PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis 10,8-11.
Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: “Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Angel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra”.
Yo corrí hacia el Angel y le rogué que me diera el
pequeño libro, y él me respondió: “Toma y cómelo; será amargo para tu estómago,
pero en tu boca será dulce como la miel”.
Yo tomé el pequeño libro de la mano del Angel y lo
comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se
volvió amargo en mi estómago.
Entonces se me dijo: “Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes”.
Entonces se me dijo: “Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes”.
Palabra de Dios
SALMO
Sal 119,14.24.72.103.111.131.
R: ¡Qué dulce al paladar tu promesa!
Mi alegría es el camino de tus preceptos,
más que todas las riquezas. R.
Tus preceptos son mi delicia,
tus decretos son mis consejeros. R.
Más estimo yo los preceptos de tu boca
que miles de monedas de oro y plata. R.
¡Qué dulce al paladar tu promesa:
más que miel en la boca! R.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón. R.
Abro la boca y respiro,
ansiando tus mandamientos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 19, 45-48
Jesús al entrar al Templo, se
puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Está escrito: Mi casa será una
casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones.»
Y diariamente enseñaba en el
Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo,
buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el
pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
Hoy leemos un gesto simbólico en el que el
vidente tiene que comer el rollo antes de transmitir su contenido.
Este gesto ya lo encontramos en Ezequiel, el
profeta, el que habla de parte de Dios, primero tiene que comer lo que
anunciará después. El libro contiene las profecías del Antiguo Testamento y
recibe como misión el revelar su sentido a la luz del Nuevo.
El profeta debe «alimentarse de la palabra y del
pensamiento que contiene» porque es un mensajero y un intérprete
de la Palabra divina. Lleno de la Escritura puede descubrir en ella el
misterio del plan de Dios sobre el mundo.
El libro es en parte dulce y en parte amargo, trae a
la vez consuelo y tribulación, sufrimientos y alegría, nos revela el amor
de Dios por nosotros pero tiene aspectos difíciles y exigentes.
***
Las peregrinaciones anuales a Jerusalén eran
una importante fuente de comercio. Muchos israelitas acudían con
sus animales durante la pascua para ofrecer un sacrificio a Dios. Todos los
aportes y transacciones que se realizaban en el templo, era necesario que se
hiciesen con la moneda judía. Por ese motivo, alrededor del templo se
había organizado un comercio muy fuerte en torno al cambio de moneda
romana por moneda judía y a la compra y venta de animales para los
sacrificios. Los mercaderes se aprovechaban de la necesidad de animales puros
para los sacrificios, elevando considerablemente sus precios.
El templo había sido construido para ser lugar de
culto al Dios vivo, en cambio se había montado un gran negocio con la
piedad del pueblo. Esta realidad provoca la ira de Jesús que
llega a Jerusalén en compañía de sus discípulos.
Ayer Jesús lloró sobre su ciudad, triste por la ruina
que se le avecina. Hoy se pone a echar a los vendedores realizando un
gesto profético y valiente. A partir de este momento Jesús se convierte en
una figura popular. Pero su interés era advertir al pueblo sobre
el peligro de una piedad afianzada exclusivamente en el templo. Por esta
razón, las acciones que siguieron se encaminan hacia la enseñanza de la
multitud y la ayuda de los necesitados.
Cristo quiere restablecer el sentido de la alianza en
el corazón del templo para que aparezca un nuevo tipo de liturgia basado
en la Palabra viva de Dios y en la obediencia a ella. Jesús, que es la
Palabra entra de modo solemne en el templo, ese lugar privilegiado
en donde Él podrá concluir de manera sorprendente su enseñanza.
El contenido esencial del sacrificio de
Cristo es la obediencia. En la obediencia a su Palabra, se
encuentra la obediencia a Él mismo y a su plan de
salvación. La palabra debe ser escuchada en los acontecimientos, que nos
descubren la presencia de Dios en el mundo.
Ante estas intervenciones de Dios en la propia vida,
tenemos la posibilidad de aceptarla; también está presente en nosotros el
intento de eliminación de esta palabra que nos inquieta, tal como
sucedió en la vida de muchos, durante la predicación de Jesús en Jerusalén. De
la elección que hagamos entre estas dos formas de recibir la Palabra,
depende el valor de nuestra fe y de nuestro encuentro con Dios, que
da sentido a toda nuestra existencia.
