14 de junio de 2014


…Que tu “sí”, sea sí…

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Reyes    19, 19 – 21

    En aquellos días:
    Elías partió de allí y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la última. Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto.
    Eliseo dejó sus bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: «Déjame besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré.»
    Elías le respondió: «Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo para impedírtelo?»
    Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. Luego, con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Después partió, fue detrás de Elías y se puso a su servicio.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10 (R.: 5a) 
R.    Señor, tú eres la parte de mi herencia.

    Protégeme, Dios mío,
    porque me refugio en ti.
    Yo digo al Señor: «Señor, tú eres mi bien,
    El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
    ¡tú decides mi suerte! R.

    Bendeciré al Señor que me aconseja,
    ¡hasta de noche me instruye mi conciencia!
    Tengo siempre presente al Señor:
    él está a mi lado, nunca vacilaré. R.

    Por eso mi corazón se alegra,
    se regocijan mis entrañas
    y todo mi ser descansa seguro:
    porque no me entregarás a la Muerte
    ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo    5, 33-37

    Jesús dijo a sus discípulos:
    Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
    Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

La vida y las palabras de los profetas están llenas de símbolos. Elías habla tanto por medio de “gestos” y de «hechos» como por sus palabras.
Cuando Elías bajó del monte encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Había delante de él doce yuntas y el estaba con la duodécima.
Eliseo es un hombre corriente, un agricultor que va a ser consagrado como profeta, sucesor de Elías. Eliseo luchará a favor de la verdadera alianza con Dios y se convertirá en un personaje importante de la historia de Israel en el siglo IX antes de Cristo.
Elías pasa junto a él y le echa su manto encima como un signo de toma de posesión.
Eliseo posee muchos bienes, nada menos que doce yuntas de bueyes con los que está arando, pero está decidido a seguir a Elías y consigue permiso para ir a despedirse de los suyos.
Eliseo realiza un gesto para su despedida, que indica claramente que su decisión es irreversible: mata los bueyes y organiza un banquete de despedida, haciendo fuego precisamente con los aparejos con los que trabajaba. No hay vuelta atrás. La respuesta al llamado siempre implica un acto de confianza y un desprendimiento.

Siguen las antítesis entre el Antiguo Testamento y los nuevos criterios de vida que Jesús enseña a los suyos.
El juramento era algo muy serio en la tradición judía. Se recurría a Dios para garantizar la verdad de la propia palabra frente al semejante. Jurar en nombre de Dios suponía un compromiso que obligaba gravemente a cumplir lo jurado al pie de la letra, incluso aunque en algún caso resultara aberrante. Los judíos, por eso, no acostumbraban a jurar por el nombre de Dios, sino por sus equivalencias, como por ejemplo el templo, el cielo, la tierra, la cabeza, para así considerarse más fácilmente eximidos de esa obligación tan ineludible.
Jesús no sólo desautoriza la hipocresía de jurar en falso, sino que prefiere que no se tenga que jurar nunca. La verdad tiene que brillar por sí sola. En la conducta del discípulo es necesario que el «sí» y el «no» sean transparentes y auténticos. Todo lo que respira verdad viene de Dios. Lo que huele a falsedad y mentira viene del demonio.
La palabra es vínculo importante para la comunicación entre los hombres. La propia palabra debe encerrar dentro de sí la garantía de un compromiso personal. El amor a la verdad es una característica de los seguidores de Jesús. En la propuesta del Reino la veracidad debe quedar asegurada no mediante un juramento, sino por la integridad interior de la persona.
La verdad
no se manipulase dice sin vueltascon sencillez. Por lo tanto el discípulo debe inspirar confianza por sí mismo, y no ha de estar ligado a ninguna otra cosa para afirmar su palabra.
Mateo presenta cuatro ejemplos de juramento encubierto, que se deben también evitar. No se debe presentar ni el cielo, ni la tierra, ni Jerusalén, ni la propia cabeza, como garantía de la veracidad de las propias palabras.
La comunión con Dios y con todos los hombres sólo será posible desde una vida que se expresa con la sinceridad de las propias palabras.
Sin embargo en nuestra sociedad, se ha instalado la apariencia de verdad o la falsedad. Por razones de competitividad la publicidad que todos los días se filtra en nuestra vida desde los medios de comunicación, la propaganda, es engañosa. Se hace apología de la desconfianza y se nos invita afiarnos de nadieni manifestarnos como somos ante los demás. Y es que el ser hombre en lugar de hermano se ha convertido en rival del hombre.
El discípulo que ha sido escogido y enviado por Dios para evangelizar, tiene que ir con sus obras, con su compromiso personal, que proclama el amor que Dios nos tiene, y cómo nos llega su salvación. Cuando la vida es íntegra no hace falta emitir juramentos, habla por sí misma.

