvar y demostrar positivamente su amor, y su sentido de la justicia, que le obliga a castigar y corregir a su pueblo.
Está claro que leer esta confesión en momentos en que nos preparamos a revivir la Pascua del Señor obedece a la idea de que en Pascua se juega algo fundamental: el sincero sufrimiento de Dios a causa de sus hijos, y del Hijo a causa de sus hermanos. La salvación siempre pasará por el desconcierto, por la cruz, por la oscuridad de la fe. Pero el cristiano que se dispone a rememorar y revivir la Pascua, ve a través de la incertidumbre, la claridad y la luz de la nueva vida que el Señor instaura venciendo a la muerte.
***
En el evangelio vemos cómo la persona de Jesús, concretamente su origen, provoca discusiones y posturas diversas. Se ignora lo más profundo de su personalidad: su origen divino. La vida de los hombres se decide según la actitud vivencial que se tome con respecto a Jesús.
La escena evangélica de hoy se desarrolla en torno a las fiestas de las chozas o de los tabernáculos, una de las tres ocasiones que los israelitas visitaban Jerusalén. Era una fiesta cargada de mesianismo y de expectativas. Para muchos, esta fiesta se asociaba al triunfo definitivo de la experiencia del Reino de Dios y nadie quería perderse tal espectáculo; menos todo lo que iba a ocurrir en la ciudad santa de Jerusalén.
Este es el motivo por el que había allí tanta gente, y las preguntas que se hacen acerca de Jesús; asociando su misteriosa, popular, y profética personalidad. En ella, muchos habían depositado expectativas mesiánicas, en medio de la dominación romana, que mantenía en la ciudad una rigurosa guardia de soldados, para mantener el control público.
El tema que se discute es la posibilidad de que Jesús sea o no el Mesías, se barajan los criterios de lugar, clase social, autoridad en la enseñanza, continuidad con las instituciones, etc. Según los fariseos, la opinión oficial es normativa para todos; los individuos no tienen derecho a formarse un juicio; desprecian al pueblo porque no conoce la Ley y no puede practicarla; sólo quienes estudian pueden estar bien con Dios; la suya es una religión de privilegiados. Los fariseos confunden el conocimiento de la Ley con el conocimiento de Dios.
Jesús aparece nuevamente como signo de contradicción porque los guardias, encargados de prenderlo, quedan maravillados de cómo habla. En cambio los dirigentes del pueblo discuten entre ellos y no lo quieren reconocer, a pesar de que los motivos que presentan son débiles al lado de los grandes signos que hace Jesús.
Las palabras y actitudes de Jesús siguen creando desconcierto y confusión en muchas personas. Mientras el pueblo esperaba un gran profeta o a Elías mismo en persona; aparece Jesús cuestionador de la estructura, y el poder religioso del Templo. No es posible que un campesino, venido de Galilea, se atreva a criticar el poder central. El pueblo entra aún en mayor confusión, cuando los dirigentes judíos encuentran en Jesús más motivos de condenación que de aprobación.
No seguir a los maestros de la ley era un gran problema. Pero seguir a un carpintero pueblerino, que ofrece vida eterna como enviado del Padre, ponía en riesgo de ser acusados de blasfemia.
Por eso la autoridad establecida, empieza a cuestionar la procedencia de Jesús y plantea abiertamente la posibilidad de una condena. Nicodemo, fariseo, apoyándose en la Ley, exige un juicio justo; son las obras, no los prejuicios, las que han de decidir. Los fariseos han hecho de la Ley un instrumento de injusticia. Ellos no responden a lo que ha planteado Nicodemo, no atienden a razones; lo tachan de ignorante y lo atacan invitándolo a estudiar y ver que de Galilea no salen profetas. Están cegados por su aversión a Jesús. Ni consideran la posibilidad de que sea el Mesías.
Jesús sigue siendo signo de contradicción en el mundo: divide a los hombres y a sus opiniones con su sola presencia. Obliga a definirse, a tomar posición, así como lo hizo en su época palestinense, lo hace también ahora. El galileo perseguido, es Señor de su destino y del destino de todos. Los cristianos proclamamos que es Jesús de Nazaret. Es el Señor; Él nos lo ha dicho con palabras y obras y espera que le creamos:
“Yo soy el Enviado por el Padre, el Camino, la Verdad y la Vida”.
Necesitamos optar, porque Dios no se impone; se ofrece, se entrega. Y queda para nosotros la decisión a favor de Él o contra Él. Es una cuestión personal que cada uno con la ayuda del Espíritu Santo tiene que resolver. Los milagros sirven de poco, si no tenemos las disposiciones de humildad y de sencillez para reconocer en Jesús la presencia del Reino. Ante los mismos hechos, vemos a los judíos divididos, y a los hombres de hoy también. Y es que, en cuestiones de fe y amor no se puede dar una respuesta tibia, a medias: la vocación cristiana comporta una respuesta radical, tan radical como fue el testimonio de entrega y obediencia de Cristo en la Cruz.

