27 de mayo de 2014


Pero si me voy, enviaré un Defensor

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles    16, 22-34

    La multitud se amotinó en contra de ellos, y los magistrados les hicieron arrancar la ropa y ordenaron que los azotaran. Después de haberlos golpeado despiadadamente, los encerraron en la prisión, ordenando al carcelero que los vigilara con mucho cuidado. Habiendo recibido esta orden, el carcelero los encerró en una celda interior y les sujetó los pies en el cepo.
    Cerca de la medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban las alabanzas de Dios, mientras los otros prisioneros los escuchaban. De pronto, la tierra comenzó a temblar tan violentamente que se conmovieron los cimientos de la cárcel, y en un instante, todas las puertas se abrieron y las cadenas de los prisioneros se soltaron. El carcelero se despertó sobresaltado y, al ver abiertas las puertas de la prisión, desenvainó su espada con la intención de matarse, creyendo que los prisioneros se habían escapado. Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, estamos todos aquí.»
    El carcelero pidió unas antorchas, entró precipitadamente en la celda y, temblando, se echó a los pies de Pablo y de Silas. Luego los hizo salir y les preguntó: «Señores, ¿qué debo hacer para alcanzar la salvación?»
    Ellos le respondieron: «Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y toda tu familia.»
    En seguida le anunciaron la Palabra del Señor, a él y a todos los de su casa. A esa misma hora de la noche, el carcelero los atendió y curó sus llagas. Inmediatamente después, fue bautizado junto con toda su familia. Luego los hizo subir a su casa y preparó la mesa para festejar con los suyos la alegría de haber creído en Dios. 
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 137, 1-3. 7c-8 
R.    Señor, tu derecha me salva.

    Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
    te cantaré en presencia de los ángeles.
    Me postraré ante tu santo Templo. R.

    Daré gracias a tu Nombre
    por tu amor y tu fidelidad.
    Me respondiste cada vez que te invoqué
    y aumentaste la fuerza de mi alma. R.

    Tu derecha me salva.
    El Señor lo hará todo por mí.
    Tu amor es eterno, Señor,
    ¡no abandones la obra de tus manos! R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan    16, 5-11

    En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
    «Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: “¿A dónde vas?” Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.
    Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.
    El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.» 
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

El escenario de la narración de hoy es la ciudad y colonia romana de Filipos, donde Pablo funda la primera comunidad cristiana de Europa con ocasión de su segundo viaje. El relato presenta a Pablo que ha liberado de un demonio de adivinación, a una esclava que los había seguido por toda la ciudad dando grandes gritos. Los dueños de la esclava, la explotaban haciéndola adivinar por dinero y ven que han perdido una fuente de ingresos, por eso denuncian a Pablo y Silas que son luego detenidos.
Estando en la cárcel se produce un terremoto que abre las puertas de la prisión y deshace las ligaduras de todos. El carcelero de Filipos fue preservado del suicidio por la confortadora palabra de Pablo: “no te hagas daño, aquí estamos todos”.
La liberación milagrosa y la actitud honesta de Pablo que no aprovecha para escapar lleva a la conversión del carcelero y de su familia. Y lo que había comenzado tan dolorosa y dramáticamente termina en la alegría y en la luz y los cantos de la fiesta. El carcelero junto con su familia hace fiesta por la fe recibida, y agasaja a los apóstoles.
Pablo no duda en invocar sus derechos de ciudadano romano y fuerza a los magistrados a presentar excusas. La palabra de Dios no podrá ser encadenada, aunque encadenen a sus predicadores.
***
Los discípulos siguen sin comprender la muerte como marcha al Padre; para ellos es el fin de todo. Se llenan de tristeza al pensar en la ausencia, que ellos interpretan como separación definitiva. El mundo se presenta para ellos como un adversario muy fuerte y, sin Jesús, se sienten indefensos.
Cristo afirma que vuelve al Padre porque su misión ha terminado y el Espíritu Paráclito será el testigo de su presencia. El modo de vida que El tendrá después de su resurrección no será ya perceptible por los sentidos, sino solamente por la fe. Cristo trata de convencer a sus apóstoles de que no busquen ya una presencia física, sino que descubran en la fe la presencia “espiritual”.
La nueva presencia del Señor en medio de los suyos presentará las características de un juicio. En el curso de su pasión, Cristo perderá su proceso contra el mundo: será convicto de pecado. Pero el Espíritu apelará y cambiará la sentencia: se hará justicia a Cristo ante el tribunal del Padre y el mundo será convicto de pecado. Según Jesús, el Espíritu, el Abogado, es el que hará justicia mostrando a los discípulos la justicia de Dios que resucitando a Jesús de entre los muertos lo ha glorificado delante de toda la humanidad.
Aparte del aspecto judicial de la presencia del Espíritu, el Evangelio subraya su papel educativo. Cristo aún tiene muchas revelaciones que hacer; no son verdades nuevas que Jesús no haya enseñado; pero falta aún profundizar en su enseñanza, comprenderla mejor y confrontarla con los acontecimientos. Los apóstoles no pueden realizar este trabajo, porque sólo disponen, todavía, de un conocimiento demasiado humano.
Jesús dice a los discípulos que la presencia y ayuda del Espíritu Santo es más necesaria que su misma presencia externa. El Espíritu va a dar a los discípulos la posibilidad de amar como Jesús. Hasta ahora Jesús es para ellos un modelo; el Espíritu hará que sea la fuente interior de su vida. Enviando al Espíritu, Jesús es consciente de multiplicar su Presencia: el Espíritu no tiene ningún límite, puede invadirlo todo.
La Iglesia en su misión profética, corriendo todos los riesgos que esto signifique, no sólo debe denunciar el pecado del mundo, sino proponer y trabajar dando respuestas concretas, nacidas del Evangelio para una vida y un camino nuevo del hombre. Gracias al querer del Padre, la redención del Hijo y la acción constante del Espíritu Santo, todos podemos responder con total fidelidad a su llamada, ayudando a los otros a hacerlo.
No estamos solos, tenemos en nosotros, en cada uno de nosotros, en la realidad de nuestra vida personal, el don, la presencia, la fuerza del Espíritu que nos ha sido dado para ser testigos de Jesucristo. Pide una vida de discípulos coherente con el Evangelio de Jesús.

