8 de marzo de 2015 – T. de Cuaresma – DOMINGO III – Ciclo B
…Él sabía
lo que hay en el interior del hombre…
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 20, 1-17
Dios
pronunció estas palabras:
«Yo
soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.
No
tendrás otros dioses delante de mí.
No
te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo,
o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.
No
te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu
Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta
la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a
lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.
No
pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin
castigo al que lo pronuncie en vano.
Acuérdate
del día sábado para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás todas
tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En
él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu
esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque
en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en
ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y
lo declaró santo.
Honra
a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el
Señor, tu Dios, te da.
No
matarás.
No
cometerás adulterio.
No
robarás.
No
darás falso testimonio contra tu prójimo.
No
codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su
esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le
pertenezca.»
Palabra de
Dios.
SALMO
Sal 18, 8. 9.
10. 11 (R.: Jn 6, 68c)
R. Señor,
tú tienes palabras de Vida eterna.
La
ley del Señor es perfecta,
reconforta
el alma;
el
testimonio del Señor es verdadero,
da
sabiduría al simple. R.
Los
preceptos del Señor son rectos,
alegran
el corazón;
los
mandamientos del Señor son claros,
iluminan
los ojos. R.
La
palabra del Señor es pura,
permanece
para siempre;
los
juicios del Señor son la verdad,
enteramente
justos. R.
Son
más atrayentes que el oro,
que
el oro más fino;
más
dulces que la miel,
más
que el jugo del panal. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto 1, 22-25
Hermanos:
Mientras
los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, nosotros, en
cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura
para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido
llamados, tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que
la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la
fortaleza de los hombres.
Palabra de
Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 2,
13-25
Se
acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el
Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados
delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo,
junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas,
derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no
hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.»
Y
sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me
consumirá.
Entonces
los judíos le preguntaron: « ¿Qué signo nos das para obrar así?»
Jesús
les respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.»
Los
judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir
este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero
él se refería al templo de su cuerpo.
Por
eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto,
y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Mientras
estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre
al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los
conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo
que hay en el interior del hombre.
Palabra del
Señor.
Para reflexionar
Una de las
críticas más grande que se hace a los cristianos es que la vivencia
religiosa se limita a una relación reducida al culto y
que la vida cotidiana transcurre por otros senderos sin que lo religioso tenga
la más mínima influencia.
En este tipo de
fe, Dios queda reducido a un ser lejano, a una especie de máquina, solamente
apto para una colaboración con los intereses personales, de grupo o de
partido. El Señor de la vida pasa a ser un empleado que bajo
la presión de nuestra piedad o nuestros cumplimientos produce efectos a nuestro
antojo. Si es así, la religión, que está llamada a ser la fuerza
transformadora del mundo se convierte en una fuerza de conservación, de
congelación, de inmovilismo.
El Dios vivo queda convertido en un ídolo
bonachón, en un cadáver, cuyo peso insoportable aplasta a la humanidad. La
conversión deja de ser un cambio de vida, para sumergirnos en un mundo
falso donde nuestra seguridad es protegida por lo divino. Nuestra falta
de conversión sincera y auténtica se ha convertido en la principal causa del
moderno ateísmo.
***
En
nuestro relato del Éxodo, Dios se manifiesta como fuente
de libertad y como el que libra; por lo tanto la ley, no
es un principio de esclavitud, sino una llamada a la libertad más
sincera y auténtica.
Convertirse es un “no” a los ídolos; es un “no”
a las falsas imágenes de Dios; es un sí servicial y sincero a los
hombres. Convertirse es colaborar
con Dios en su acción liberadora en la Historia. La única imagen
no adulterada de Dios es el HOMBRE.
Podemos
fabricar miles de imágenes de Dios, de Cristo, de los santos; pero sólo hay una
imagen hecha por Él mismo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza”. El decálogo es la liberación de ídolos, de imágenes limitadas del
Dios verdadero, de utilización del hombre como cosa.
***
Dios al hacer
historia con los hombres crea una novedad y de esta nueva criatura nacida de
Dios nacen unas exigencias: la ley. Dios no nos exige para ser;
sino que nos crea, y nos exige obrar según el nuevo ser de Hijos de Dios.
Convertirse es caminar hacia delante, vivir para las promesas, crear futuro.
***
Jesús Mesías, se enfrenta a los negociantes y a
todo el sistema de compra-venta que rodeaba al templo. La bendición del Dios de
la alianza se vendía a poco precio de acciones, de sacrificios, de cosas y
animales. El templo era la cárcel de Dios, y los ritos
terminaban deshumanizando al pueblo.
Jesús no tolera
que la relación de amor entre Dios y el hombre se prostituya en negocio
interesado, sin embargo, no se limita a esta purificación y hace un fuerte y
desconcertante anuncio.
El verdadero
lugar del encuentro con Dios no será un edificio, un templo, el lugar del
encuentro del hombre con Dios. Será el mismo hombre el templo. El hombre es
donde se encuentra Dios y donde el hombre puede encontrar a Dios.
