18 de junio de 2014 – TO – MIÉRCOLES DE LA SEMANA XI
Dios ama al que da con alegría
PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los
Reyes 2, 1. 6-14
Esto es lo que sucedió cuando
el Señor arrebató a Elías y lo hizo subir al cielo en el torbellino.
Elías y Eliseo partieron de
Guilgal, y Elías le dijo: «Quédate aquí, porque el Señor me ha enviado al
Jordán.» Pero Eliseo respondió: «Juro por la vida del Señor y por tu propia
vida que no te dejaré.» Y se fueron los dos.
Cincuenta hombres de la
comunidad de profetas fueron y se pararon enfrente, a una cierta distancia,
mientras los dos estaban de pie a la orilla del Jordán. Elías se quitó el
manto, lo enrolló y golpeó las aguas. Estas se dividieron hacia uno y otro
lado, y así pasaron los dos por el suelo seco. Cuando cruzaban, Elías dijo a
Eliseo: «Pide lo que quieres que haga por ti antes de que sea separado de tu
lado.»
Eliseo respondió: « ¡Ah, si
pudiera recibir las dos terceras partes de tu espíritu!»
« ¡No es nada fácil lo que
pides!, dijo Elías; si me ves cuando yo sea separado de tu lado, lo obtendrás;
de lo contrario, no será así.»
Y mientras iban conversando
por el camino, un carro de fuego, con caballos también de fuego, los separó a
uno del otro, y Elías subió al cielo en el torbellino.
Al ver esto, Eliseo gritó: «
¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!» Y cuando no lo vio
más, tomó sus vestiduras y las rasgó en dos pedazos. Luego recogió el manto que
se le había caído a Elías de encima, se volvió y se detuvo al borde del Jordán.
Después, con el manto que se
le había caído a Elías, golpeó las aguas, pero estas no se dividieron. Entonces
dijo: « ¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?» El golpeó otra vez las aguas;
estas se dividieron hacia uno y otro lado, y Eliseo cruzó.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 30, 20. 21. 24 (R.: 25)
R. Sean fuertes y valerosos,
todos los que esperan en el Señor.
¡Qué grande es tu bondad,
Señor!
Tú la reservas para tus
fieles;
y la brindas a los que se
refugian en ti,
en la presencia de todos. R.
Tú los ocultas al amparo de tu
rostro
de las intrigas de los
hombres;
y los escondes en tu Tienda de
campaña,
lejos de las lenguas
pendencieras. R.
Amen al Señor, todos sus
fieles,
porque él protege a los que
son leales
y castiga con severidad a los
soberbios. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 6, 1-6. 16-18
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar
su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario,
no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto,
cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres.
Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu
mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan
como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su
recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores,
retírate a tu habitación, cierra la puerta y
ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que
ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no
pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para
que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes,
perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los
hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará.
Palabra del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
Acaba el «ciclo de Elías» y empieza el de Eliseo.
Con un relato lleno de imágenes y de símbolos se cuenta la desaparición de
Elías, su “ascensión” al cielo y la transmisión de su poder profético a su
discípulo, Eliseo.
Eliseo le pidió a Elías los «dos tercios de su
espíritu» que es la porción que toca al primogénito, el doble que a los
demás hijos. Quizás sin saberlo le está pidiendo ser un hombre a la
escucha de Dios,enviado en misión cerca de otros hombres,
para restablecer la Alianza entre Dios y los hombres. Muchos más asumieron a lo largo de la historia ese papel y con ese espíritu: Isaías, Jeremías, Juan Bautista… y ¡tantos otros!
para restablecer la Alianza entre Dios y los hombres. Muchos más asumieron a lo largo de la historia ese papel y con ese espíritu: Isaías, Jeremías, Juan Bautista… y ¡tantos otros!
Pero el profetismo es un don gratuito de Dios,
un carisma muy personal que, Elías no lo puede conceder, sino sólo
Dios. La escena del milagro del manto sobre las aguas, demuestra que Dios
transfiere a Eliseo el carisma profético de Elías.