PARA DISCERNIR

¿Soy consciente de la lucha que se juega en mi vida y en el mundo?
¿Asumo los valores de Cristo y trato de crecer en ellos para que el enemigo no me agarre desprevenido?
¿Pido al Espíritu su fuerza y su luz?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DIA

…El Príncipe de este mundo ya ha sido condenado…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

…En el Evangelio, Jesús nos comunica la fuerza del Espíritu. El es consciente de la misión que se le ha encomendado: dar testimonio del Padre. Toda su acción y sus palabras son la expresión de la voluntad de Dios. Después de su muerte, los discípulos continúan su obra bajo la dirección del Espíritu. Ellos saben que continuar la obra no es repetir milimétricamente los gestos de Jesús. La repetición, la imitación, constituyen una acción puramente exterior. Los discípulos se abren al Espíritu del Resucitado para que los transforme y los configure con el Hijo. De este modo, su acción y sus palabras se convierten en una fuerza creativa que actualiza la presencia de Jesús en nuestra historia humana.
El Espíritu de Jesús es para la comunidad de discípulos una luz que ilumina la realidad. Así, se descubre quién incurre en pecado: todo aquél que prescinde de una opción ética para vivir; quién es inocente: el ser humano que entrega su vida como testimonio de la justicia y la verdad; y quién recibe el juicio de Dios: el sistema que tiene la injusticia como ley…
Servicio Bíblico Latinoamericano 

PARA REZAR

PEDIMOS EL ESPÍRITU 
Querido Jesús:
nos enseñaste con palabras y con tu ejemplo
cuál es la misión y el objetivo de la Iglesia, tu pueblo,
para que ella sea, en medio de la humanidad,
la gran manifestación de la presencia
de Dios Salvador,
sin tener en cuenta la raza,
el color o la cultura de cada pueblo,
pues todos por igual estamos llamados
a participar del Reino. 
Por eso le pedimos a Dios, por tu intermedio,
que toda la Iglesia, como esta comunidad,
sepa hacerse todo para todos
a fin de que la buena noticia
sea divulgada y conocida
por todos los que buscan
la verdad con sincero corazón. 
Te pedimos que envíes tu Santo Espíritu
como lo enviaste sobre los Apóstoles en Pentecostés
para que no solo vivamos conforme a tu Palabra
sino también para que seamos una comunidad misionera.

LECTIO DIVINA

Si no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     16, 5-11

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: "¿A dónde vas?" Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.
Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.
El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.»
Palabra del Señor.

LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

Jesús quiere hacer ver a sus discípulos que no deben entristecerse por su partida, porque en realidad esa partida será un bien para ellos: “Les conviene que yo me vaya” (16,7). Porque es necesario que Jesús sea glorificado, que pase por la cruz para liberarnos del pecado y resucite llegando glorioso a la presencia del Padre, para poder enviarnos así al Espíritu Santo: “Si no me voy no vendrá a ustedes el Paráclito” (16,7).
Y la presencia interior del Espíritu Santo es una riqueza y un tesoro que los discípulos no podían ni siquiera imaginar; porque es el Espíritu el que derrama la gracia divina en los corazones y hace presente la vida de Jesús en lo íntimo de los creyentes. Pero este texto describe la obra del Espíritu Santo de un modo extraño; dice que el Espíritu Santo convence a los creyentes “de un pecado, de una justicia, de una sentencia” (16,8).  En definitiva esto significa que el Espíritu saca a la luz el error del mundo que no da a Cristo su lugar y que se mueve con falsos valores que no son su mensaje de amor. Y toda la miseria que el mundo trata de ocultar y disfrazar sale a la luz en toda su negrura gracias a la acción del Espíritu en nuestros corazones.
El Espíritu hace ver el pecado de incredulidad del mundo, y así muestra cómo el camino que ofrece el mundo es ceguera, oscuridad, sinsentido. Hace ver la justicia, porque muestra que la verdadera justicia, la de Dios, está del lado de Cristo y no de las mentiras del mundo, y hace ver también una sentencia, porque Dios ya ha sentenciado a los poderes del mal, ya los ha condenado, aunque aparentemente ellos lleven las de ganar, aunque parezcan victoriosos.

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Por qué fue conveniente la partida de Jesús?
¿Qué significa espiritualmente que el príncipe de este mundo ya ha sido condenado?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Convénceme Espíritu Santo, hazme ver la miseria de las vanidades del mundo, hazme ver el vacío de una vida sin Cristo, no permitas que olvide que la verdad está en Él, aunque a veces el mundo me deslumbre con su apariencia.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

¿En qué aspectos de mi vida la presencia del Espíritu Santo me conforta, me anima, me consuela?
Reflexiono en los conceptos de pecado, justicia y juicio tal como los explica Jesús y medito en sus consecuencias hoy.

ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Cómo viviré en plenitud la presencia del Espíritu Santo en mi vida?
¿De qué manera compartiré con otros lo relevante de creer en Jesús para dejar el pecado de la incredulidad?
¿Cómo viviré la alegría de la victoria de Cristo sobre el príncipe de este mundo?
  

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