El nuevo templo
es el mismo Jesucristo porque en él se realiza plenamente esta presencia de
Dios en el hombre. Él es el santuario nuevo que será destruido por los hombres
pero que será levantado por la fuerza de Dios.
Jesús no dará
otro signo más que la cruz y la resurrección. Jesús que da la vida, es la única señal
dada a todos los hombres que creen en El. Convertirse es aceptar la
paradoja de la cruz. La necedad es sabiduría y la debilidad fuerza. Muerte
y cruz son la fuente de liberación de los hombres.
Cuaresma es tiempo de conversión. Sólo
cambiando nuestra interioridad, nuestros corazones nos acercaremos a la vida.
Dios no se fija en las caras, en los hechos externos al hombre; pues “El sabe
lo que hay dentro de cada hombre”.
Convertirse es caminar, crear; es rechazo de todo conformismo al
porque sí y comprometerse en la transformación de un mundo donde la imagen
verdadera de Dios, que es el hombre, sea más respetada y valorada en cada uno
sin distinción.
Convertirse no
es refugiarse en Dios o en el templo para evitarnos el esfuerzo de vivir y
construir la historia. Convertirse es pasar por la zarza
ardiente de Dios y quemados de todo amor falso a nosotros, comprometernos
por y con los otros en la vida y hacer que no sólo teóricamente, sino
también prácticamente, los dolores y penas y las alegrías de la humanidad sean
los nuestros (I.M. 1º).
Convertirse es cambiar no sólo nuestra postura
personal, sino el conjunto de situaciones que nos empujan a
vivir como si Dios no fuera Padre y los hombres no fuéramos hermanos.
Convertirse es dejar de creer que poseemos a
Dios y la verdad, para dedicarnos a buscarla, es sentir que Dios está
siempre un poco más lejos que las situaciones, lugares o esquemas a los que
pretendemos reducirlo.
La conversión
nos coloca en una postura de aprendizaje y de humildad, para comprender que
nuestros caminos, no son los de Dios y que el Señor siempre entra en nuestras
vidas por lo inesperado y nunca por lo prefabricado de nuestras propias teorías
o intereses.
Convertirnos es
liberarnos de nuestros ídolos de siempre,
de nuestras fortalezas y seguridades, de nuestras falsas imágenes de Dios y de
la Iglesia, de los hombres e ideologías que quieren sustituir a Dios.
Convertirnos es ser cristiano comprometido con
los más pobres y marginados, proclamar la paz y la justicia con todas sus
consecuencias, trabajar por la libertad de todos y contra la explotación del
hombre por el hombre.
Vivamos con
alegría la participación en este nuevo templo en el que el amor de Jesús nos
une y nuestra caridad efectiva lo hace crecer
Para discernir
Para discernir
¿Cuáles son mis
ídolos?
¿Qué realidades
personales, comunitarias me siento llamado a convertir?
¿Qué debo
rechazar, qué debo dejar, cambiar, como exigencia de conversión?
Repitamos a lo largo de este día
…Me consumo
ansiando tu salvación, esperando tu Palabra…
Para la lectura espiritual
…”La
encarnación del Verbo de Dios en el seno de la Virgen María inaugura una etapa
absolutamente nueva en la historia de la Presencia de Dios: etapa nueva y
también definitiva, pues ¿qué mayor don podrá ser dado al mundo? No hay ya sino
un templo en el que podamos adorar, rezar y ofrecer y en el que encontremos
verdaderamente a Dios: el cuerpo de Cristo. En él el sacrificio deviene
enteramente espiritual al mismo tiempo que real: no sólo en el sentido de que
no es otra cosa que el mismo hombre adhiriéndose filialmente a la voluntad de
Dios, sino también en el sentido de que procede en nosotros del Espíritu de
Dios que nos ha sido dado.
A partir de la
Encarnación, ha sido dado el Espíritu Santo verdaderamente; es, en los fieles,
un agua que brota en vida eterna (Jn 4,14) y los constituye en hijos de Dios,
capaces de poseerle de verdad por el conocimiento y el amor. Ya no se trata
sólo de una presencia, sino de una inhabitación de Dios en los fieles. Cada uno
personalmente y todos en conjunto, en su misma unidad, son el templo de Dios,
porque son el cuerpo de Cristo, animado y unido por su Espíritu. Así es el
templo de Dios en los tiempos mesiánicos. Pero en este templo espiritual, tal
como existe en la trama de la historia del mundo, lo carnal continúa todavía no
sólo presente, sino dominador y obsesionante. Cuando todo haya sido purificado,
cuando todo sea gracia, cuando la parte de Dios aparezca de tal modo victoriosa
que “Dios sea todo en todos”, cuando todo proceda de su Espíritu, entonces el
Cuerpo de Cristo será establecido para siempre, con su Cabeza, en la casa de
Dios.
