30
de septiembre de 2014 – TO – MARTES DE LA
SEMANA XXVI
Se encaminó
decididamente hacia Jerusalén
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Job 3, 1-3. 11-17.
20-23
Job rompió el silencio y maldijo el día de
su nacimiento. Tomó la palabra y exclamó:
¡Desaparezca el día en que nací y la noche
que dijo: «Ha sido engendrado un varón»! ¿Por qué no me morí al nacer? ¿Por qué
no expiré al salir del vientre materno? ¿Por qué me recibieron dos rodillas y
dos pechos me dieron de mamar?
Ahora yacería tranquilo, estaría dormido y
así descansaría, junto con los reyes y consejeros de la tierra que se hicieron
construir mausoleos, o con los príncipes que poseían oro y llenaron de plata
sus moradas. O no existiría, como un aborto enterrado, como los niños que nunca
vieron la luz. Allí, los malvados dejan de agitarse, allí descansan los que
están extenuados.
¿Para qué dar a luz a un desdichado y la
vida a los que están llenos de amargura, a los que ansían en vano la muerte y
la buscan más que a un tesoro, a los que se alegrarían de llegar a la tumba y
se llenarían de júbilo al encontrar un sepulcro, al hombre que se le cierra el
camino y al que Dios cerca por todas partes?
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 87, 2-3. 4-5. 6. 7-8 (R.: 3a)
R. Señor, que mi plegaria llegue a tu
presencia.
¡Señor, mi Dios y mi salvador,
día y noche estoy clamando ante ti:
que mi plegaria llegue a tu presencia;
inclina tu oído a mi clamor! R.
Porque estoy saturado de infortunios,
y mi vida está al borde del Abismo;
me cuento entre los que bajaron a la
tumba,
y soy como un hombre sin fuerzas. R.
Yo tengo mi lecho entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
como aquellos en los que tú ya ni piensas,
porque fueron arrancados de tu mano. R.
Me has puesto en lo más hondo de la fosa,
en las regiones oscuras y profundas;
tu indignación pesa sobre mí,
y me estás ahogando con tu oleaje. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 9, 51-56
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de
su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió
mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría
para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a
Jerusalén.
Cuando sus discípulos Santiago y Juan
vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo
para consumirlos?» Pero El se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro
pueblo.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
En un texto anterior al de hoy, Job se nos presentaba
como modelo admirable de paciencia; pero en este día, comienza el drama. A
partir de este momento se nos presenta el problema del hombre entero
enfrentado al sufrimiento.
Ante la enfermedad de la lepra, la hostilidad de sus familiares y
amigos Job sufre una crisis profunda en su fe en Dios.
Se ha derrumbado todo: el apoyo de los suyos, su fe, su concepto
de la bondad de Dios. Y se formula una y otra vez la gran pregunta: “¿por
qué?”.
Job estuvo siete días en silencio, acompañado de sus tres amigos
que lo vienen a consolar, pero que en realidad, harán de “abogados del diablo”,
proponiéndole dudas y atacándolo; hasta que finalmente Job prorrumpe
en el grito desgarrador en el que maldice el día en que nació y preferiría
morir.
Job ve a un Dios demasiado exigente que lo acorrala por todas
partes y clama desde el fondo de su postración. A pesar de todo,
Job no manifiesta directamente ninguna maldición contra Dios.
El autor del libro de Job trata de mostrarnos a un
inocente que sufre y que se pregunta por el Dios justo. A
estas cuestiones irá respondiendo el libro.
***
Jesús quiere ir hasta el fin. Sabe cuál es su camino y se dispone
con generosidad a seguirlo a pesar de que lo lleva a la cruz. Esta
marcha hacia Jerusalén, ciudad de su pascua, es una partida sin retorno.
Envía mensajeros delante de Él que entraron en Samaría para
prepararle alojamiento, pero allí se negaron a recibirlo porque se dirigía a
Jerusalén. Los judíos fieles siempre consideraron cismáticos
a los samaritanos, cuando éstos construyeron un templo rival
al de Jerusalén, en la cumbre del monte Garetzim. Despreciados por los judíos,
se tomaban su revancha ocasionando toda clase de molestias, a los peregrinos
que atravesaban su país para subir a Jerusalén.
Jesús no evita pasar por esa tierra en la que un racismo y
un desprecio recíproco hacía estragos. Era necesario, por
tanto, que los mensajeros preparasen convenientemente el ambiente en Samaria, a
fin de que éstos recibieran bien dispuestos a Jesús.
