La verdad los hará libres
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de
Daniel 3, 14-20. 24-25. 28
Nabucodonosor tomó la palabra
y dijo: « ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed Negó, que ustedes no sirven a mis
dioses y no adoran la estatua de oro que yo erigí? ¿Están dispuestos ahora,
apenas oigan el sonido de la trompeta, el pífano, la cítara, la sambuca, el
laúd, la cornamusa y de toda clase de instrumentos, a postrarse y adorar la
estatua que yo hice? Porque si ustedes no la adoran, serán arrojados
inmediatamente dentro de un horno de fuego ardiente. ¿Y qué Dios podrá
salvarlos de mi mano?»
Sadrac, Mesac y Abed Negó
respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: «No tenemos necesidad de darte una
respuesta acerca de este asunto. Nuestro Dios, a quien servimos, puede
salvarnos del horno de fuego ardiente y nos librará de tus manos. Y aunque no
lo haga, ten por sabido, rey, que nosotros no serviremos a tus dioses ni
adoraremos la estatua de oro que tú has erigido.»
Nabucodonosor se llenó de
furor y la expresión de su rostro se alteró frente a Sadrac, Mesac y Abed Negó.
El rey tomó la palabra y ordenó activar el horno siete veces más de lo
habitual. Luego ordenó a los hombres más fuertes de su ejército que ataran a
Sadrac, Mesac y Abed Negó, para arrojarlos en el horno de fuego ardiente.
El rey Nabucodonosor quedó
estupefacto y se levantó rápidamente. Y tomando la palabra, dijo a sus
cortesanos: « ¿No eran tres los hombres que fueron atados y arrojados dentro
del fuego?»
Ellos le respondieron,
diciendo: «Así es, rey.»
El replicó: «Sin embargo, yo
veo cuatro hombres que caminan libremente por el fuego sin sufrir ningún daño,
y el aspecto del cuarto se asemeja a un hijo de los dioses.»
Nabucodonosor tomó la palabra
y dijo: «Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed Negó, porque ha enviado a
su Ángel y ha salvado a sus servidores, que confiaron en él y, quebrantando la
orden del rey, entregaron su cuerpo antes que servir y adorar a cualquier otro
dios que no fuera su Dios.»
Palabra de Dios.
SALMO
Dn 3, 52a y cd. 53. 54-55.
56
R. ¡A ti, gloria y honor eternamente!
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito sea tu santo y glorioso Nombre.
Alabado y exaltado eternamente. R.
Bendito seas en el Templo de tu santa gloria.
Aclamado y glorificado eternamente
por encima de todo. R.
Bendito seas en el trono de tu reino.
Aclamado por encima de todo
y exaltado eternamente. R.
Bendito seas tú, que sondeas los abismos
y te sientas sobre los querubines.
Alabado y exaltado eternamente por encima de todo. R.
Bendito seas en el firmamento del cielo.
Aclamado y glorificado eternamente
por encima de todo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio
según san Juan 8, 31-42
Jesús dijo a aquellos judíos
que habían creído en él:
«Si ustedes permanecen fieles
a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la
verdad los hará libres.»
Ellos le respondieron: «Somos descendientes
de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces:
“Ustedes serán libres”?»
Jesús les respondió: «Les
aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado. El esclavo no permanece
para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre. Por eso,
si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. Yo sé que ustedes son
descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra
en ustedes.
Yo digo lo que he visto junto
a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre.»
Ellos le replicaron: «Nuestro
padre es Abraham.»
Y Jesús les dijo: «Si ustedes
fueran hijos de Abraham obrarían como él. Pero ahora quieren matarme a mí, al
hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero
ustedes obran como su padre.»
Ellos le dijeron: «Nosotros no
hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios.»
Jesús prosiguió: «Si Dios
fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él.
No he venido por mí mismo, sino que él me envió.»
Palabra del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
En la primera lectura, el profeta nos narra cómo el
Señor envía un ángel a salvar a sus siervos. Los justos son aquellos que en
medio del fuego de las pruebas y persecuciones mantienen la fidelidad y
la confianza en Dios, que los hace libres. Los tres jóvenes son imagen
del pueblo fiel que persevera en la alabanza, a pesar de las dificultades.
