24 de febrero de 2015 – T- de Cuaresma – MARTES DE LA
SEMANA I
Pedir para ser escuchados
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta
Isaías 55, 10-11
Así habla el
Señor:
Así como la lluvia
y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y
el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no
vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión
que yo le encomendé.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 33, 4-5. 6-7. 16-17. 18-19 (R.: 18b)
R. El Señor libra a
los justos de todas sus angustias.
Glorifiquen
conmigo al Señor,
alabemos su Nombre
todos juntos.
Busqué al Señor: él
me respondió
y me libró de
todos mis temores. R.
Miren hacia él y
quedarán resplandecientes,
y sus rostros no
se avergonzarán.
Este pobre hombre
invocó al Señor:
él lo escuchó y lo
salvó de sus angustias. R.
Los ojos del Señor
miran al justo
y sus oídos
escuchan su clamor;
pero el Señor
rechaza a los que hacen el mal
para borrar su
recuerdo de la tierra. R.
Cuando ellos
claman, el Señor los escucha
y los libra de
todas sus angustias.
El Señor está cerca
del que sufre
y salva a los que
están abatidos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 6, 7-15
Jesús dijo a sus
discípulos:
Cuando oren, no
hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán
escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien
qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de
esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro
pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que
nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus
faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a
ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a
ustedes.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
Isaías, profeta del consuelo tiene
la profunda seguridad de que el Señor está presente en los sufrimientos
de su pueblo y que un día les ha de devolver su alegría y su
patria. Esta convicción arranca de la palabra del Señor, dada y mantenida
de generación en generación.
El profeta conoce bien la eficacia callada
y profunda del agua y de la nieve: empapar, fecundar, hacer germinar, dar
semilla y pan. La palabra de Dios, del mismo modo que la lluvia y la
nieve hace su obra“empapándonos”, es decir: colmándonos
interiormente, penetrándonos, llegando hasta lo más profundo de nuestro ser,
llenando nuestros vacíos e iluminando nuestras oscuridades.
Cuando abrimos nuestro corazón a la
Palabra que Dios ha pronunciado sobre nosotros, ella nos fecunda y
hace dar fruto.
***
Jesús nos recuerda hoy una dimensión
esencial de toda vida que quiere vivir en profundidad: la oración.
El Evangelio nos habla de nuestra
plegaria, de su verdadero contenido, de cómo debemos comportarnos y de la
interioridad auténtica. Se trata de la actitud que el hombre ha de adoptar
en sus relaciones con Dios.
En el Evangelio nos muestra que el hombre
puede convertirse en terreno fértil para la palabra de Dios cuando sumerge su
vida en la oración y desde ella en el misterio de Dios.
Jesús, además de recomendarnos la oración nos enseña una manera de
realizarla: el «Padrenuestro». La oración es ponerse ante Dios en
relación de hijos. Nos enseña a usar la palabra “Abba” que es
la palabra más familiar de la lengua hebrea. Esta palabra es la que los niños
usan al echarse en brazos de su padre: algo así como “¡papito querido!”
El Padrenuestro se contrapone a las
largas plegarias de los paganos, que basaban su eficacia en las palabras que
pronunciaba el hombre. La oración cristiana, en cambio, recibe su
eficacia del Padre, ya que es una respuesta amorosa que acepta la
voluntad salvadora de Dios sobre uno mismo y sobre la historia.
El Padrenuestro nos educa a una
visión auténtica de nuestra vida porque se fija ante todo en Dios y su
reino: Padre… santificado sea tu nombre…
hágase tu voluntad… venga tu Reino. Luego pide para nosotros: el pan de cada día… el perdón de las ofensas… que no caigamos en la tentación… que nos libre de mal.
hágase tu voluntad… venga tu Reino. Luego pide para nosotros: el pan de cada día… el perdón de las ofensas… que no caigamos en la tentación… que nos libre de mal.
La verdadera oración es modelar el
corazón para la realización de la voluntad de Dios, y trabajar con todas
nuestras fuerzas para que esa voluntad se realice en los hermanos. Y esa
voluntad consiste en que Él sea Padre y que nosotros vivamos
entre como verdaderos hermanos.
Para discernir
¿A dónde apunta mi oración?
¿Quiero descubrir en mi oración la
voluntad de Dios o quiero que Dios haga mi voluntad?
¿Mi corazón clama a Dios en todo tiempo o
sólo en el momento de la necesidad?
¿Mi oración busca el encuentro o es
solamente interesada?
Repitamos a lo largo de este día
“¡Abba, Padre! Que se haga como quieres
Tú”.
Para la lectura espiritual
…”Líbranos del mal…” El mundo yace en el
mal, y mal no es sólo el caos, ausencia de ser: manifiesta una inteligencia
perversa que, a fuerza de honores sistemáticamente absurdos, quiere hacernos
dudar de Dios y su bondad. En realidad, se trata no de la simple “privación del
bien”, sino del Maligno, del Malvado; no la materia, ni el cuerpo, sino la más
sublime inteligencia encerrada en su propia luz… Es necesario afirmar que Dios
no ha creado el mal, y menos aún lo permite. “El rostro de Dios gotea sangre en
la sombra”, decía León Bloy. Dios siente el mal en su propio rostro, como Jesús
recibió las bofetadas teniendo los ojos vendados. El grito de Job no deja de
clamar, y Raquel sigue llorando sus hijos. Pero la respuesta a Job está ahí: es
la cruz. Es Dios crucificado sobre todo el mal del mundo, pero capaz de hacer
estallar en las tinieblas una inmensa fuerza de resurrección. Pascua es la
transfiguración en el abismo.