Sin embargo, los mensajeros han ido proclamando con aires
triunfalistas que Jesús se dirigía a Jerusalén para coronarse rey de los
judíos, cosa que irritó a los samaritanos que no podían soportar la idea que el
Mesías de Dios, fuese el rey del pueblo judío y que dominara desde Israel a los
demás pueblos.
Ante el rechazo de los samaritanos, los discípulos
Santiago y Juan, le propusieron el castigo que Elías en el libro de los Reyes,
infligió a sus adversarios. El espíritu de poder está siempre
ahí, en el corazón de los hombres. Esos pobres discípulos creían
ser los intérpretes de Dios, y disponer del fuego divino para juzgar a esos
samaritanos.
Jesús fiel a su misma palabra no quiere arrancar la cizaña porque
se haya a mezclado con el trigo. El juicio vendrá más tarde. Increpa a los
discípulos como si estuviesen endemoniados, y de hecho, están “poseídos”
por una ideología que les impide actuar como personas sensatas: están
repletos de odio, de intolerancia religiosa y
de exaltación nacionalista.
Con energía Jesús les pide que se comporten de acuerdo al proyecto
que Él mismo les ha enseñado. Las rivalidades históricas de sus pueblos no se
remedian generando más odio y muerte. Jesús no vino a destruir sino a
redimir. Se marcharán a otra aldea sin impaciencias, sin ánimo justiciero, sin
dejarse hundir por un fracaso. El desafío es seguir evangelizando, y no
condenando: “porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar”.
La actitud de Santiago y Juan sigue estando presente en muchas
religiones, ideologías y políticas. Por todos los medios, los seres humanos a
lo largo de la historia hemos buscado la forma de acabar con los que piensan,
actúan o viven de forma diferente.
La reacción de Jesús con sus discípulos es un
llamado para que los cristianos depongamos el odio, el resentimiento y la
venganza, y construyamos espacios de diálogo y concertación que
permitan construir la paz entre los pueblos.
Si somos llamados a proclamar la Buena Nueva a todas las
naciones, y llevar la luz y la salvación que Dios ofrece a todos los
hombres, no podemos excluir a nadie. Ni aun cuando seamos
rechazados, difamados, perseguidos o se ponga en riesgo nuestra vida. El
llamado es a orar por los que nos persiguen y maldicen, no a que hagamos
bajar fuego contra ellos para hacerlos desaparecer.
Somos mensajeros de la Vida y del Amor que proceden de
Dios, y no de la muerte ni del egoísmo que oscurecen la mente de los hombres
quitan la paz y destruyen la posibilidad del amor fraterno.
PARA DISCERNIR
¿Soy consciente de dónde vengo y a dónde voy, en mi vida?
¿Qué actitud tomo ante mis propios pecados, mis propios fracasos,
ante los rechazos de los demás, ante las lentitudes o los retrasos de la
Iglesia?
¿Qué hago cuando algo me sale mal, cuando experimento el rechazo
por parte de alguien?
¿Cómo reacciono cuando alguien no me hace caso o me lleva la
contra?
REPITAMOS A LO LARGO
DE ESTE DÍA
…Soy mensajero de una Buena Noticia…
PARA LA LECTURA
ESPIRITUAL
«No lo recibieron
porque se dirigía a Jerusalén»
…” Hay dos ciudades: una se llama Babilonia, la otra Jerusalén. El
nombre de Babilonia significa «confusión»; Jerusalén significa «visión de paz».
Mirad bien a la ciudad de confusión para mejor conocer la visión de paz;
soportad la primera, aspirad a la segunda.
¿Qué es lo que nos permite distinguir a estas dos ciudades?
¿Podemos ahora separar la una de la otra? Están mezcladas una en la otra, desde
el amanecer del género humano, se encaminan hacia el fin de los tiempos.
Jerusalén nació con Abel, Babilonia con Caín… La materialidad de las dos
ciudades se construyó más tarde, pero representan simbólicamente a las dos
ciudades inmateriales cuyos orígenes remontan el comienzo de los tiempos y que
deben durar hasta la consumación de los siglos. Entonces el Señor las separará,
cuando ponga a unos a su derecha y a los otros a su izquierda (Mt 25,33)…
Pero ya ahora hay alguna cosa que distingue a los ciudadanos de
Jerusalén de los de Babilonia: son dos amores. El amor de Dios hace Jerusalén;
el amor del mundo hace Babilonia. Preguntaos que es lo que amáis y sabréis de
dónde sois. Si os encontráis con que sois ciudadanos de Babilonia, arrancad de
vuestra vida la codicia, plantad en ella la caridad; si os encontráis con que
sois ciudadanos de Jerusalén, soportad pacientemente la cautividad, esperad
vuestra liberación. En efecto, muchos de los ciudadanos de nuestra madre
Jerusalén (Gal 4,26) primero habían sido cautivos de Babilonia…
¿Cómo despertar en nosotros el amor a la Jerusalén, nuestra
patria, de la que el largo exilio nos ha hecho perder el recuerdo? Es el Padre,
él mismo, quien desde allá nos escribe y con sus cartas, que son las Santas
Escrituras, enciende de nuevo en nosotros la nostalgia del retorno”…
San Agustín
(354-430), obispo de Hipona (África del Norte)
y doctor de la
Iglesia – Sermón sobre el salmo 64
PARA REZAR
Por el ecumenismo
Padre de toda la humanidad, queremos rezar
por todas las personas de buena voluntad.