Jesús nos sale al paso y nos llama a hacer de
nuestras comunidades y de nuestras vidas un lugar de culto al Dios de
la Vida. La intervención de Jesús en el Templo es una llamada de atención para
que vivamos nuestra fe en autenticidad y sinceridad. Hoy sigue habiendo
mercaderes en el Templo. Cada hombre es “templo del Espíritu Santo” y
hay muchos hombres y mujeres cuyos templos están siendo profanados con todo
tipo de abusos morales, económicos, sicológicos y físicos. Este panorama
debería suscitar en nosotros la misma pasión de Jesús por lo que es sagrado: cada
hombre.
También nuestros templos materiales como espacio
sagrado deben adquirir su verdadero sentido como lugar y forma de encuentro con
Dios, verdaderas casas de oración, abiertas a todos, y lugar donde Jesús sigue
enseñando con la fuerza salvadora de su Palabra.
PARA DISCERNIR
¿Experimento mi vida como templo de Dios?
¿Dignifico la vida de mis hermanos?
¿Mi relación con Dios está marcada por la veracidad y
la sinceridad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…Señor, enséñame a orar…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Que el templo
interior sea tan bello como el de piedras
…”Cuando tres están reunidos en mi nombre (Mt 18,20) forman ya una iglesia. Guarda a los millares aquí congregados: sus corazones ya habían preparado un santuario antes que nuestras manos construyeran éste para gloria de tu nombre. Que el templo interior sea tan bello como el de piedras. Dígnate habitar tanto en el uno como en el otro; tanto nuestros corazones como sus piedras está marcados con tu nombre.
…”Cuando tres están reunidos en mi nombre (Mt 18,20) forman ya una iglesia. Guarda a los millares aquí congregados: sus corazones ya habían preparado un santuario antes que nuestras manos construyeran éste para gloria de tu nombre. Que el templo interior sea tan bello como el de piedras. Dígnate habitar tanto en el uno como en el otro; tanto nuestros corazones como sus piedras está marcados con tu nombre.
La omnipotencia de Dios se hubiera podido levantar
cómodamente, no más que tal como él con un gesto, ha dado existencia al
universo. Pero Dios ha construido al hombre a fin de que el hombre construyera
unas mansiones para él. ¡Bendita sea su clemencia que tanto nos ha amado! Él es
infinito; nosotros somos limitados. Él ha construido para nosotros el mundo;
nosotros le construimos una casa. Es admirable que el hombre pueda construir
una morada al Todopoderoso presente en todo, a quien nada se le puede escapar.
Habita en medio de nosotros con ternura; nos atrae con
vínculos de amor; se queda entre nosotros y nos llama para que escojamos el
camino del cielo para habitar con él. Él dejó su morada y se escogió la Iglesia
para que abandonemos nuestra morada y escojamos el paraíso. Dios habita entre
los hombres para que los hombres encuentren a Dios”…
La liturgia maronita – Oración para la
dedicación de una iglesia
PARA
REZAR
Nos encontramos aquí, Señor,
porque tu amor nos invita y nos espera.
Venimos con nuestras alegrías y penas,
inquietudes y certezas,
aciertos y errores.
Te pedimos que nos despiertes los sentidos,
para poder percibir tu presencia;
y escucharte, y encontrarte;
en las lecturas, las oraciones, las canciones;
en cada hermano y en cada hermana;
en el sonido y en el silencio.
Despierta, Señor,
nuestra sensibilidad adormecida por la rutina,
y renueva siempre en nosotros,
la sed de ti.
Quédate y bendícenos,
alumbra nuestro andar,
ahora y siempre,
por tu gran amor. Amén.
Claudia Ursini
porque tu amor nos invita y nos espera.
Venimos con nuestras alegrías y penas,
inquietudes y certezas,
aciertos y errores.
Te pedimos que nos despiertes los sentidos,
para poder percibir tu presencia;
y escucharte, y encontrarte;
en las lecturas, las oraciones, las canciones;
en cada hermano y en cada hermana;
en el sonido y en el silencio.
Despierta, Señor,
nuestra sensibilidad adormecida por la rutina,
y renueva siempre en nosotros,
la sed de ti.
Quédate y bendícenos,
alumbra nuestro andar,
ahora y siempre,
por tu gran amor. Amén.
Claudia Ursini
21 de noviembre - La
Presentación de la Santísima Virgen María
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de
Zacarías 2, 14-17
Grita de júbilo y alégrate,
hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor-
.Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y
habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los
ejércitos!
El Señor tendrá a Judá como
herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa
Morada!
Palabra de Dios.
SALMO
Lc 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55 (R.: 49)
R. El Todopoderoso ha hecho en
mí grandes cosas. Su nombre es santo.
O bien:
Eres feliz, Virgen María, tú que llevaste en tu seno
al Hijo del Padre eterno.
