21 de mayo de 2014

21 de mayo de 2014 – MIÉRCOLES DE LA SEMANA V DE PASCUA

Permanecer en Él para dar mucho fruto

PRIMERA LECTURA 
Lectura de los Hechos de los Apóstoles    15, 1-6

    Algunas personas venidas de Judea enseñaban a los hermanos que si no se hacían circuncidar según el rito establecido por Moisés, no podían salvarse.
    A raíz de esto, se produjo una agitación: Pablo y Bernabé discutieron vivamente con ellos, y por fin, se decidió que ambos, junto con algunos otros, subieran a Jerusalén para tratar esta cuestión con los Apóstoles y los presbíteros.
    Los que habían sido enviados por la Iglesia partieron y atravesaron Fenicia y Samaría, contando detalladamente la conversión de los paganos. Esto causó una gran alegría a todos los hermanos.
    Cuando llegaron a Jerusalén, fueron bien recibidos por la Iglesia, por los Apóstoles y los presbíteros, y relataron todo lo que Dios había hecho con ellos.
    Pero se levantaron algunos miembros de la secta de los fariseos que habían abrazado la fe, y dijeron que era necesario circuncidar a los paganos convertidos y obligarlos a observar la Ley de Moisés.
    Los Apóstoles y los presbíteros se reunieron para deliberar sobre este asunto.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 121, 1-2. 3-4a. 4b-5 (R.: Cf. 1) 
R.    Vamos con alegría a la Casa del Señor.

    ¡Qué alegría cuando me dijeron:
    «Vamos a la Casa del Señor!»
    Nuestros pies ya están pisando
    tus umbrales, Jerusalén. R.

    Jerusalén, que fuiste construida
    como ciudad bien compacta y armoniosa.
    Allí suben las tribus,
    las tribus del Señor. R.

    Según es norma en Israel
    para celebrar el nombre del Señor.
    Porque allí está el trono de la justicia,
    el trono de la casa de David. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan    15, 1-8

    Jesús dijo a sus discípulos:
    «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
    Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
    Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
    La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.» 
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

Antioquía en Siria era símbolo de una “iglesia” en la que habían entrado muchos gentiles. Jerusalén en Judea, símbolo de una “iglesia” compuesta mayoritariamente de antiguos judíos. Una cierta categoría de cristianos, muy apegados a la tradición, a quienes se designa con el término de «judaizante», tenían mucho empeño en permanecer fieles a la Ley de Moisés, que practicaban antes de su conversión a Jesucristo. Unos de este grupo que bajaron de Judea quieren imponer leyes claramente judaizantes y se producen conflictos en la iglesia de Antioquia.
Entre esos dos grupos de cristianos hay muy poco en común, salvo la “fe” en el mismo Cristo. Tienen una conciencia del bien y el mal con categorías culturales distintas. Viven costumbres alimenticias opuestas: mientras los venidos de la gentilidad comen de todo, los judíos consideran impuros varios alimentos. Los modos de plegaria son absolutamente distintos.
Se corría el riesgo de hacer «dos» Iglesias. Se decidió entonces que Pablo y Bernabé subieran a Jerusalén cerca de los Apóstoles y de los Ancianos para tratar con ellos esta cuestión. Fueron bien recibidos y todos «se reunieron a examinar el asunto». La decisión la van a tomar dialogandoponiendo en común argumentos, y discerniendo en común lo que es más fiel a la voluntad de Dios. Se produce así el primer Concilio de Jerusalén.
***
Jesús en su discurso de despedida no esconde a los discípulos los peligros y dificultades que deberán afrontar en el futuro. No deben acobardarse ni agobiarse ante el odio del mundo, porque Jesús renueva la promesa del envío del Defensor. Pero el peligro mayor no viene de fuera: la peor amenaza puede surgir del corazón del propio discípulo al no vivir el amor fraterno y faltar a la unidad con la Cabeza de este Cuerpo que ahora se forma. La recomendación a la unidad que hará Jesús será a partir de la alegoría de la Vid y los sarmientos.
La imagen de la viña era tradicional en la Biblia, para traducir el amor de Dios para con su pueblo. La “viña” era “el pueblo de Dios”. La comparación del viñador es muy concreta: en invierno corta toda rama seca y la echa al fuego… y poda una parte de las ramas buenas a fin de que la savia se concentre y dé mayor número de racimos. Si una viña no es podada, acaba por no dar más que hojas.
Jesús se define como la vid verdadera, la cepa, el tronco, mientras a sus discípulos los llama los sarmientos. De la vid pasa la savia, o sea, la vida, a los sarmientos, si «permanecen» unidos a la vid. Si no, quedan secos, no dan fruto y se mueren o son cortados.
La metáfora hace presente la unión íntima y vital que Cristo quiere que exista entre Él y sus discípulos. Esta es una unión más profunda que la que se expresa en otras comparaciones: entre el pastor y las ovejas, o entre el maestro y los discípulos. Es un «trasvase»
íntimo de vida desde la cepa a los sarmientos, desde sí a los discípulos.
Necesitamos a Jesús como alma de nuestra vida. Estar unidos a Jesús, como el Evangelio nos plantea, es recibir; beber la savia de Jesús es asimilar su modo de pensar, semejante al del Padre, y hacer las obras que Él hace.
Sin estar unidos personalmente a Jesús, lo que hacemos con nuestras solas fuerzas es estéril. Las personas y las situaciones no van a cambiar en la medida en que nosotros nos esforcemos para que así sea, sólo Jesús puede tocar los corazones y cambiar la realidad.
La mayor alegría del Padre Viñador es que demos “fruto abundante”. Incluso, para conseguirlo, a veces recurrirá a la «poda», para que el fruto sea mayor.
Será fruto
la vida con sentidodiscípulos que viven en esperanzacon serenidad, alegría, fortaleza en medio de las dificultades. Personas capaces de ayudar a los demás, sostenerlos en sus fragilidades porque la seguridad y fortaleza que tienen son las que da Jesús; como la vid al sarmiento.
En la medida en que nuestra vida permanece unida a la de Jesús, como los sarmientos a la vid por medio de la vida de la gracia, la Eucaristía, la oración, la lectura y el compromiso con la Palabra de Dios, nuestros frutos son los frutos de nuestro tronco. La razón de ser del discipulado está en que reciba de Jesús su forma de ver, de pensar y de actuar, de tal manera que corra por su vida la vida del Maestro, como corre por las ramas la savia del tronco.