La alabanza del
mundo precisa la del hombre, quien ha de ser su intérprete y mediador por su
trabajo y, sobre todo, por el canto de sus labios (Heb 13,15). Mas el cuto
espiritual del hombre y la gracia que hacen de él un templo de Dios no son
perfectos sino en cuanto representan aquella religión filial, única relación
auténtica de la criatura con su Dios, que no puede venir sino de Jesucristo. Es
Cristo quien es, en definitiva, el único templo verdadero de Dios. “Nadie sube
al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre, que está en el
cielo”… (Jn 3,13)
Y. M. Congar, El misterio del
templo,
Barcelona 1964, 264-265.275-276,
passim.
Para rezar
La cruz de Cristo
Esculpe, Señor,
con tu mano paternal,
la señal de la cruz
en nuestra frente y en nuestro
corazón.
Que la cruz nos hermane a Cristo,
en su pasión,
y nos haga más solidarios
con el sufrimiento de la humanidad
entera.
Que la cruz presida nuestra vida
y desde ella aprendamos a elevar
nuestra plegaria confiada
para que venga a nosotros tu Reino.
Dossiers CPL,
8.
LECTIO DIVINA
Destruyan este templo
y en tres días lo volveré a levantar
y en tres días lo volveré a levantar
+ Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Juan 2, 13-25
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.»
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?»
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: «Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.»
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá.
Entonces los judíos le preguntaron: «¿Qué signo nos das para obrar así?»
Jesús les
respondió: «Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.»
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?»
Los judíos le dijeron: «Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?»
Pero Él se
refería al templo de su cuerpo.
Por eso,
cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y
creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.
Mientras
estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre
al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los
conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: Él sabía lo
que hay en el interior del hombre.
Palabra del Señor.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE
EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías
para la lectura:
Llama la atención que
Jesús, tan sereno, lleno de ternura y paciencia, aparezca aquí cargado de
violencia contra los vendedores del templo. ¿Acaso no se trataba de gente que
se ganaba la vida, que con ese trabajo llevaba a la mesa el pan para sus hijos?
¿Por qué una reacción tan agresiva?
El rechazo de Jesús no se
dirigía tanto a los vendedores, que eran simples empleados, sino a los sumos
sacerdotes, que explotaban a la gente a través del culto. Porque cuando la
gente iba al templo a ofrecer un animal como ofrenda, los sumos sacerdotes lo
rechazaban diciendo que no cumplía con todos los requisitos que ellos exigían.
De esta manera la gente se veía obligada a comprar los animales, incluso las
palomas, que vendían ellos a la entrada del templo. La devoción de la gente era
utilizada entonces por estos falsos pastores para enriquecerse a costa del
sacrificio de los pobres, que se sometían a sus exigencias. La reacción de
Jesús se explica entonces como una santa indignación contra los poderosos que
se enriquecen a costa de la fe del pueblo sencillo y piadoso.
El evangelio de Juan da
mucha importancia a esta escena, y la coloca al comienzo, ya en el capítulo 2.
Esto llama la atención, porque los demás evangelios, que se habían escrito
antes, la ponen hacia el final de la vida pública de Jesús. Pero el evangelio
de Juan la coloca al comienzo porque el texto indica que Jesús está quitándole
importancia a los sacrificios antiguos y está indicando que el encuentro con
Dios no depende tanto de la visita al templo judío, sino de su persona, que es
más importante que el templo material. Uniéndonos a Jesús resucitado damos más
gloria a Dios que entrando en una construcción de piedras.
Sin embargo, al llamar al
templo “la casa de mi Padre”, indica que tampoco se trata de un desprecio del
templo como lugar de oración. Jesús precisamente reacciona purificando el
templo, pidiendo que se lo respete, y buscando que vuelva a ser un lugar donde
el pueblo pueda adorar a Dios con libertad.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ
ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
·
¿Por qué Jesús tiene ese celo enérgico sobre el mal uso de la Casa de Dios?
·
¿Cuál fue el uso simbólico que Jesús dio a esta acción?
·
El anuncio de su resurrección ¿qué relación tiene con la futura destrucción del
templo en el año 70?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE
DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Ayúdame Señor para que mis
visitas al templo sean un verdadero encuentro contigo, que mis sacrificios
tengan valor porque al ofrecerlos me estoy encontrando contigo, porque sólo Tú
puedes salvar mi vida.
4. CONTEMPLACIÓN -
¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Reflexiono acerca de la
vehemencia que Jesús imprime a su celo sobre la Casa de Dios.
Medito sobre la relación
directa que Jesús hace en su futuro cuerpo resucitado al lugar físico de la
oración que se tenía en ese momento.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY
A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
·
¿Tengo un celo santo sobre la Casa de Dios?
·
¿Qué importancia le doy al Cristo Resucitado como fuente y lugar de
adoración y oración?
·
¿Cómo influye esta reacción de Jesús en mi comprensión de su carácter?
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