Mi alma canta la grandeza del
Señor,
y mi espíritu se estremece de
gozo en Dios, mi Salvador. R.
Porque el miró con bondad la
pequeñez de su servidora.
En adelante todas las
generaciones me llamarán feliz,
porque el Todopoderoso ha
hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo! R.
Su misericordia se extiende de
generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su
brazo,
dispersó a los soberbios de
corazón. R.
Derribó a los poderosos de su
trono
y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los
hambrientos
y despidió a los ricos con las
manos vacías. R.
Socorrió a Israel, su
servidor,
acordándose de su
misericordia,
como lo había prometido a
nuestros padres,
en favor de Abraham
y de su descendencia para
siempre. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 12, 46-50
Jesús estaba hablando a la
multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de
hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y
quieren hablarte.»
Jesús le respondió: « ¿Quién
es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con la mano a sus
discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace
la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y
mi madre.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
El 20 de noviembre del 543, tuvo lugar en Jerusalén la
dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, erigida sobre la colina de
Sión, ante la explanada del templo. Las Iglesias de Oriente han ligado a esta
dedicación el recuerdo de la «Entrada en el Templo de la Santísima Madre de
Dios», que recogen las narraciones antiguas.
Desde siempre, y al estilo de cada época, a los niños
o a los adolescentes se los ha presentado en comunidad para dejar constancia de
la pertenencia de ellos al grupo. Inclusive religiosamente, el bautismo
cristiano es una primera presentación: el abrirle la puerta de la fe al
nuevo miembro.
Cuenta la tradición que por aquellos
tiempos también se daban las presentaciones en el templo, y que Ana y
Joaquín acudieron al lugar para ofrecer a su muchachita al Todopoderoso. Es
lo que hoy celebra, como fiesta, la Iglesia.
La presentación de María en el templo no está narrada
en ningún texto de la Sagrada Escritura; de él, sin embargo, hablan
abundantemente y con muchos detalles algunos escritos apócrifos…Según el texto
apócrifo del llamado “Proto-evangelio de Santiago”, la Virgen habría
nacido en Jerusalén; sus padres, llamados Joaquín y Ana, la habrían concebido
ya ancianos después de muchas súplicas a Yahvé a causa de la esterilidad; la
habrían ofrecido al Señor y la habrían presentado, niña aún, en el templo, para
que viviera allí su infancia.
En esta versión encontramos una hermosa leyenda en la
que se describe poéticamente la presentación de la pequeña María en el Templo
de Jerusalén: “El sacerdote la acogió, la besó, la bendijo y la
sentó en el tercer escalón del altar. Y ella danzó sobre sus
piecesitos y toda la casa de Israel comenzó a quererla. Sus padres se
marcharon admirados. María era alimentada en el Templo como una paloma
y recibía el alimento por manos de un ángel”.
La fiesta mariana de hoy, nació de esta tradición
popular. Pero más allá de la leyenda encontramos buenos motivos
para comprender mejor el misterio de María y también el nuestro.
Una acción de gracias al Dios de la vida. San Joaquín y Santa Ana le agradecen a
Dios el don de la vida de su hija, mediante el rito de la presentación en el
Templo. Es lo mismo que María hará con su propio hijo Jesús, cuando al llevarlo
al Templo de Jerusalén, ella dé gracias públicamente por el don de su
maternidad y por el don de la vida nueva que ha venido al mundo.
Una consagración de esta vida a Dios para vivir en
sintonía con su querer. En la presentación en el Templo, a la acción de
gracias, le sigue un acto de consagración, de ofrecimiento de la vida a Dios.
Por encima del acontecimiento que puede servir como soporte a esta
festividad, María aparece hoy la Purísima, «la fuente perpetuamente
manante del amor», “el templo espiritual de la santa gloria de Cristo
nuestro Dios” (Liturgia bizantina).
Se trata de una hermosa y devota creación,
que compendia rasgos salientes del Antiguo Testamento. La avanzada edad de los
progenitores cuadra bien con los orígenes de la que verdaderamente es “don
de Dios”; más todavía que Isaac para el longevo Abraham y que los
hijos de Raquel.
El voto de los padres de entregar a su hija al
servicio exclusivo de Dios, actualiza el gesto de Ana, madre de Samuel, que después de dar a
luz a su hijo, de forma milagrosa, lo dedica totalmente al templo de Silo. A
los tres años, por otra parte, tenía lugar el destete, según II Mac 7, 27. En María,
Israel ha dado por fin la respuesta fiel, que Dios esperaba desde siempre al
compromiso de la alianza. Con María nace la Iglesia de Cristo y se realiza como
comunidad consagrada al Señor. Su respuesta: “Soy la sierva del Señor,
hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38), son el eco fiel del
ofrecimiento que el “Siervo de Dios” hará de su vida al
Padre: “He aquí que vengo…para hacer, oh Dios, tu voluntad” (Hebr
10, 7 citando el Sal 40, 8 – 9).