PARA DISCERNIR

¿Trato de llegar a Dios por la especulación de la razón o por la dinámica del amor?
¿Busco desde mis méritos alcanzar la vida en Dios?
¿Pretendo entender a Dios o dejarme entender por Él?
¿Trato de alcanzar a Dios o me dejo alcanzar por Él?
¿Me abandono confiadamente en Él o me guardo algo por si acaso?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

…Jesús es la vid y nosotros los sarmientos…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…El arte de vivir en íntima unión con Jesús se puede ejercitar de tres maneras: en primer lugar, manteniéndonos siempre en su presencia, sin perderlo nunca de vista. Este arte consiste, esencialmente, en acostumbrarse a oír a Jesucristo en sí mismo mediante el recuerdo de su divina presencia en nosotros, mediante la costumbre arraigada de realizar actos de amor con él y mediante la gracia que Dios nos concede a fin de crear unas íntimas relaciones de familiaridad entre él y el alma. La disposición más importante que se requiere es pensar en él con motivo de todo, representarnos su vida, su pasión y sus dichos, porque de este modo es como se crea una dulce familiaridad.
En segundo lugar, corresponder fielmente y con exactitud a las inspiraciones del cielo. Es preciso seguir a Jesús con corazón atento, ávido de escuchar su Palabra y seguir sus invitaciones. En tercer lugar, con humildad de corazón: así como los que viven en la corte deben seguir la regla de una perfecta corrección exterior, también Ios que Forman la corte de nuestro Señor deben ser conscientes de la grandeza de la vocación cristiana y vivir con ansiedad y amor humilde… 
J. J. Surin, Un fundamento de la vida espiritual, Roma 1994.

PARA REZAR

Jesús es:
La Luz que debe ser encendida,
la Vida que se debe vivir,
el Amor que debe ser amado,
la Palabra que debe ser dicha,
la Alegría que se debe compartir,
la Paz que se debe dar,
el Pan de la Vida que se debe comer,
el Hambriento que debe ser sustentado,
el Sediento que debe ser saciado,
el Desnudo que debe ser vestido,
el Desalojado que hay que acoger,
el Solitario que se debe amar,
el Despreciado que debe ser recibido.
Madre Teresa de Calcuta.