El rey de Babilonia ha levantado un gran ídolo en
medio de la llanura y ha convocado a la muchedumbre; todos alineados, tendrán
que rendirle culto. Se impone la religión del Estado. Está prohibido pensar de
modo distinto que el rey y el que se niega a hacerlo es enviado al gran horno.
Los «tres jóvenes» de Daniel han elegido no someterse a nadie, sino sólo
a Dios.
Aquí se manifiesta la fe y la esperanza invencibles de
los que creen en Dios, ni el tormento del fuego es capaz de hacerlos renegar.
El Dios de Sidraj, Misaj y Abed-Nego es el Dios de Israel; por tanto, los
israelitas han de proceder de semejante manera. El fuego destinado a devorar a
los creyentes quema a los impíos que lo encienden, y los fieles son capaces de
caminar por las llamas bendiciendo a Dios.
Los judíos estaban orgullosos de ser hijos de Abraham
y se creían por eso, interiormente libres y superiores, aunque externamente
estuvieran sometidos al poder de Roma. Jesús les dice que la verdadera
esclavitud del hombre no consiste en una servidumbre externa, sino
en la esclavitud del pecado.
Para San Juan, pecar es convertirse en esclavo, tener
por padre al “padre de la mentira”; los judíos son pecadores porque no aceptan
a Cristo, “la Verdad” y, por tanto, esclavos; de ahí que no pueden ser hijos de
Abrahán, hijos de la libertad. Sólo Jesús es el verdadero Hijo de Dios,
conocedor del Padre. Y por eso sólo El puede dar la verdadera libertad.
No son libres los judíos meramente por ser herederos
de Abrahán, a pesar de estar orgullosos de ello. Si no pueden liberarse del
pecado, son esclavos. Si no buscan alcanzar la verdad, son esclavos. Si no
creen en el Enviado de Dios, siguen en la oscuridad y la esclavitud. Y al
contrario: si se mantienen en la palabra de Jesús “conocerán la verdad y la
verdad los hará libres”.
Jesús les muestra a los judíos que no basta con la
descendencia carnal, genética. La verdadera descendencia es la del corazón.
Sólo es verdadero hijo de Abrahán el que hace la voluntad de Dios, escucha su
Palabra y obedece, como hizo el patriarca hace tantos siglos, como hizo el mismo
Jesús; y como lo debe vivir cada discípulo.
Así como para Israel la Pascua fue la liberación de
Egipto, estamos caminando a la celebración de la Pascua, que es dejarse
comunicar la libertad del Resucitado.
El cristiano es un hombre libre porque ha sido liberado
por Cristo, llamado a ser dueño de todas las cosas y a no estar sometido a
nadie. El cristiano es un servidor lleno de obediencia, que por amor se somete
libremente a todos. Lo paradójico, del evangelio es que la esclavitud del amor
compasivo y servicial a los demás, es el signo de haber alcanzado la liberación
de toda otra esclavitud.
Jesús es perfectamente libre, porque es perfectamente
Hijo. Ama a su Padre y en nombre de ese amor da su vida. Es libre porque ama:
no está apegado a sí mismo. Nada lo detiene. Ningún egoísmo. Ningún obstáculo
al amor.
Sólo el amor libera. Amar
sólo al Dios verdadero. Someterse sólo al Dios verdadero. Es el único medio
para no estar sometido a nadie y liberarse de cualquier ídolo.
La Pascua de Jesús quiere
ser para nosotros un crecimiento en libertad interior. En medio de un mundo que
nos ofrece muchos valores, pero también nos tienta con contravalores que nos
llevan irremediablemente a la esclavitud, se nos invita a ser libres.
Nos toca vivir en una sociedad pluralista y compleja,
en la que Jesús nos pide que permanezcamos firmes y motivados por la fe en
su Palabra.
En medio de una maraña de corrientes y conductas,
tendremos que crecer en la libertad que nos da la verdad de Cristo. Y esto no
es algo que alcanzamos con el simple esfuerzo; se da cuando le dejamos campo
abierto a Dios para que obre en nuestra vida y su gracia nos anime a dar pasos
de seguimiento a Jesús: el hombre libre y liberador.
PARA
DISCERNIR
¿Cuál es el fruto que da en mi vida la opción por
Cristo?
¿Cuál es la obra que me está diciendo a mí si opto por
Cristo o no?
¿Experimentamos que la verdad nos hace libres?