María, mucho mejor que el templo de Salomón, alberga
al hijo de Dios en su seno; anticipando la vocación de los creyentes y de la
Iglesia, templo del Dios viviente, que se encuentra en espera de la Jerusalén
celestial; donde ya no habrá templo, puesto que Dios habita allí para siempre.
A esto apunta la primera lectura del profeta Zacarías, escogida para esta
liturgia: “Grita y alégrate, hija de Sión, porque yo vengo a habitar en
medio de ti” (Zac 2, 14). Naciones numerosas se adherirán al Señor y
Él habitará en medio de su pueblo. La fiesta de la Entrada, o la Presentación,
de la Madre de Dios en el Templo, es la que celebra el fin del “Templo de
piedra” en Jerusalén como la morada de Dios. Cuando la niña María entra al
templo, la época del templo llega a su fin, y se revela el “preludio
de la buena voluntad de Dios”. En este festejo celebramos, en la persona de
la Madre de Cristo Dios, que nosotros también somos templo y morada del
Señor.
La Presentación de María, como se dice en Occidente,
es el símbolo de la consagración que la Virgen Inmaculada hizo de sí misma al Señor
en los albores de su vida consciente. Hoy contemplamos la dedicación total de
María a la voluntad de Dios. Por eso es que hoy leemos en el evangelio la
definición que Jesús da de su propia familia: “Todo el que cumpla la
voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mt
12,50).
María es plenamente la Madre de Jesús, no solamente
porque lo llevó nueve meses en su vientre, porque lo dio a luz, porque lo
alimentó y lo educó, sino porque ella escuchó y obedeció con una dedicación
total su Palabra, porque esta Palabra fue el fuego que ardió en su corazón y le
indicó la ruta de su proyecto de vida.
Durante toda su vida, desde la presentación en el
Templo como ofrenda viviente al Señor y desde aquél día en que con su “sí” aceptó
ser la Madre de Jesús, hasta la dramática experiencia del Calvario, María
fue signo de la adhesión, de la fidelidad, de la consagración total a la
voluntad de Dios.
De esta forma el misterio de María no se agota en ella
misma sino que ilumina profundamente la vida de “todo” aquel que como ella viva
un serio camino de discipulado. Porque María, por su consagración total a
la voluntad de Dios, es el primer y más claro ejemplo del cumplimiento de
las palabras de Jesús que escuchamos hoy, ella es también verdaderamente
la “Madre” de la nueva familia de Jesús. María fue la primera y mejor
cumplidora de la voluntad divina, cuando respondió: “Hágase en mí según tu
palabra” (Lc 1, 38) y al proponer sin vacilar, pese a un aparente rechazo en
Caná: “Hagan todo lo que ÉL les diga” (Jn 2, 5).
Este trozo de Mateo, entonces, lejos de significar un
rechazo de María, en labios de su propio Hijo, revela a plena luz el gran
papel de esta Madre en los planes de Dios: fue elegida para ser madre de muchos
hermanos, que por la fe y la obediencia, darían constantemente nueva carne al
Hijo que ella presentó al mundo.
He ahí la gran enseñanza de María para la
Iglesia en este tiempo: haber sido reconocida por su Hijo como
cumplidora de la Palabra, pero también, su gran invitación: tratar de ser
reconocidos nosotros por lo mismo. Cumplir la Palabra es el
gran mensaje de hoy, en esta fiesta de la Presentación de María. Será necesario
mirar a fondo nuestro caminar, para encontrar nuevas opciones para cumplirla.
…”María se consagra para siempre al servicio de Dios,
y si sale del Templo es solamente porque Ella es el templo vivo en que debe
habitar Jesús. ¿No es verdad acaso que te has presentado alguna vez a Dios para
servirlo? Pero, cobarde de tí, pronto te has cansado de servir a un Señor tan
bueno: te has retractado, con tus acciones, de la promesa que le habías hecho!
Virgen Santa, preséntame a tu Hijo muy amado; quiero ser todo de Él hasta el
fin de mi vida. En un cristiano, no es el comienzo, sino el fin lo que merece
elogios. (San Jerónimo).
PARA DISCERNIR
¿Experimento mi vida de fe como una consagración a
Dios y al reino?