PARA DISCERNIR

¿Mi fe es intelectual o dejo que se exprese a través de la realidad más profunda de mi necesidad?
¿Someto a Dios a la prueba de mi inteligencia y de mi sabiduría?
¿Valoro la fe del pueblo sencillo o la desprecio?
¿Valoro su expresión sensible como manifestación de cariño o la desvalorizo creyendo que es magia o fetichismo?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA

…Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…La condición del cristiano, en la medida en que ser cristiano es resignarse a estar a merced de alguien, es algo singularmente inconfortable. Y usted lo sabe muy bien. En el fondo, lo que teme es, como dice muy bien, que una vez metido el dedo en el engranaje no se sabe dónde podrá ir a parar. Ciertamente, no se nos oculta que lo que impide tener fe a los que no la tienen es eso. Como es también lo que impide tener más fe a los que ya la tienen.
Siempre es grave introducir a otro en la propia vida, incluso desde el punto de vista humano; se sabe que ya no será posible disponer enteramente de uno. Dejar a Jesús entrar en la vida propia encierra un riesgo terrible. No se sabe hasta dónde nos llevará. Y la fe es precisamente eso. Jamás se me hará creer que es confortable.
Tomar en serio a Jesucristo es aceptar en la propia vida la irrupción de lo Absoluto del Amor, aceptar el ser arrastrado hacia no se sabe dónde. Y ese riesgo es al mismo tiempo la liberación, porque, en definitiva, después de todo, sabemos bien que sólo deseamos una cosa: ese Amor absoluto; y que, en última instancia, se nos despoja de nosotros mismos. Esto quiere decir, y me parece lo esencial, que la fe no aparece como una manera de acabar con las aventuras de la inteligencia, como una tranquilidad que uno se concedería cuando queda aún mucho por buscar. La fe no es una meta, sino un punto de partida. Introduce nuestra inteligencia en la más maravillosa de las aventuras, que es contemplar un día a la Trinidad… 
J. Daniélou, Escándalo de la verdad, Madrid 1962, 136-137.

PARA REZAR

¡Feliz de ti! 
Si tienes un corazón limpio,
libre de maldades y malicias,   
libre de dobleces y falsedades,
libre de orgullo y autosuficiencia,
libre de odios y rencores. 
Feliz de ti
si tienes un corazón limpio,
libre de cegueras y caprichos,
de egoísmos y resentimientos,
abierto a la verdad y el amor,
para buscarlos apasionadamente
a lo largo del camino de la vida. 
Feliz de ti
si tienes un corazón limpio,
que te permita ver a Dios
en el rostro de tus hermanos.

LECTIO DIVINA

¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan    7, 40-53

Algunos de la multitud que lo habían oído, opinaban: «Este es verdaderamente el Profeta.» Otros decían: «Este es el Mesías.» Pero otros preguntaban: «¿Acaso el Mesías vendrá de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David y de Belén, el pueblo de donde era David?» Y por causa de él, se produjo una división entre la gente. Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él.
Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y estos les preguntaron: «¿Por qué no lo trajeron?»
Ellos respondieron: «Nadie habló jamás como este hombre.»
Los fariseos respondieron: «¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita.»
Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: «¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?»
Le respondieron: «¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta.»
Y cada uno regresó a su casa.
Palabra del Señor.

LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy es la escena final que se inicia en el capítulo 7 y que tiene como contexto geográfico Jerusalén y como contexto litúrgico judío la fiesta de las chozas. Aquellos textos fueron parte de la lectio divina del día de ayer.
El antecedente inmediato del relato de hoy es una escena impactante durante la fiesta solemne del agua que tiene a Jesús como protagonista excluyente. (vs.37-39). Durante toda la fiesta de las chozas, cada día se llevaba agua al Templo desde el estanque de Siloé. Un coro repetía Isaías 12.3, y luego el sacerdote vertía el agua en tierra.
El último día, el más importante, el Señor parado en ese lugar hace una declaración mesiánica clara y audaz “El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí” (vs.37b).
Toda la discusión de los versículos siguientes, tienen entonces como sustrato esa declaración de Jesús.
La discusión está planteada en tres grupos. Estaban los que opinaban que Jesús era “el Profeta”, los que decían abiertamente “es el Mesías” y los que deslizaron una pregunta de interpretación bíblica, en donde el lugar de procedencia y de descendencia, toman un lugar central. (vs. 40-42).
La división fue tan profunda que provocó que algunos querían detener a Jesús, cosa que ni siquiera éstos se animaban a llevar a cabo. (vs.44).
Los guardias ahora regresan a los oficiales. Lo que se describe en esta última sección (vs.45-52) debe haber sucedido en una reunión oficial del Sanedrín. Lo que de inmediato atrajo la atención del Concilio fue que los oficiales regresaron con las manos vacías; es decir, sin Jesús. Muy sorprendidos, los superiores exclamaron: “¿Por qué no lo trajeron?”. En su respuesta, los guardias muestran que les habían impresionado mucho las palabras de Jesús y tuvieron el valor de admitirlo: “Nadie habló jamás como este hombre”.
Llenos de violencia, los fariseos, al advertir que Jesús ha impresionado a los que habían sido enviados para arrestarlo y que los ha encantado, prorrumpen en una exclamación llena de ira, en una acusación llena de sarcasmo “¿También ustedes se dejaron engañar? ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? En cambio, esa gente que no conoce la Ley está maldita.” La respuesta es discriminatoria, intimidatoria, condenatoria y autoritaria. ¿Cómo estos plebeyos se atreven a opinar distinto, o por su cuenta, en discordancia a los “dueños de la religión”?
Sin embargo imprevistamente entra en escena un personaje conocido en el texto juanino, Nicodemo.
Sus dichos atacan justamente el núcleo hipócrita e ignorante de los fariseos “¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?”.
Lo notable del argumento de Nicodemo es que ahora es uno con autoridad religiosa quien cuestiona la exégesis farisea. Los que un momento antes han reprendido a la “chusma” por ignorancia de la ley, ven ahora puesta al desnudo su propia ignorancia.
El precipitado veredicto de los del Sanedrín, juicio que implicaba que a los ojos de ellos Jesús era un farsante (7.47), merecedor del arresto (7.32) e incluso de la muerte (5.18), era una tosca violación de una ley humana básica – que incluso los paganos observaban – confirmada por una ordenanza mosaica (Ex.23.1; Dt.1.16-17), en el sentido de que la justicia debe ser imparcial y siempre debe dar al hombre la oportunidad de que se le escuche antes de condenarlo.
Con burla e indignación evidentes los fariseos respondieron y le dijeron: “¿Tú también eres galileo? Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta”. La respuesta sigue el espíritu autoritario, xenófobo y descalificador como la anterior. Ni siquiera escucharon, y mucho menos reflexionaron, en la verdad escritural y de sentido común que Nicodemo les presentó. Su agenda criminal no estaba dispuesta a detenerse ante cuestionamientos de nadie. El fin es inminente, pero debe dilatarse. Lo muestra la frase final del relato: “Y cada uno regresó a su casa” (vs.53).

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿De qué manera, la persona de Jesús sigue provocando y desafiando a la sociedad a este tipo de debates?
¿Me siento identificado en la intervención de Nicodemo? ¿En qué medida?
¿Qué causó la ceguera de los fariseos y cómo se puede prevenir?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, que pueda yo interpretar las Escrituras con humildad y dependencia del Espíritu Santo para poder ser sabio en mis opiniones sobre tu persona.
Señor, que sea yo feliz por retener tu palabra con un corazón dispuesto y pueda dar frutos de constancia.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Observo la escena y busco interpretar el núcleo argumental de las distintas posiciones para poder recrear el texto bíblico en mi mente.
Pienso en cuál hubiera sido mi actitud de haber estado presente en el debate.

ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Cómo voy a retener la palabra de Dios para utilizarla cuando llegue el tiempo oportuno?
¿Cuál va a ser mi espíritu de presentación de la palabra de Dios ante discusiones de tipo religiosa?

¿Qué cuidados voy a tomar para no tener una interpretación y uso inadecuado de las Escrituras?

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