19 de febrero de 2015


Pongo delante tuyo la bendición y la maldición

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio    30, 15-20

    Moisés habló al pueblo diciendo:
    Hoy pongo delante de ti la vida y la felicidad, la muerte y la desdicha. Si escuchas los mandamientos del Señor, tu Dios, que hoy te prescribo, si amas al Señor, tu Dios, y cumples sus mandamientos, sus leyes y sus preceptos, entonces vivirás, te multiplicarás, y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde ahora vas a entrar para tomar posesión de ella.
    Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar y vas a postrarte ante otros dioses para servirlos, yo les anuncio hoy que ustedes se perderán irremediablemente, y no vivirán mucho tiempo en la tierra que vas a poseer después de cruzar el Jordán.
    Hoy tomo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra: yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes, con tal que ames al Señor, tu Dios, escuches su voz y le seas fiel. Porque de ello depende tu vida y tu larga permanencia en la tierra que el Señor juró dar a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob. 
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: 39, 5a) 
R.    ¡Feliz el que pone en el Señor toda su confianza!

    ¡Feliz el hombre
    que no sigue el consejo de los malvados,
    ni se detiene en el camino de los pecadores,
    ni se sienta en la reunión de los impíos,
    sino que se complace en la ley del Señor
    y la medita de día y de noche! R.

    El es como un árbol
    plantado al borde de las aguas,
    que produce fruto a su debido tiempo,
    y cuyas hojas nunca se marchitan:
    todo lo que haga le saldrá bien. R.

    No sucede así con los malvados:
    ellos son como paja que se lleva el viento.
    Porque el Señor cuida el camino de los justos,
    pero el camino de los malvados termina mal. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    9, 22-25

    Jesús dijo a sus discípulos:
    «El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»
    Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

Moisés se dirige al pueblo antes de la entrada en la tierra prometida. Han soportado la travesía a través del desierto, han comenzado el proceso de convertirse en el pueblo de Yahvé. Es el pueblo que pertenece a Dios, en el que pertenecerse unos a otros, y que pertenecen a la tierra prometida.
Han entrado en la alianza con Dios y están íntimamente unidos por la ley y el poder de Dios que se manifestó en Moisés y Josué.
A partir de sus elecciones, de su fidelidad o infidelidad, continuarán viviendo o correrán hacia la muerte y la destrucción. Sin el apoyo y la cercanía de Dios estarán desamparados frente a todo lo que deberán afrontar. No entrarán sólo en un nuevo país, sino en nuevo nivel de intimidad y de conocimiento de Dios. Es un tiempo para que elijan con un solo corazón, una sola mente y un solo objetivo.
***
Lucas en el evangelio reafirma esta necesidad de elección a los que se inclinan a seguir al Hijo de Dios, que va trazando un camino de entrega no exento de dolor, de rechazo y de cruz. Si queremos seguirlo debemos, como Èl, negarnos a nosotros mismos, tomando nuestra cruz y siguiendo sus pasos. Los primeros cristianos vivieron esta elección renunciando a los bienes y servicios personales para compartirlos con los demás miembros de la comunidad.
El segundo día de Cuaresma se nos dice que ésta debe ser nuestra disciplina diaria y una elección de por vida: optar por el bien común, que cuida la vida de los otros, que confía en Dios ante las dificultades y pruebas y por esa misma confianza se convierte en vida abundante para todos.
Es tiempo de elegir la vida y la bendición, la justicia y santidad. Al principio puede parecer abrumador, pero seguimos las huellas de Aquel que garantiza nuestros pasos y son muchos los que nos han precedido en la fe.

Para discernir

¿Qué elijo para mi vida?
¿Qué es bendición para mi vida? ¿Qué maldición?
¿Cuándo elijo una y cuando la otra?
¿Qué fuerza tienen las elecciones en mi vida?
¿Qué elijo diariamente como paso de bendición para mi vida?
¿A qué tengo que renunciar para vivir la bendición?