por todas las personas de buena voluntad.
Que los diferentes credos
se unan en el trabajo por la justicia y la paz.
se unan en el trabajo por la justicia y la paz.
Que al contemplar el estilo de vida
que nos mostró Jesús,
fortalezcamos nuestro deseo
por realizar el bien.
que nos mostró Jesús,
fortalezcamos nuestro deseo
por realizar el bien.
Que la Vida Religiosa Misionera
contribuya con la tarea de la unidad.
contribuya con la tarea de la unidad.
Que todas las comunidades
puedan descubrir el amor
que Dios Padre derrama
constantemente sobre sus hijos. Amén.
puedan descubrir el amor
que Dios Padre derrama
constantemente sobre sus hijos. Amén.
LECTIO
DIVINA
Se encaminó decididamente hacia Jerusalén
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 51-56
Cuando estaba por cumplirse
el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia
Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un
pueblo de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se
dirigía a Jerusalén.
Cuando sus discípulos
Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos caer
fuego del cielo para consumirlos?» Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se
fueron a otro pueblo.
Palabra del Señor.
1 - LECTURA - ¿QUÉ DICE
EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
Jesús se encamina “decididamente” a
Jerusalén. Recordemos que Lucas nos presenta toda la vida de Jesús como una subida
a Jerusalén para entregarse en la cruz. Pero este detalle sobre la “decisión”
de Cristo nos ayuda a redescubrir que él no era un esclavo de las
circunstancias, arrastrado por la maldad de los hombres. Tampoco debía aceptar
en contra de su propia voluntad un plan del Padre, ya que él mismo había
decidido libremente, en armonía con la voluntad del Padre, la entrega de su
vida hasta las últimas consecuencias.
Los discípulos tenían la tentación de
desear otra cosa, de buscar un domino violento, que todos se sometieran a Jesús
por la fuerza; querían apresurar el triunfo de Cristo en la tierra a través de
manifestaciones destructivas del poder divino. Ellos creían que eso era posible
porque habían experimentado el verdadero poder que Cristo les había concedido
al enviarlos a predicar, ya que a través de ellos se habían realizado prodigios
(9,1). Creían entonces que Dios también podría utilizarlos para destruir a los
enemigos de Jesús.
Pero Jesús rechaza firmemente esa actitud
y los reprende. Él viene a reinar de otra manera, y el Padre no ha planeado
para él un dominio violento, sino el que pasa por la entrega generosa en la
cruz.
En el versículo 55, donde Jesús reprende a
sus discípulos, algunos manuscritos colocan unas palabras del Señor donde dice
que él no ha venido a destruir a los hombres sino a salvarlos. La mayoría de
las traducciones no coloca estas palabras por considerarlas un agregado; pero
de todos modos, reflejan que Jesús se oponía a la violencia y a la venganza, y
prefería “vencer el mal con el bien” (Rom 12,21). Él vivía plenamente la
tolerancia que pedía a sus discípulos.
2
- MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la meditación:
¿Por qué Jesús elige ese “tiempo”
para subir a Jerusalén?
¿Por qué los samaritanos no quisieron
alojarlo?
¿Por qué Jesús rechaza la propuesta
violenta de los apóstoles?
3
- ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor Jesús, quiero adorarte admirando tu voluntad
que se sometía a los planes del Padre con toda libertad y decisión. Concédeme
Señor un poco más de generosidad, para entregarme decididamente al proyecto del
Padre para mi vida.
4
- CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Medito en el equilibrio entre control y
sumisión a la voluntad del Padre que Jesús tenía de su vida.
Reflexiono en la actitud violenta de los
apóstoles y en la respuesta pacificadora de Jesús.
5
- ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Cómo armonizo los tiempos de mi vida a la voluntad de Dios?
¿Cómo reacciono ante situaciones de descalificación o
discriminación?
¿Qué posiciones no violentas deberé tomar ante acontecimientos que
me agreden?
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