27 de noviembre
de 2014 – TO – JUEVES DE LA SEMANA XXXIV
Levanten la
cabeza porque llega la liberación
PRIMERA LECTURA
Lectura del Libro del Apocalipsis 18,
1-2.21-23.19, 1-3.9.
Después vi que otro Angel descendía del
cielo con gran poder, mientras la tierra se iluminaba con su resplandor.
Y gritó con voz potente: “¡Ha caído, ha
caído Babilonia, la grande! Se ha convertido en refugio de demonios, en guarida
de toda clase de espíritus impuros y en nido de aves impuras y repugnantes.
Y un Angel poderoso tomó una piedra del
tamaño de una rueda de molino y la arrojó al mar, diciendo: “Así, de golpe,
será arrojada Babilonia, la gran Ciudad, y nunca más se la verá”.
Ya no se escuchará dentro de ti el canto
de los que tocan el arpa y de los músicos, de los flautistas y de los
trompetistas; ya no se encontrarán artesanos de los diversos oficios, ni se
escuchará el sonido de la rueda del molino.
No volverá a brillar la luz de la lámpara,
ni tampoco se escuchará la voz de los recién casados. Porque tus comerciantes
eran los grandes de la tierra, y con tus encantos sedujiste a todos los
pueblos.
Después oí algo parecido al clamor de una
enorme multitud que estaba en el cielo, y exclamaba: “¡Aleluya! La salvación,
la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, porque sus juicios son
verdaderos y justos. El ha condenado a la famosa Prostituta que corrompía la
tierra con su lujuria, y ha vengado en ella la sangre de sus servidores”.
Y volvieron a decir: “¡Aleluya! La humareda
de la Ciudad se eleva por los siglos de los siglos”. Después el Angel me dijo:
“Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del
Cordero”. Y agregó: “Estas son verdaderas palabras de Dios”.
Palabra de Dios
SALMO
Sal 100,2.3.4.5.
R: Dichosos los invitados al banquete de
bodas del Cordero.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de
gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre.
R.
“El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.” R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 21, 20-28
Jesús dijo a sus
discípulos:
«Cuando vean a
Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que
estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la
ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella.
Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá
cumplirse.
¡Ay de las que
estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la
desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al
filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén
será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su
cumplimiento.
Habrá señales en
el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa
de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres
desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se
conmoverán.
Entonces se verá
al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.
Cuando comience a
suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la
liberación.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
La escena de hoy resume toda la lucha
entre el bien y el mal, entre Cristo y la Bestia. Describe la ruina
de Babilonia, de Roma.
La imagen de una gran piedra que
es lanzada al fondo del mar, es muy expresiva para describir la destrucción
de la Bestia. En su territorio ya no habrá música, ni fiesta, ni luz de
lámparas, ni voz de novio, o de novia. Silencio, oscuridad, ruina, muerte.
Por otro lado, con voces de una gran
muchedumbre cantando himnos y aleluyas, la victoria.
El Apocalipsis es un libro guerrero
y valiente, nos da ánimos en la lucha y nos hace mirar hacia el futuro
confiados en el triunfo de Cristo y los suyos.
La comunidad del Cordero, los que no han
apostatado ni se han dejado manchar por la corrupción, sigue en pie y no deja
de cantar.
Entonamos aleluyas a Dios y a Cristo, lo
hacemos con alegría agradecida, humildemente, con el deseo
de que esta salvación sea universal, que nadie quede fuera de este cortejo, que
todos puedan pasar a gozar para siempre de la vida de Dios.
***
Es la tercera vez que
Jesús anuncia, con pena, la destrucción de Jerusalén. Lucas
mezcla dos planos: el de la caída de Jerusalén que
probablemente ya había sucedido cuando él escribe este evangelio y la segunda
venida de Cristo, precedida de signos en el sol y las estrellas, el estruendo
del mar, el miedo y la ansiedad “ante lo que se avecina”.
Los discípulos habían preguntado por la
señal que daría paso a la restauración de Israel. Jesús les responde ahora
hablándoles de señales cósmicas que ya, en los profetas, eran símbolo de
la caída de un orden social injusto y la inauguración de un mundo
distinto. La caída del régimen opresor judío, vendrá seguida de la caída
sucesiva de los opresores paganos.
La caída de la ciudad santa es entendida
como la consecuencia de haber rechazado la salvación que se le ofrecía en
Jesús. Jesús expresa su compasión por las víctimas. Y
pone en guardia a los discípulos para que no perezcan. Lo visto y experimentado
en la caída de la ciudad se convierte en urgente invitación a aceptar aquella
propuesta.