La desaparición de Elías tuvo lugar en circunstancias
misteriosas que fueron embellecidas por sus discípulos. Un profeta de fuego,
como Elías, no podía desaparecer sino en el «fuego», símbolo de
haber sido asumido por Dios absoluta y definitivamente. Si Elías vive en
Dios, también continuará viviendo aquí abajo, en los que prosiguen su misión;
arriesgando la vida, por Dios.
Eliseo tomó el manto de Elías. El «manto de
Elías», símbolo de su papel de profeta que ahora pasa
a los hombros de Eliseo.
***
Mateo nos presenta las diferencias que deben
darse entre los discípulos de Jesús y los fariseos, tomando las
tres mediaciones que utilizaba la ley judía para obtener la gracia y el perdón
de los pecados: la limosna, la oración y el ayuno. Estas
mediaciones habían sido convertidas por el legalismo en elementos de
vanidad y ostentación.
Nadie puede poner en duda que los fariseos hacían
buenas obras; los letrados se dedicaban de por vida al estudio de la Ley de
Dios; daban limosna, ayunaban más veces de las que estaba mandado; rezaban con
frecuencia. Pero muchos de ellos no eran de corazón recto y
Jesús los llama por dos veces“hipócritas”. Daban limosna para que todos
vieran lo que hacían; rezaban de pie en las sinagogas y en las esquinas para
mostrarse ante la gente. Sus obras eran buenas, pero sus intenciones no eran
claras. Jesús enuncia, ante todo, un principio general: “Eviten hacer
el bien delante de la gente para que los vean… “. Esta frase es la puerta
de entrada que nos permite entender todo lo que sigue. Jesús no está
en contra de las obras de piedad; al contrario, estimula a sus discípulos para
que las practiquen. Perono está de acuerdo, con el modo como las llevan a
cabo los fariseos: “delante de la gente, para llamar la atención”, para tener
buen reconocimiento ante los demás.
Jesús aplica este principio, a la limosna, la oración
y el ayuno, con un esquema fijo para las tres situaciones. En los tres
ejemplos contrapone la postura del hipócrita, que busca el aplauso y
laaprobación humana que funcionan ya en el presente como
retribución, impidiendo toda otra retribución; y la del discípulo que
debe procurar pasar desapercibido y obtener su
recompensa sólo de Dios.
Limosna, oración y ayuno sólo pueden ser eficaces
si son capaces de sacar al ser humano del propio egoísmo, de los
propios intereses, de la búsqueda de ventajas y privilegios personales.
Hipócrita es el que finge, realizando una acción que no corresponde a su
actitud interior. La limosna realizada para conseguir buena fama entre los
hombres alcanza un premio humano, que es la fama misma.
La limosna debe quedar «en lo escondido», en
la esfera del Padre. Como corresponde a «los limpios de corazón», Jesús
excluye todo interés mezquino en la ayuda al prójimo. Su auténtica recompensa
será la experiencia de Dios en la propia vida.
La oración en público se hacía en determinados momentos
del día; el judío piadoso se detenía en el lugar donde se encontraba y recitaba
de pie las oraciones. La oración de los «hipócritas» pretendía exhibir ante los
hombres su piedad personal, igual que la limosna pública. Este tipo de oración
es inútil, porque no busca el encuentro con Dios. La verdadera oración se
realiza en lo más profundo del hombre, donde no llega la
mirada de los demás, sólo la del Padre que está en lo escondido.
El exceso de palabras en la oración indica falta de fe, porque el Padre sabe lo
que necesita el que ora. La oración, debe disponer al hombre para recibir los
dones que Dios quiere concederle.
En el ayuno, Jesús se opone al que se realiza
hipócritamente descuidando el aspecto para mostrar que se está ayunando y ser
admirados por los hombres. En el Antiguo Testamento el ayuno aparece
relacionado con el luto o con el arrepentimiento. La desfiguración del rostro
formaba parte del ritual del duelo y del luto. Para desfigurarse, la persona
colocaba sobre sí, el “saco y las cenizas”. El ayuno tiene que hacerse
en secreto, quiere expresar ante el Padre una actitud de corazón.
