…Sean sal y
luz…
PRIMERA
LECTURA
Lectura del primer libro de los
Reyes 17, 7-16
Al cabo de un
tiempo, el torrente se secó porque no había llovido en la región. Entonces la
palabra del Señor llegó a Elías en estos términos: «Ve a Sarepta, que pertenece
a Sidón, y establécete allí; ahí yo he ordenado a una viuda que te provea de
alimento.»
El partió y se fue
a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que estaba
juntando leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme en un jarro un poco de
agua para beber.» Mientras ella lo iba a buscar, la llamó y le dijo: «Tráeme
también en la mano un pedazo de pan.»
Pero ella
respondió: «¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan cocido, sino sólo un
puñado de harina en el tarro y un poco de aceite en el frasco. Apenas recoja un
manojo de leña, entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos,
y luego moriremos.»
Elías le dijo: «No
temas. Ve a hacer lo que has dicho, pero antes prepárame con eso una pequeña
galleta y tráemela; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así habla
el Señor, el Dios de Israel: El tarro de harina no se agotará ni el frasco de
aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie
del suelo.»
Ella se fue e hizo
lo que le había dicho Elías, y comieron ella, él y su hijo, durante un tiempo.
El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la
palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 4, 2-3. 4-5. 7-8 (R.: cf. 7)
R. Muéstranos,
Señor, la luz de tu rostro.
Respóndeme cuando
te invoco, Dios, mi defensor,
tú, que en la
angustia me diste un desahogo:
ten piedad de mí y
escucha mi oración.
Y ustedes,
señores,
¿hasta cuándo
ultrajarán al que es mi Gloria,
amarán lo que
falso y buscarán lo engañoso? R.
Sepan que el Señor
hizo maravillas por su amigo:
él me escucha
siempre que lo invoco.
Tiemblen, y no
pequen más;
reflexionen en sus
lechos y guarden silencio. R.
Hay muchos que
preguntan:
«¿Quién nos
mostrará la felicidad,
si la luz de tu
rostro, Señor,
se ha alejado de
nosotros?.»
Pero tú has puesto
en mi corazón más alegría
que cuando abundan
el trigo y el vino. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5,
13-16
Jesús dijo a sus
discípulos:
Ustedes son la sal
de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar?
Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz
del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y
no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone
sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar
ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean
sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
El Señor mandó a Elías al desierto, junto
al torrente que se seca. No ha sido escuchado por el rey Ajab y el profeta
recibe ahora la orden de ir a un territorio pagano. La viuda de Sarepta se
convierte en el tipo de los paganos llamados a la mesa del Reino.
Dios envía a Elías pobre, hambriento y
sediento a otra pobre hambrienta y sedienta. Una pobre viuda extranjera,
que vivía en Sarepta, cerca de Sidón, en el Líbano.
El encuentro entre Elías y la viuda
de Sarepta es trágico. La sequía,
el hambre y la muerte marcan la situación y
le dan un contenido particular.
Elías
tiene mucha fe en la fidelidad y providencia de Dios a tal punto de atreverse a pedir a esa pobre que le dé lo poco que le queda. La viuda
muestra también mucha fe porque lo arriesga todo sobre la Palabra que le ha sido dicha por el profeta. No se aferra a la posibilidad de un día más de vida.
tiene mucha fe en la fidelidad y providencia de Dios a tal punto de atreverse a pedir a esa pobre que le dé lo poco que le queda. La viuda
muestra también mucha fe porque lo arriesga todo sobre la Palabra que le ha sido dicha por el profeta. No se aferra a la posibilidad de un día más de vida.
Con una fe admirable esa buena
mujer se fía de Dios y pone lo poco que tiene a disposición
del profeta. Por eso Dios la premia y “la harina y aceite no se
agotarán hasta que vuelva la lluvia”.
Después de las bienaventuranzas, Jesús empieza
su desarrollo sobre el estilo de vida que quiere de sus discípulos.
Hoy emplea tres comparaciones para hacerles entender qué papel les toca jugar
en medio de la sociedad. Llama a sus discípulos
ser sal, luz y lámpara encendida en lo alto.
La sal condimenta, purifica y
conserva los alimentos; asegura la incorruptibilidad, se usaba
en los pactos como símbolo de su firmeza y permanencia de la Alianza.
Su contrapuesto es la degradación, volverse insípida, perder su fuerza. La
sal no es para sí misma, sino que está en función de lo que ella puede
generar, dar gusto y sabor.
Los discípulos no existen para sí mismos,
sino para los demás y son la sal que asegura la alianza de Dios con la
humanidad. De la fidelidad de los discípulos a la propuesta de Jesús, depende
que exista la alianza, y que se lleve a cabo la obra salvadora prometida.
Si los discípulos de Jesús no le son fieles, son cosa inútil.
La luz ilumina, da claridad, en
contraposición con la oscuridad y las tinieblas. Jesús también pide a sus
discípulos que sean luz para los demás. El dijo que era la Luz verdadera y eso
mismo pide a sus seguidores. Que, iluminados por Él, sean iluminadores de
los demás. En este mundo reinan toda clase de cegueras y penumbras que llegan a
nuestros mismos ambientes familiares o religiosos. Todos necesitamos a alguien
que sea una luz a nuestro lado, para no tropezar ni caminar a tientas. Los
discípulos de Jesús, deben ser portadores de un anuncio salvador para
los hombres. La misión de los discípulos está unida a la misión de
su maestro. La comunidad cristiana como luz en el mundo, debe hacer brillar
esta luz.