LECTIO DIVINA 

El que permanece en mí, y yo en él,
da mucho fruto
   

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     15, 1-8 

Jesús dijo a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde.
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»
Palabra del Señor.

1.     LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·   Guías para la lectura: 

Jesús vuelve a utilizar la fórmula de presentación divina veterotestamentaria “Yo Soy”. Esta vez lo hace recurriendo a una relación simbólica muy conocida por el pueblo judío, la de la vid (Sal 80.8-16; Is 5.1-7; Jer 5.9-11; 12.10-11; Ez 15.1-6; 19.10-14). Siguiendo con las imágenes comparativas de Jesús, si antes había tomado el lugar del Templo y de Moisés, ahora toma el lugar de Israel. Es también en los evangelios sinópticos donde se ve de qué manera Jesús utilizó la imagen de la vid o de la viña en sus enseñanzas (Mt.20.1-28; 21, 28.33-41), allí el Reino de los cielos se compara con un viñedo cuyo dueño es Dios. 
La identificación de cada elemento de la metáfora es clara: Jesús es la vid (v.1 a; 5), el Padre es el viñador (v.1b) y los discípulos son los sarmientos (v.5). 
En su “rol” de vid, Jesús revela de sí mismo que es la vid verdadera (v.1), dando lugar a interpretar que había otras “vides” así como había “otros pastores” (10.1-18).   No es nuevo en las afirmaciones personales de Jesús en este Evangelio el presentarse de esta forma, ya se había dicho que era “la luz verdadera” (1.9) y el “pan verdadero” (6.32). Además, como el uso común de la metáfora de la vid en el Antiguo Testamento era para referirse a la infidelidad del pueblo de Israel, de esta manera Jesús se presenta como el Israel verdadero en su misión histórica.  
El Señor aclara que los sarmientos son suyos (v.15.2 “…mis sarmientos…”). También que su palabra ya ha hecho una tarea de limpieza en ellos “Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié” (v.3),  lo que es una reiteración de lo dicho en la escena del lavado de los pies (v. 13.10). 
Por su parte, el Padre como “viñador” tiene un rol activo, selectivo y purificador en la imagen: corta los sarmientos que no dan fruto (v.2a) y al que da fruto, lo poda para dé más todavía (v.2b). Tan interesado está el Padre en el resultado de esta tarea que Jesús dice:  “La gloria del Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y sean mis discípulos” (v.8). 
Pero es sin dudas, la relación entre la vid y los sarmientos, o entre el Señor y sus discípulos, la que ocupa el lugar central en la enseñanza de Jesús.  La relación está presentada de manera imperativa como una permanencia recíproca “Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes” (v.4a).  Recordemos que la palabra “permanencia” es clave en la estructura cristológica del Evangelio de Juan. De la decisión de permanencia de los sarmientos (los discípulos), no de la vid (Jesús) que se da por sobreentendida, depende el fruto: “Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí”  (v. 4); “El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer.  Más aún, la no permanencia es presentada por Jesús de manera terminantemente trágica “Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; y después se recoge, se arroja al fuego y arde” (v.6). Finalmente, se vuelve a asociar la persona de Jesús con sus palabras y a ésta con los frutos de la oración: “Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán” (v.7)

2.     MEDITACIÓN - ¿QUÉ  ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
  
·                       Preguntas para la meditación: 

Ø   ¿De qué manera yo mantengo mi permanencia en Jesús según esta metáfora?
Ø   ¿Qué importancia tiene para mi vivencia espiritual cercana a Jesús la tarea del Padre como “viñador”?
Ø   ¿Qué significa que Jesús se otorgue a sí mismo el rol de vid en la imagen?

3.     ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a permanecer siempre unido a Ti como los sarmientos a la vid. Que mi vida dé el fruto que Tú esperas, facilitando la tarea del Padre de “podarme” para dar más todavía. 

4.     CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
       
Me tomo unos minutos para leer detenidamente y en voz alta cada palabra del texto e imaginando la metáfora.
Escribo un detalle de lo que significa ser un sarmiento que permanece y cómo lograrlo. 

5.     ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                        Preguntas para la acción: 

Ø   ¿De qué manera intentaré vivir para ser un sarmiento que dé fruto?
Ø   ¿Qué importancia le daré a las palabras de Jesús en mi vida de discípulo?

Ø   ¿Qué cuidados voy a tomar en mi vida cristiana para no separarme de la vid?

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