¿Mi consagración la vivo como la encarnación de la
Palabra en mi vida?
¿Busco la ejemplaridad de María para mi vida de fe?
PARA REZAR
Himno de la Liturgia de las Horas
Esta era una niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.
Quemaban su pecho,
con celeste ardor,
palabras magníficas,
silencio de Dios:
“¡Oh Padre que habitas
en alto esplendor,
envía el rocío
del Hijo de Dios!
¡Abrase la tierra;
brote el Salvador!
¡LLoved, rojas nubes,
al Dios de Jacob!
¡Floreced, collados,
al Justo, al Señor,
lucero del alba,
flor de la creación!”
Y al solio del Padre
subía su clamor,
cual nube de incienso
plegaria sin voz. Amén
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.
Quemaban su pecho,
con celeste ardor,
palabras magníficas,
silencio de Dios:
“¡Oh Padre que habitas
en alto esplendor,
envía el rocío
del Hijo de Dios!
¡Abrase la tierra;
brote el Salvador!
¡LLoved, rojas nubes,
al Dios de Jacob!
¡Floreced, collados,
al Justo, al Señor,
lucero del alba,
flor de la creación!”
Y al solio del Padre
subía su clamor,
cual nube de incienso
plegaria sin voz. Amén
LECTIO DIVINA
Han
convertido la casa de Dios en una cueva de ladrones
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 19, 45-48
Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Está escrito: "Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones"».
Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo
hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Palabra del
Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
El evangelio de Lucas resume esta
narración sobre la expulsión de los vendedores del templo; evita los detalles
violentos pero no mitiga las expresiones fuertes de Jesús, indignado por lo que
sucedía en la casa de su Padre. Jesús era el rey de Jerusalén (19,38), y por
eso le correspondía cuidar el templo (2 Cron 29,1-11; 34,8). Es más,
aquí aparece Jesús diciendo “mi casa”, con la cita de Is 56,7: “Los alegraré en
mi casa de oración”.
Pero lo que Jesús veía en su casa no era
la alegría de la fe y del encuentro con Dios, porque el templo se había
convertido en un lugar de comercio. Pero, ¿por qué Jesús dice “cueva de
ladrones”? Porque los Sumos Sacerdotes y las autoridades religiosas de Jerusalén
utilizaban el templo como una fuente de ingresos personales, y explotaban a la
gente a través de las costumbres religiosas. Cumplir con los sacrificios que
mandaba la Ley de Dios era sumamente costoso para los fieles, que en cada
visita al templo debían dejar buena parte de lo poco que tenían.
Este duro reproche de Jesús tocó a fondo
el orgullo y los intereses de los Sumos Sacerdotes y de todos los que se
beneficiaban con ese comercio. Por eso Lucas nos cuenta inmediatamente que
“buscaban la forma de matarlo” (v. 47).
Cada uno de nosotros podría preguntarse
también si no convierte su fe en un comercio; porque a veces sucede que las
personas buscan a Dios sólo para alcanzar algún beneficio, y sólo adoran a Dios
cuando consiguen algo que les interesa. Van al templo, pero no viven la alegría
de encontrase con él, de alabarlo gratuitamente, sin esperar nada. Quizás
Jesús, así como purificó el templo, tendría que entrar en nuestras vidas y
limpiarlas de tantos intereses egoístas, para que no usemos a Dios según
nuestros caprichos.
Texto
extraído de “El Evangelio de cada día” – Víctor M. Fernández
Editorial San Pablo – Página 358.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
· ¿La Casa de Dios es para mí una verdadera
casa de oración?
· ¿Puedo en la intimidad de mi corazón
transformarla en algo distinto?
· ¿Tengo la actitud del pueblo que en el texto
se describe como de escucha de su palabra y pendiente de ella?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL
TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, derrama
en mi corazón un espíritu de verdadera devoción, para que cada visita a tu casa
de oración sea un momento de verdadero gozo interior, de encuentro con el Padre
Dios, de alabanza y gratitud.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO
BÍBLICO?
|
Reflexiono en las duras acciones y
palabras de Jesús y en su celo por la Casa de Dios.
Medito en mi actitud de corazón cuando voy
a la Iglesia y en la del pueblo que con su escucha de la palabra de Jesús hacía
que quienes buscaban la manera de matarlo no encontraran “el cómo”.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
· ¿Cómo prepararé mi alma para ir a la Casa de
Dios?
· ¿Tengo una actitud de escucha dependiente
de la palabra del Señor?
· ¿A quién alentaré a concurrir con esa
actitud a la Casa de Dios?
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