Por otro lado, el tiempo que se
inaugura a partir de ese acontecimiento, deberá ser leído en clave
positiva. La visión profética trata de descubrir en el desarrollo de la
historia las oportunidades de salvación que se presentan, por eso, tanto la
destrucción de Jerusalén y del poder de los paganos que los oprimía es
también ocasión de la proclamación del anuncio de salvación.
Por eso la perspectiva ante la venida con
poder del Hijo del Hombre es optimista: el anuncio no quiere entristecer,
sino animar invitando a alzar la cabeza porque se acercan los
tiempos nuevos marcados por la liberación.
Sea en el momento de nuestra muerte, que no es final, sino
comienzo de una nueva manera de existir mucho más plena; sea en
el momento del final de la historia, con la venida de Cristo no en humildad y
pobreza, como en Belén, sino en gloria y majestad; sea en cada
acontecimiento del presente donde descubrimos el paso de Dios
somos llamados a alzar la cabeza y levantarnos, porque son tiempos de
salvación. Somos nuevamente invitados a tener confianza en la victoria de
Cristo Jesús: el Hijo del Hombre viene a salvar a los hombres y a
renovar la creación.
Nos hace bien en este tiempo pensar que la
meta es la victoria final, junto al Hijo del Hombre: Él ya atravesó
en su Pascua la frontera de la muerte e inauguró para sí y para nosotros
la nueva existencia, los cielos nuevos y la tierra nueva.
Nos toca ahora trabajar, para alcanzarlos, llevando a cabo la misión que inició Cristo y que nos confió a nosotros. Esperar activamente, levantar la cabeza y no bajar los brazos: esto es caminar en esperanza.
Nos toca ahora trabajar, para alcanzarlos, llevando a cabo la misión que inició Cristo y que nos confió a nosotros. Esperar activamente, levantar la cabeza y no bajar los brazos: esto es caminar en esperanza.
PARA DISCERNIR
¿Estoy atento a los signos que Dios me va
mostrando en la vida cotidiana?
¿Mi esperanza se agota en esta vida?
¿Experimento el llamado a construir los
cielos nuevos y la tierra nueva?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…Quiero seguirte y vivir en esperanza
Señor…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Levantaos, alzad la cabeza, se acerca
vuestra liberación»
…”«Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor que ya llega, ya llega a regir la tierra» (Sl 95 12-13). El Señor vino una primera vez y vendrá de nuevo. Vino una primera vez «sobre las nubes» (Mt 26,64) en su Iglesia. ¿Cuáles son las nubes que lo trajeron? Los apóstoles, los predicadores… Vino una primera vez llevado por sus predicadores, y llenó toda la tierra. No nos resistamos a su primera venida si no queremos temer la segunda…
¿Qué es lo que debe hacer, pues, el
cristiano? Aprovecharse de este mundo, pero no servirse de este mundo. ¿En qué
consiste esto? «Poseer como si no se poseyera». Es eso lo que dice san Pablo:
«Hermanos, el momento es apremiante… Desde ahora, los que lloran como si no
lloraran; los que están alegres como si no lo estuvieran; los que compran como
si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él:
porque la representación de este mundo se termina. Quiero que os ahorréis
preocupaciones» (1C 7, 29-32). El que está libre de preocupaciones espera con
confianza la venida de su Señor. Porque ¿ama uno a su Señor si teme su venida?
Hermanos míos, ¿no enrojecemos? Le amamos ¿y tememos su venida? Verdaderamente
le amamos ¿o es que más bien amamos nuestros pecados? Odiemos, pues, nuestros
pecados, y amemos a Aquel que ha de venir…
«Aclamen los árboles del bosque, delante
del Señor que ya llega», porque el Señor vino una primera vez… Vino una primera
vez, y volverá para juzgar la tierra; entonces encontrará llenos de alegría a
todos los que habrán creído en su primera venida.
San Agustín (354-430),
obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la
Iglesia
Disertación sobre el salmo 95
PARA REZAR
Espera en Dios. Espera.
El no se desdice. El no te miente.
El Dios de la Paz te dará la Paz.
El Dios del Amor te dará Amor.
Amor para recibir, para dar, para vivir.
El Dios gozoso te hará gozoso.
El no se guarda sus tesoros.
El no escatima sus dones.
El no olvida sus promesas.
Él te conoce.
Él te nombra y te ama.
Él te amó primero.
Él se dejó encontrar.
Confía.
No te perderás sus riquezas.
Pasarás en paz. El Caos no te alcanza.
Porque Dios es tu escudo.
Le invocas. Él viene.
Le llamas. Él está ya en tu puerta.
Le pides y Él ya te lo dio.
Estiras las manos y Él ya las colmó.