¿Nos sentimos libres, o tenemos que reconocer que hay
cadenas que nos atan? ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez de qué somos
esclavos?
REPITAMOS A
LO LARGO DE ESTE DIA
…Para que seamos libres nos ha liberado Cristo…
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
…La libertad consiste precisamente en el poder de darse. La existencia humana, en su originalidad, es una oferta, un don, y la libertad se lleva a cabo en el encuentro con el Otro. La grandeza del hombre está dentro de nosotros [...] porque sólo el hombre puede tomar la iniciativa del don al que está llamado. Dios no puede violar la libertad porque es él mismo quien la suscita y la hace inviolable. Jesús, Dios, de rodillas ante sus apóstoles, es la tentativa suprema para avivar la fuente que debe brotar para la vida eterna.
En su muerte atroz, Jesús revela el precio de nuestra
libertad: la cruz. Lo cual quiere decir que nuestra libertad
a los ojos del Señor Jesús tiene un valor infinito. Muere para que la libertad nazca en el diálogo de amor que la llevará a plenitud. Nadie como Jesús ha tenido pasión por el hombre, nadie como él ha puesto al hombre tan alto, nadie como Jesús ha pagado el precio de la dignidad humana. Cristo introduce una nueva escala de valores. Esta transformación de valores se inaugura con el lavatorio de los pies, ¡y el mundo cristiano todavía no se ha dado cuenta! Jesús nos da una lección de grandeza, porque la grandeza ha cambiado de aspecto: no consiste en dominar, sino en servir…
a los ojos del Señor Jesús tiene un valor infinito. Muere para que la libertad nazca en el diálogo de amor que la llevará a plenitud. Nadie como Jesús ha tenido pasión por el hombre, nadie como él ha puesto al hombre tan alto, nadie como Jesús ha pagado el precio de la dignidad humana. Cristo introduce una nueva escala de valores. Esta transformación de valores se inaugura con el lavatorio de los pies, ¡y el mundo cristiano todavía no se ha dado cuenta! Jesús nos da una lección de grandeza, porque la grandeza ha cambiado de aspecto: no consiste en dominar, sino en servir…
M. Zundel, Estupor y pobreza, Padua
1990, 19s.
PARA REZAR
Jesús hombre libre
Nosotros tenemos tu secreto.
Podremos ser como tú.
Felices seremos si recibimos tu mensaje.
Es un mensaje en clave,
por eso el mundo no lo entiende.
Tampoco nosotros seremos comprendidos
si acertamos a cumplirlo en nuestras vidas.
Podremos llegar a entenderlo?
Tú nos aseguras que seremos libres
si las riquezas no nos atan,
si sabemos compartir con los demás,
si aguantamos las ofensas sin vengarnos,
si sentimos en nosotros las desgracias ajenas,
si buscamos la justicia
por encima de nuestros intereses,
si tratamos de comprender y perdonar,
si nuestra mirada y nuestro corazón son limpios,
si ponemos paz en nuestro interior y en derredor nuestro,
si nos desprecian y persiguen por obrar rectamente,
si interpretan mal el bien que hemos hecho.
Jesús, es sencillo, pero nada fácil.
Por eso pedimos tu ayuda.
Lo que nosotros no podemos,
que tu Espíritu lo realice en nosotros,
para que cada día nos sintamos más libres
y nos vayamos pareciendo a Tí.
LECTIO DIVINA
Si el Hijo los libera serán
realmente libres
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Juan 8, 31-42
Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él:
«Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis
discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres.»
Ellos le respondieron: «Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido
esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: "Ustedes serán
libres"?»
Jesús les respondió: «Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado.
El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece
para siempre. Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.
Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque
mi palabra no penetra en ustedes.
Yo digo lo que he visto junto a mi Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido
de su padre.»
Ellos le replicaron: «Nuestro padre es Abraham.»
Y Jesús les dijo: «Si ustedes fueran hijos de Abraham obrarían como él. Pero
ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de
Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre.»
Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo
Padre, que es Dios.»
Jesús prosiguió: «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he
salido de Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.»
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
El versículo
31, donde Juan identifica la audiencia a la que Jesús dirige estas palabras,
presenta dificultades con el resto del relato. Esto es porque comienza hablando
a “aquellos que habían creído en él”, y luego les dice a éstos que “ahora
quieren matarme”(vs37). Más aún, si se sigue el diálogo más allá de la lectura
de hoy, en el vs. 44 Jesús dice que “ustedes tienen por padre al demonio”.