Al ser privación del alimento que es fuente de vida es signo de solidaridad con
el dolor de la muerte y expresa su tristeza.
Los discípulos de Jesús tienen que formar
una comunidad de hermanos que renuncian al prestigio, al poder, al dinero,
porque priman otros valores. Las obras de piedad que no corresponden a
actitudes interiores, no tienen ningún valor para quien hace de su vida
un teatro de apariencias.
La enseñanza de Jesús no tiene vueltas: la
justicia y la caridad son un deber y hay que realizarlo con
honestidad y verdad; la limosna es un deber, es el ejercicio de la solidaridad
con las necesidades de los demás y hay que hacerla sencillamente, participando
de lo nuestro a los más necesitados.
Esta es la plenitud de la ley: hacer todo
el bien posible con el corazón y la mente en Dios, buscando la felicidad de
los hermanos de forma tan sencilla que nadie se dé cuenta ni le dé importancia.
Cuando nuestras obras de piedad se tiñen de sencillez, de compasión y alegría
por hacer el bien y por contribuir al bien vivir de los demás,
estamos obrando en calidad de hijos del Padre en cuyo hogar vivimos.
PARA DISCERNIR
¿Cómo es mi religiosidad?
¿Mis gestos religiosos son expresión de la profundidad
de mi fe?
¿En qué gestos expreso con mayor coherencia mi vínculo
de fe?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…Confío en Ti, Padre Bueno…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Reza a tu
Padre que está en lo escondido»
¿Qué más quieres, ¡oh alma!, y qué más buscas fuera de
ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu
hartura y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma?… Sólo hay
una cosa, que, aunque está dentro de ti, está escondido…
Pero todavía dices: Puesto está en mí el que ama mi
alma, ¿cómo no le hallo ni le siento? La causa es porque está escondido, y tú
no te escondes también para hallarle y sentirle. Porque el que ha de hallar una
cosa escondida, tan a lo escondido y hasta lo escondido donde ella está ha de
entrar, y, cuando la halla, él también está escondido como ella. Como quiera,
pues; que tu Esposo amado es el tesoro escondido en el campo de tu alma, por el
cual el sabio mercader dio todas sus cosas (Mt. 13, 44), convendrá que para que
tú le halles, olvidados todas las tuyas y alejándote de todas las criaturas, te
escondas en tu retrete interior del espíritu.
Y, cerrando la puerta sobre ti, es a saber, tu
voluntad a todas las cosas, ores a tu Padre en escondido; y así, quedando
escondida con él, entonces le sentirás en escondido, y le amarás y gozarás en
escondido, y te deleitarás en escondido con él, es a saber, sobre todo lo que
alcanza la lengua y sentido.
San Juan de la
Cruz (1542-1591), carmelita descalzo,
doctor de la
Iglesia Cántico espiritual B, 1, 8-9
PARA REZAR
SALMO JOVEN DE
INTERIORIZACIÓN
Señor, Tú me
llegas hasta el fondo y me conoces por dentro.
Lo sé: me
conoces cuando no paro o cuando no sé que hacer,
mis ilusiones
y mis deseos los entiendes como si fueran tuyos,
en mi camino
has puesto tu huella,
en mi descanso
te has sentado a mi lado,
todos mis
proyectos los conoces palmo a palmo.
Tú oyes mi
corazón aún cuando está en silencio,
cuando no
tiene palabras para hablarte.
Cuando escalo
mi vida y me supero, allí estás tú,
cuando me
canso del camino y me siento muy poca cosa,
perdido en mi
dolor, te encuentro a tí.
Cuando surco
los mares de mis sueños
y me pierdo en
la arena pegadiza de mis playas
allí está tu
mano, y tus ojos y tu boca…
allí como
amigo fiel, de nuevo estás Tú.
Guíame por el
camino nuevo que has abierto a los hombres.
Quiero hacer
de él un proyecto para mi vida,
y desde lo
hondo de mi ser vivir para tí.
Emilio
LECTIO
DIVINA
Tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 1-6. 16-18
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser
vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre
que está en el cielo.
Por lo tanto,
cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres.
Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha,
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de
pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les
aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a
tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu
ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ
DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
Los textos del
Evangelio de hoy están contenidos dentro del contexto del Sermón de la Montaña.
Mateo, quien ordena su Evangelio alrededor de unidades discursivas, selecciona
primero este conjunto de enseñanzas que por su contenido y lugar (un monte)
llevan al lector a hacer una inevitable equivalencia con la ley mosaica.
En el primer
versículo ya encontramos el núcleo crítico de las enseñanzas de Jesús: “Tengan
cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por
ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en
el cielo”. De manera que lo que Jesús va a proclamar sobre las virtudes de
caridad, oración y piedad va a ir a “contrapelo” de la praxis hipócrita de
quien busca realizarlas para su propio “marketing de religiosidad personal”.
¿Por qué Jesús
advierte que ese tipo de religiosidad egocéntrica no recibirá ninguna
recompensa del Padre? En cada una de las prácticas que está a punto de
describir da la misma explicación: “Les aseguro que ellos ya tienen su
recompensa” ¿Cuál es esa recompensa? Precisamente la que en sus
corazones realmente les importaba, la de los hombres, no la de Dios. También en
los tres casos Jesús hace explícita esa voluntad hedonista que busca el aplauso
humano: “para ser honrados por los hombres”, “para ser vistos” y
“para que se note”.
¿De qué manera
Jesús enseña que se encontrará la recompensa del Padre? También repite la misma
sentencia en las tres prácticas: “…en secreto; y tu Padre, que ve en lo
secreto, te recompensará”. Es claro entonces que el centro de las
enseñanzas sobre las virtudes de caridad, oración y piedad no estaban en
la metodología de ellas, sino en la motivación de hacerlas manifiestas en la
audiencia preferida. Por un lado, la exposición pública buscando el aplauso
humano, y por otro la intimidad, la humildad y el secreto que anhelan sólo la
mirada de Dios.
¿Cómo debían
realizar ese cuidado en las prácticas religiosas que advierte al principio?
En lo que hace
a la limosna, no ir pregonando y haciendo alarde de “generosidad”, sino
haciéndolo de una manera no especulativa ni calculadora. “Por lo tanto,
cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles… Cuando tú des limosna, que tu mano
izquierda ignore lo que hace la derecha.”
En relación a
la oración no buscando la oportunidad de hacer alarde de virtudes oratorias,
sino anhelando la intimidad en el silencio y soledad que nos acerque
profundamente y sin distracciones al Padre. “Cuando ustedes oren, no hagan
como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las
esquinas de las calles...
Tú, en
cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu
Padre que está en lo secreto.”
En cuestiones
de ayuno, no “careteando” para que todos adviertan mi sacrificio, sino más bien
“maquillándolo” para que pase inadvertido. “Cuando ustedes ayunen, no pongan
cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se
note que ayunan. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava
tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre
que está en lo secreto”.
2. MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
Ø ¿Cuál
es mi real motivación al dar limosna, orar o ayunar?
Ø ¿He
practicado alguna vez estas disciplinas buscando el aplauso de los hombres?
Ø ¿Tengo
los cuidados que Jesús reclama para recibir la incomparable recompensa del
Padre?
3. ORACIÓN -
¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, perdóname por
buscar algunas veces que mi religiosidad sea visible ante los hombres y buscar
así su aprobación. Ayúdame a tener cuidado de mí mismo y practicar mi vida
religiosa en intimidad contigo para recibir la recompensa del Padre.
4. CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Reflexiono en
cada una de las disciplinas de caridad, oración y piedad y trato de meditar
acerca de la motivación de visibilidad en cada una de ellas.
Medito en las
maneras que buscaré para recibir sólo la recompensa de Dios.
5. ACCIÓN -
¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿Cómo
tendré el cuidado que Jesús me pide en mis acciones religiosas visibles?
Ø ¿Qué
decisión tomaré ante la alternativa de recibir aplauso humano o recompensa de
Dios por mis acciones de fe?
Ø ¿Con
quién compartiré mi experiencia y lo reflexionado en la Lectio de hoy?
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