El no se desdice. El no te miente.
El Dios de la Paz te dará la Paz.
El Dios del Amor te dará Amor.
Amor para recibir, para dar, para vivir.
El Dios gozoso te hará gozoso.
El no se guarda sus tesoros.
El no escatima sus dones.
El no olvida sus promesas.
Él te conoce.
Él te nombra y te ama.
Él te amó primero.
Él se dejó encontrar.
Confía.
No te perderás sus riquezas.
Pasarás en paz. El Caos no te alcanza.
Porque Dios es tu escudo.
Le invocas. Él viene.
Le llamas. Él está ya en tu puerta.
Le pides y Él ya te lo dio.
Estiras las manos y Él ya las colmó.
LECTIO DIVINA
Jerusalén será pisoteada por
los paganos,
hasta que el tiempo de los paganos llegue a su
cumplimiento
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Lucas 21, 20-28
Jesús
hablaba a sus discípulos acerca de su venida:
Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está
próxima. Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén
dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no
vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está
escrito deberá cumplirse.
¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será
grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.
Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y
Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos
llegue a su cumplimiento.
Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los
pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las
olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo,
porque los astros se conmoverán.
Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de
gloria.
Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está
por llegarles la liberación.
Palabra del
Señor.
1 - LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Guías
para la lectura:
Jesús anuncia la ruina de
Jerusalén, intentando tocar así los corazones de los judíos, orgullosos de su
capital y aferrados a las instituciones religiosas que residían en la ciudad
capital. Allí estaba el templo y una organización religiosa que le daba
seguridad. Al anunciar que todo eso puede ser destruido Jesús invita a los
judíos a abrir el corazón a la novedad que Él trae y volver a lo esencial.
Pero luego se nos habla de
la venida gloriosa de Jesús que concierne no sólo a Jerusalén, sino a todos los
pueblos. Y cuando Lucas describe la Parusía, su objetivo no es satisfacer
nuestra curiosidad haciéndonos conocer los detalles del fin del mundo, sino
destacar la figura de Jesús, el Hijo del hombre, que vendrá glorioso en medio de
esos fenómenos llamativos, que sólo sirven para destacar su venida. Esa venida
será causa de temor para los que no le han dado un sentido a sus vidas, y por
eso “desfallecerán de miedo”. Pero para los verdaderos cristianos será un
alivio y un regalo: “levanten la cabeza, porque se acerca su liberación”.
Lo que parece destrucción
y fin en realidad es liberación y crecimiento, como cuando la crisálida se
convierte en mariposa, como cuando el feto sale del seno de la madre, como
cuando se abandona la infancia o la adolescencia. Para el que cree, todo final
es el comienzo de algo mejor. Pero hay que saber discernir, con la luz de Dios,
cuándo algo debe terminar, cuándo algo debe morir para permitir un nuevo
nacimiento.
Las estrellas que caen,
los astros que tiemblan, el sol y la luna que cuyo brillo es opacado, no son
fenómenos posteriores a la venida gloriosa de Jesús, sino anteriores. Es como
si las criaturas, percibiendo la llegada, no pudieran resistir y fueran
abriéndole paso para que sólo Él brille. Los astros mencionados se caracterizan
por su irradiación de luz, pero ante tal gloria luminosa acercándose, ellos
pierden todo sentido. El Apocalipsis dice que en el cielo “el mar ya no existe”
(Apoc 21,1), donde el mar es tomado simbólicamente – como símbolo del mal – y
no materialmente.
Texto extraído de “El Evangelio de cada día”
Víctor M. Fernández - Editorial San Pablo – Página
366.
2
- MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas
para la meditación:
¿Qué sentido
del reinado supremo y eterno del Señor me enseña este texto?
¿Qué significa
que el Señor volverá lleno de poder y gloria para mi vida de fe?
¿Cómo me
animan las palabras del texto: “… tengan ánimo y levanten la cabeza, porque
está por llegarles la liberación”?
3
- ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, ayúdame a recordar
que todo es transitorio, todo termina, todo tendrá un final, para que no me
aferre a nada como si fuera definitivo. Sólo tú mi Dios eres definitivo y
eterno, tú eres el sentido inagotable de mi vida.
4
- CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Reflexiono en
la transitoriedad de la vida, la eternidad victoriosa del Señor y el ánimo que
la liberación final de Dios me inspira.
5
- ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la acción:
¿Cómo viviré
cada día lo espiritual conociendo el final de lo material y transitorio?
¿Cómo obtendré
seguridad en mi esperanza conociendo su regreso en poder y gloria?
¿De qué manera
recibiré aliento cada día al saber de la liberación final que me traerá el
Señor?
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