¿Cuál es el significado de “creer” en este Evangelio?
Juan usa el
verbo “creer” (pisteúo) alrededor de cien veces, pero nunca emplea el
sustantivo “fe”. El uso frecuente del verbo en combinación con la
ausencia total del sustantivo demuestra que para Juan la fe no es como un
objeto. Es un proceso dinámico, creemos en Él mientras seguimos viviendo
sobre la base de su persona y su palabra. Para Juan la fe es verbo y no
sustantivo.
El desarrollo
anterior arroja más luz sobre la profundidad de la primera afirmación de Jesús,
en donde las palabras permanencia y fidelidad cobran un sentido central: “Si
ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos”.
(vs.31b). También explica el por qué buscaban matarle “…porque mi palabra
no penetra en ustedes” (vs.37).
Pero es la
segunda afirmación la que produce una fuerte reacción de estos judíos
creyentes: “conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (vs.32).
Estas palabras son una moneda de dos caras. Por un lado, la interpretación es
la alegría del encuentro del camino a la libertad, pero por el otro el
necesario reconocimiento de que uno está esclavizado. Esto último, que fue
interpretado en clave política y social: “Somos descendientes de Abraham
y jamás hemos sido esclavos de nadie”, además de no ser una verdad histórica,
los alejaba de la profundidad de las palabras del Maestro.
Jesús les está
diciendo que son esclavos de ellos mismos en el presente y a causa del pecado
que reina desde Adán en todo ser humano “…todo el que peca es esclavo del
pecado” (vs.34). Es más, se revela a sí mismo como el libertador
verdadero y definitivo “…si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres”
(vs.36).
En el vs. 37
Jesús retomó lo que los creyentes dijeron en el vs. 33 “ustedes son
descendientes de Abraham…” y de ahí en adelante todo el resto del capítulo gira
alrededor de este tema. Jesús comenzó a cuestionar la identidad que sus oyentes
ostentaban, sobre la base de que se identificaban a sí mismos como hijos de Abraham.
No se trataba de cuestiones biológicas: el mismo Jesús admitió que eran
descendientes biológicos de Abraham (vs.37). El cuestionamiento fue ético, no
genético. En esto Jesús siguió una línea profética muy vieja. Aparece no sólo
en Juan el Bautista (Mt.3.9) sino, por lo menos implícitamente, en Jeremías
9.25-26. La clave para identificar a la gente son sus acciones (vs. 37-39,40).
Estas, diferentes de las de Abraham, demostraban que pertenecían a otro padre.
Finalmente,
cuando los judíos sacan a lucir su credencial filial con Dios mismo “…tenemos
un solo Padre, que es Dios”, Jesús no duda en revelarse abiertamente como el
Hijo de Dios enviado por el Padre como el Mesías prometido: “yo he salido de
Dios y vengo de él. No he venido por mí mismo, sino que él me envió” (vs.42).
Siguiendo la lógica discursiva de Jesús, si lo que dicen sus interlocutores
fuera cierto desde el punto de vista espiritual, no sólo no buscarían matarlo,
sino lo amarían: “Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían”.
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿Tengo
conciencia de mi esclavitud al pecado y la necesidad de un permanente
libertador?
¿De qué manera
el creer cobra una dimensión dinámica para mí?
¿Cuál es mi
comprensión de ser un verdadero hijo de Dios?
ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, gracias
porque en tu palabra conocemos la verdad que nos hace libres.
Señor,
ayúdanos a permanecer fieles a tus palabras.
Dios, que
nuestras obras muestren que somos tus hijos como así también nuestro amor
profundo a Jesucristo.
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Trato de
introducirme en la escena pero sin preconceptos, intentando no juzgar a los que
polemizan con Jesús, sino entendiéndolos y mirando con humildad mi propio
corazón y pensamientos.
ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Qué acciones
y conductas voy a hacer y/o dejar de hacer para permanecer fiel a la palabra de
Jesús?
¿Cómo voy a
mostrar visiblemente mi amor a Jesús que me identifica como hijo de Dios?
¿De qué manera
práctica voy a vivir la verdad liberadora de las palabras de Jesús?
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