Repitamos a lo largo de este día

 “Si morimos con él, viviremos con él” (2 Tim 2,11).

Para la lectura espiritual

Por encima de la finitud, del espacio y del tiempo, el amor infinitamente infinito de Dios viene y nos toma. Llega justo a su hora. Tenemos la posibilidad de aceptarlo o rechazarlo. Si permanecemos sordos, volverá una y otra vez como un mendigo, pero también como un mendigo llegará el día en que ya no vuelva. Si aceptamos, Dios depositará en nosotros una semillita y se irá. A partir de ese momento, Dios no tiene que hacer nada más, ni tampoco nosotros, sino esperar. Pero sin lamentarnos del consentimiento dado, del “sí” nupcial. Esto no es tan fácil como parece, pues el crecimiento de la semilla en nosotros es doloroso. Además, por el hecho mismo de aceptarlo, no podemos dejar de destruir lo que le molesta; tenemos que arrancar las malas hierbas, cortar la grama. Y, desgraciadamente, esta grama forma parte de nuestra propia carne, de modo que esos cuidados de jardinero son una operación cruenta. Sin embargo, en cualquier caso la semilla crece sola. Llega un día en que el alma pertenece a Dios, en que no solamente da su consentimiento al amor, sino en que, de forma verdadera y afectiva, ama. Debe entonces, a su vez, atravesar el universo para llegar hasta Dios. El alma no ama como una criatura, con amor creado. El amor que hay en ella es divino, increado, pues es el amor de Dios hacia Dios que pasa por ella. Sólo Dios es capaz de amar a Dios. Lo único que nosotros podemos hacer es renunciar a nuestros propios sentimientos para dejar paso a ese amor en nuestra alma. Esto significa negarse a sí mismo. Sólo para este consentimiento hemos sido creados. 
S. Weil, A la espera de Dios, Madrid 1993, 84

Para rezar

Señor, acercarme a Vos
es prepararme para la prueba.
Dame la capacidad de orientar bien mi corazón
y mantenerme firme para no confundirme
en el tiempo del dolor.
Quiero pegarme a Vos Señor y no alejarme,
aceptando lo que venga con paciencia
en los dolores y los fracasos.
Así como en el fuego se prueba el oro,
en el horno de la humildad el camino cierto.

LECTIO DIVINA

El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo

+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas         9, 22-25

         Jesús dijo a sus discípulos:
         «El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»
         Después dijo a todos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?» 
 Palabra del Señor.

1.   LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

 ·   Guías para la lectura:

El versículo 22 del Evangelio de hoy,  es conocido como el primer anuncio de la Pasión de Jesús. El mismo se encuentra inmediatamente después de la profesión de fe de Pedro: “Tú eres el Mesías de Dios” (v.21).  El Señor declara en forma íntima y reservada a sus discípulos que es realmente el Mesías esperado, pero también que es el Siervo Sufriente (Isaías 53). Esta aclaración era necesaria, para alejar las expectativas de un mesianismo en un sentido terrenal y político,  que tuviera como referencia la alimentación de la multitud. (vs. 10-17). La voz pasiva de los sucesos de la pasión lo sitúan a Jesús en una posición de suma obediencia a la voluntad de Dios. En lo que se refiere a su resurrección, esta voz pasiva acentúa la idea de que es el Padre quien resucitará a Jesús y no él a sí mismo. 
Luego de esta impactante declaración misionológica, el Señor vuelve la mirada “a todos” y les da a conocer las condiciones de seguirlo. (v.23-25). La audiencia de esta proclamación, no sólo excede a los doce, y a los discípulos, sino es probable que incluya a la multitud del milagro de los panes, porque en el relato de Lucas estos aún no han sido despedidos. De esta manera, sus palabras enfatizan un claro continente universal que alcanza a todos los que deseen ser seguidores de Cristo. 
La idea de la renuncia aparece en Lucas sólo aquí (v23);  la de llevar su propia cruz reaparecerá en Lc.14.27. La renuncia puede llevar a sus seguidores a representarse a sí mismos como condenados a los ojos del mundo, como personas que están íntegramente comprometidas en su seguimiento a Cristo. En los versículos 24 y 25, la disposición a la renuncia cobra tal magnitud que está íntimamente ligada a la conversión y a la salvación. 
Una persona que renuncia a sí misma, no está anulando su identidad ni su vida, sino que niega su confianza en lo que él mismo es por su naturaleza pecadora y acepta su dependencia a la salvación que viene de Dios. El cargar la cruz se presenta como figura de aceptación a las persecuciones y sufrimientos que pueden sobrevenir por su seguimiento a Jesús. Asimismo, ese acto es resaltado como voluntario y como una decisión cotidiana (“cada día”). Finalmente el gozo del seguimiento (“y me siga”),  significa caminar tras sus pasos confiando en él con la gratitud de la salvación recibida. 
Los vs. 24 y 25 nos recuerdan “la parábola del rico insensato” (Lc. 12.16.21). Amontonó bienes materiales, pensando todo el tiempo en sí mismo. Se imagina que las posesiones materiales, o bien el placer, el prestigio, la fama, pueden darle la paz y satisfacción interiores que está buscando. Pero esta estrechez de su horizonte hace que su alma sea más y más pequeña. La pierde; es decir, pierde cualquier remanente de vida más elevada y noble que pudiera haberle quedado al principio. 
Tal como el relato de la lectura del Antiguo Testamento de hoy, Dios vuelve a decir: “yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes, con tal que ames al Señor, tu Dios, escuches su voz y le seas fiel”. 
“¿Qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde a sí mismo? Los tesoros no aprovechan a los impíos, pues la apariencia de este mundo muere y los placeres pasan como una sombra. Las riquezas vuelan lejos de sus señores; en cambio la justicia librará de la muerte”. Cirilo de Alejandría. (Comentario del Ev.de Lucas). 

2.   MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

·                       Preguntas para la meditación:

·        ¿Cuál es la importancia de que el anuncio de la Pasión, Jesús lo haga luego de la profesión de fe de Pedro?
·        ¿Cuál es la audiencia de las condiciones para seguir a Jesús?
·        ¿Qué significa “venir tras de” Jesús?
·        ¿Qué implicancias tiene “renunciar a uno mismo”?
·        ¿Cuáles son los alcances de “llevar su cruz cada día”?

3.   ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, gracias por tu obediencia sufriente que aceptó con humildad la muerte a nuestro favor. Gracias por el poder que te resucitó de los muertos al tercer día y que es manantial de vida nueva para nuestras vidas. Con tu misericordia, ayúdame a ser verdaderamente tu seguidor, aceptando voluntariamente y con gozo cada día mi cruz. Muéstrame con la ayuda de tu Espíritu Santo cuáles son las cosas que me tienen aferrado a este mundo y me impiden sentir la plenitud de ser tu seguidor. 
Amén. 

4.  CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Releo el texto varias veces hasta comprender plenamente la profundidad del sacrificio obediente de Cristo. 
Me ubico imaginariamente dentro de los oyentes de la condiciones de un buen seguidor y medito haciendo un espacio de silencio en las palabras: “Venir detrás de mí”, “renuncie a sí mismo”, “cargue con su cruz cada día” y “me siga”.

5.   ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

·                        Preguntas para la acción:
  
·        ¿A qué cosas que me estorban en mí caminar cerca de Cristo voy a renunciar hoy?
·        ¿Cómo voy a reaccionar ante algún agravio que reciba por identificarme en mi forma de vida como cristiano?
·        ¿Con quiénes voy a compartir lo que el Señor me mostró en la lectio de hoy?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.