PARA DISCERNIR

¿Mi palabra es testimonio de mi vida?
¿Mis obras hablan de mí?
¿Valoro la verdad o la manipulo a mi antojo?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

…Que mi sí, sea sí…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Que vuestro sí, sea sí» (St 5,12) 
…”No sabes bien lo que es capaz de producir la obediencia: por un sí, por un simple sí -« ¡Hágase en mí según tu palabra!- María se convirtió en la madre del Altísimo. Con ello se declaraba su sierva pero conservaba intacta su virginidad, tan amada de Dios y a sus propios ojos. Por este sí de María el mundo obtuvo la salvación, la humanidad fue rescatada. Así pues, procuremos también nosotros hacer la voluntad de Dios y decir siempre sí al Señor…
     Que María haga florecer en tu alma las virtudes siempre nuevas y vele por ti. Ella es el mar que es preciso atravesar para llegar a las riberas de los resplandores de la aurora eterna; permanece, pues, siempre cerca de ella…
     Apóyate sobre la cruz de Cristo, a ejemplo de María. Encontrarás en ella gran consuelo. María permaneció, de pie, a los pies de su hijo crucificado. Jamás Jesús la amó tanto como en este momento de indecible sufrimiento”…
San Pío de Pietrelcina (1887-1968), Buena jornada, 14, 11,12/5

PARA REZAR

Sin voces misteriosas, pero con claridad
ha llegado hasta nuestro corazón
tu llamada a seguirte.
Estamos decididos a hacerlo.
Sabemos que esto no nos amargará la vida
porque tu palabra es buena noticia,
tu yugo suave y tu carga ligera.
Siguiéndote nos sentimos más libres
y felices a pesar de las dificultades.
La eucaristía y el contacto con los hermanos
nos anima a marchar por tus caminos.
Gracias, Señor, por pronunciar cada uno
de nuestros nombres del mismo modo que
un día llamaste así a tus apóstoles.
Tú eres nuestra ley, nuestro modelo.
Desde la debilidad de nuestra palabra
prometemos, una vez más, seguirte de cerca.

LECTIO DIVINA

Yo os digo que no juréis de ningún modo

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     5, 33-37

Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.

LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

Las conciencias con repliegues no son las aptas para vivir el Evangelio, pues Jesús quiere, que seamos sencillos y sin doblez de ninguna especie.
Esta misma norma que dio Jesús la repite Santiago: “No juren ni por el cielo, ni por la tierra, ni de ninguna manera. Cuando ustedes digan sí, que sea sí, y cuando digan no, que sea no, para no ser condenados” (Stgo 5,12).
Nos duele vivamente cuando alguien interpreta mal cualquiera de nuestras acciones; cuando sospecha en nosotros torcidas intenciones que nosotros ni siquiera habíamos imaginado; nos afecta el hecho de que se nos trate con desconfianza, de que no merezcamos que los otros se vuelquen a nosotros.
Indudablemente es el mal, cuya raíz siempre está latente en nosotros y que regamos a veces con preocupación y mimo, el que hace brotar en nosotros ese yuyo, esos cardos, esa maleza que está impidiendo en nosotros el brote de la buena semilla de gracia. Es el mal el que produce las mentiras, las falsedades, las desconfianzas, las meticulosas actitudes de espera, las prudencias muy humanas y muy poco divinas, las hipocresías, los ocultamientos no sólo de las verdades, sino de las actitudes internas que estamos alimentando contra los demás. Todo eso es fruto del mal.
Jesús nos orienta hacia otra meta: la sencillez, la fidelidad en todo y con todos.
La sencillez: una conducta franca en el trato con el prójimo, sea él cual fuera. Un abrirse sin reparos, tanto más cuando se trata de hermanos con los que estamos viviendo nuestra espiritualidad con un mismo espíritu de consagración al Señor.
La fidelidad: no emplear restricciones mentales, no siempre justificables, al menos en el campo de la espiritualidad.
Lealtad para con los que nos rodean: nada de dobleces ni de fingimientos; nada de varias caras, ni de hablar una cosa de frente y decir otra a espaldas del hermano.
Y fidelidad sobre todo con el Señor; a Él le dimos una palabra; se la dimos con sencillez, con una convicción, con generosa entrega; ¿cómo es que ahora no conservamos esas mismas características?

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Cuál es la enseñanza central en la recomendación de no jurar que hace el Señor?
¿Es mi palabra “un documento”?
¿Por qué la mentira viene del Maligno?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, que mi palabra sea como la tuya, veraz, indubitable, confiable. Ayúdame a hablar siempre con verdad de manera que pueda conjugar los verbos del cielo y no el diccionario del infierno que es la mentira.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

No basta con hablar; es preciso saber hablar.
No basta hablar con la boca; antes que nada tiene que hablar el corazón.
Si el corazón no es sincero, las palabras nunca podrán sonar a verdad, a convicción, a sinceridad.
Si he de ser leal con todos, ¿cómo no serlo, más que con nadie, con el Señor?

ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Juraré para dar “sostén” a mis palabras o buscaré que mi palabra se sostenga por sí sola?
¿Cómo haré para que mi sí y mi no sean creíbles?

¿Cómo rechazaré en mi vocabulario el idioma del Maligno: la mentira?

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