Y “líbranos del mal” a nosotros, que nos
avergonzamos de ser cristianos o, por el contrario, hacemos del cristianismo,
de nuestra confesión, un estandarte de superioridad y de desprecio. Y “líbranos
del mal” a nosotros, que hablamos de la deificación y con frecuencia somos poco
humanos. Y “líbranos del mal” a nosotros, que nos apresuramos a hablar de amor
y ni siquiera sabemos respetarnos mutuamente. Y “líbrame del mal” a mí, hombre
de angustia y tormento, tan a menudo dividido, tan poco seguro de existir,
hombre que se atreve a hablar –junto a la Iglesia: es mi única excusa del Reino
y de su gozo.
O. Clément, El Padre Nuestro, Rezar el
Padre Nuestro, Magnano 1988, 116-119, passim.
Para rezar
Padre
Padre, me pongo en tus manos
hacé de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.
estoy dispuesto a todo
lo acepto todo
con tal que tu voluntad
se cumpla en mí
y en todas tus criaturas.
no deseo nada más
te confío mi alma
te la doy con todo el amor
de que soy capaz.
Porque te amo y necesito darme
ponerme en tus manos con una infinita
confianza
porque sos mi Padre.
LECTIO DIVINA
Ustedes
oren de esta manera
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 7-15
Jesús dijo a sus discípulos:
Cuando oren,
no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán
escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien
qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a
los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del
mal.
Si perdonan
sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a
ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a
ustedes.
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
El texto
corresponde a la enseñanza de Jesús sobre la oración que San Mateo incluye en
el discurso del Sermón de la montaña (Cap. 5-7).
Al igual que
en las enseñanzas sobre el ayuno y la limosna, Jesús hace un claro contraste
entre estos actos de piedad cristiana cuando son realizados para ser vistos por
los demás, o con un verdadero sentido de buscar la mirada y el oído del Padre.
Jesús ya había
marcado la diferencia entre la oración pública que requiere de ese grupo su
aprobación, y la privada que realizada en un lugar secreto, prioriza el
beneplácito del Padre y aborda la errónea actitud del orante que busca ser
escuchado por otros en base al hablar abundante. A ésta, la enfrenta con la
realidad del misterio de la oración en donde: “el Padre que está en el cielo
sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan”, lo que
hace al uso de muchas palabras teológicamente innecesarias.
La oración es
diálogo y alteridad, hablar y agradar al otro; no es un monólogo ni encierro en
sí mismo, hablar y agradarse a sí mismo.
El modelo de
oración del Padrenuestro sigue modelos de las enseñadas en el Antiguo
Testamento. Consta de una invocación inicial y de siete peticiones. Las tres
primeras se refieren a Dios (tu Nombre, tu Reino, tu voluntad), las otras
cuatro a los hombres como forma y sentido comunitario (nosotros).
En el Antiguo
Testamento, la palabra Padre es poco usada para indicar a Dios y en los
Evangelios, a Dios se lo llama padre cinco, una en la oración del Padrenuestro
y una en cada uno de los Evangelios. La palabra usada por Jesús “abbá” refiere
a un término afectuoso y familiar asimilable a “papito”, cosa que sin lugar a
dudas provocó sorpresa en sus oyentes.
El padre de
Jesús se vuelve “nuestro” en la oración enseñada por el Maestro en donde
fundamenta la relación familiar de todos los discípulos, incluyéndolo a él
mismo.
La fraternidad
de los hijos se da en el establecimiento del reino de Dios. Por ello “venga tu
Reino” tiene una centralidad innegable en la oración, de la cual derivan su
voluntad en todo el cosmos (el cielo y la tierra).
La provisión
diaria del pan tiene también en el “nuestro” un sentido comunitario y
solidario. Reconoce la necesidad dependiente cotidiana de Dios para la
subsistencia del hijo de Dios a la vez que le da a ésta un continente que
abarque a todos los que necesitan de su mano proveedora.
El concepto
condicionante del perdón en proporcionalidad a nuestra capacidad de perdonar
también está presente en otros pasajes del Nuevo Testamento como Mt.18,35; Mc
.11, 25; Ef. 4, 32 y Col. 3,13.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
·
Cuándo oro, ¿tengo la tendencia de abrumar al Señor con mi palabrería?
·
¿Tengo plena conciencia que Dios conoce mis peticiones antes que las se las
haga saber? ¿Qué implicancia debería tener esta verdad en mi oración?
·
Cuándo rezo el Padrenuestro, ¿lo hago mecánicamente o dándole el profundo
sentido que cada palabra tiene?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO
BÍBLICO?
|
Señor, como lo
hicieron los apóstoles te pido “¡Enséñame a orar!”
Rezo el
Padrenuestro en forma pausada, pensando el significado de cada palabra.
Señor pediré
cada día por el pan para todos, pero no solamente por el material, sino por el
espiritual porque Tú también nos enseñaste que “El hombre no vive solamente de
pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Amén.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Busco un lugar
privado y en una actitud de espera, sabiendo que el Señor conoce mis peticiones
antes de abrir mi boca, permanezco todo el tiempo necesario en silencio.
Reconozco
junto a mi hermano y Señor Jesús, al Padre como “papito”, portador a su vez de
un Nombre santo y poseedor del Reino de los cielos.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
·
¿Qué momento y lugar voy a destinar para hacer mis oraciones hoy?
·
¿Pensaré al rezar en el “nosotros” antes que en el “mi” como sujeto pasivo de
la oración?
·
¿Perdonaré de todo corazón hoy a quienes me han ofendido?
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