La Iglesia si no es a fiel a sí misma y a
su vocación no sólo se pierde, sino que deja al mundo sin salvador. Los discípulos de Jesús somos la luz del mundo,
somos misioneros y hacemos brillar con nuestras obras el mensaje del evangelio;
cuando desde una vida arraigada profundamente en Dios, construimos con todos
los hombres y para todos los hombres de la tierra, sin exclusión, espacios
nuevos que permitan vivir en la justicia, la verdad, el amor y la
solidaridad; cuando hacemos realidad yconcretamos en
nuestra vida el contenido de las bienaventuranzas.
PARA
DISCERNIR
¿Somos sal y luz en nuestros ambientes?
¿Qué me impide dar sabor e iluminar la
vida de los hombres?
¿Reconocemos que el anuncio es parte de
nuestra vida de cristianos?
REPITAMOS A
LO LARGO DE ESTE DÍA
…Tenemos que ser sal y luz…
PARA LA
LECTURA ESPIRITUAL
…”Se impone la pregunta sobre cómo debemos
entender hoy estas afirmaciones de Jesús transmitidas por Mateo. Más
concretamente: ¿a quién se refiere: «Vosotros sois la sal de la tierra,
vosotros sois la luz del mundo, vosotros sois una ciudad situada en la cima de
un monte»? Personalmente, me costaría mucho aplicarme a mí estas expresiones.
Pero también se me plantean muchas dificultades a la hora de referirlas a la
Iglesia de hoy. Pienso más bien en esas personas y comunidades que, dentro de
la Iglesia —y fuera de la misma—, viven las bienaventuranzas o se esfuerzan en
hacerlo: pienso en los pobres, en aquellos que se muestran solidarios con los
oprimidos, en cuantos se comprometen con un mundo más justo sin recurrir a la
violencia, y en otros más. Podría suceder que también yo forme parte de ésos.
Lo espero. Podría ser que toda la Iglesia fuera un día sal de la tierra y luz
del mundo. Lo espero. Ahora bien, si no pertenezco ya a esta categoría de
bienaventurados, es importante que sepa que los destinatarios de las
bienaventuranzas, los discípulos y las discípulas de Jesús hoy, podrían ser para
mí luz, podrían ayudarme a descubrir el sentido de la solidaridad. Una cosa es
cierta: quien quiera ser hoy sal de la tierra y luz del mundo no puede volverse
él mismo mundo. Debe seguir unas huellas diferentes, las huellas dejadas por
Jesús, aun cuando choque con el modo de ver y de juzgar de la sociedad y de la
Iglesia”…
H. J. Venetz, EI discurso de la montaña.
PARA REZAR
Oración del testigo
Es hora de ser tus testigos, Señor del
alba.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es hora de construir juntos la Civilización del amor.
Es hora de salir a las plazas y ciudades como hermanos.
Es hora de hacer del mundo un arco iris de unidad y de color.
Es hora de anunciar la vida desde la vida
hecha fiesta.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es hora de gritar al mundo de los hombres tu salvación.
Es hora de gritar como voceros del alba a hombres y mujeres,
que el Crucificado ha resucitado, y el mundo sabe a redención.
Es hora de vivir en la luz y abrir caminos
sin fronteras.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es hora de darse la mano y hacer un coro grande al sol.
Es hora de decir a los miedosos; no teman, tengan ánimo,
que el mundo, el corazón del mundo, vive en Resurrección.
Es hora de juntarnos como amigos en un
solo pueblo.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Es hora de marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Es hora de llamar al hombre hermano, hermano mío.
Es hora de vivir en armonía, en lazos de hermandad y comunión.
Que así sea.
LECTIO
DIVINA
Vosotros sois la luz del
mundo
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 13-16
Jesús dijo a
sus discípulos:
Ustedes son la
sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a
salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la
luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una
montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que
se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la
casa.
Así debe
brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que
ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.
Palabra del
Señor.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Guías para la lectura:
A partir de su
identidad y de su unión con Jesús, los discípulos requieren ejercer su propia
misión como “sal de la tierra” y “luz del mundo”. Mientras la sal sirve para
dar sabor, preservar los alimentos y abonar la tierra para el cultivo, la luz
ilumina en la oscuridad. Las dos figuras ilustran la exigencia que implica ser
testigos de Cristo. Este testimonio requiere necesariamente una manifestación
frente a los demás, pero teniendo como único objetivo el dar “gloria al Padre
que está en los cielos” y no la presunción u ostentación personal. Dicha misión
es, en todo momento, un gran desafío para los discípulos del Señor.
Comentario extraído de
“Evangelios de la Biblia de la Iglesia en América”
(BIA)
Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿Qué significa
hoy ser la “sal de la tierra”?
¿Qué significa
hoy ser la “luz del mundo”?
¿Qué fin
persigo cuando deseo ser sal y luz?
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR
DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, ayúdame
para ser sal y luz a mi alrededor. Que no oculte la luz de tu palabra con mi
cobardía o falta de interés. Que toda la gloria sea para el Padre que está en
los cielos.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL
TEXTO BÍBLICO?
Reflexiono en
la medida y la circunstancia en que soy o puedo ser sal y luz, en mi lugar en
el mundo.
Medito en las
implicancias que esto tiene, y en el objetivo de dar gloria a Dios con ello.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL
TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Dónde y cómo
seré sal y luz hoy?
¿Cómo venceré
la tentación de ocultar mi identidad cristiana?
¿Cómo
prepararé mi corazón para dar toda la gloria al Padre?
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