9 de mayo de 2014 – T. Pascual – SÁBADO DE LA SEMANA V
Yo los elegí y
los saqué del mundo
PRIMERA
LECTURA
Lectura de los Hechos de los
Apóstoles 16, 1-10
Pablo llegó luego
a Derbe y más tarde a Listra, donde había un discípulo llamado Timoteo, hijo de
una judía convertida a la fe y de padre pagano. Timoteo gozaba de buena fama
entre los hermanos de Listra y de Iconio. Pablo quería llevarlo consigo, y por
eso lo hizo circuncidar en consideración a los judíos que había allí, ya que
todo el mundo sabía que su padre era pagano.
Por las ciudades
donde pasaban, transmitían las decisiones tomadas en Jerusalén por los Apóstoles
y los presbíteros, recomendando que las observaran. Así, las Iglesias se
consolidaban en la fe, y su número crecía día tras día.
Como el Espíritu
Santo les había impedido anunciar la Palabra en la provincia de Asia,
atravesaron Frigia y la región de Galacia. Cuando llegaron a los límites de
Misia, trataron de entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo
permitió. Pasaron entonces por Misia y descendieron a Tróade.
Durante la noche,
Pablo tuvo una visión. Vio a un macedonio de pie, que le rogaba: «Ven hasta
Macedonia y ayúdanos.» Apenas tuvo esa visión, tratamos de partir para
Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba para que la evangelizáramos.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 99, 1b-2. 3. 5 (R.: 1b)
R. Aclame al Señor toda
la tierra.
Aclame al Señor
toda la tierra,
sirvan al Señor
con alegría,
lleguen hasta él
con cantos jubilosos. R.
Reconozcan que el
Señor es Dios:
él nos hizo y a él
pertenecemos;
somos su pueblo y
ovejas de su rebaño. R.
¡Qué bueno es el
Señor!
Su misericordia
permanece para siempre,
y su fidelidad por
todas las generaciones. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Juan 15, 18-21
Jesús dijo a sus
discípulos:
«Si el mundo los
odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo
los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y
los saqué de él, el mundo los odia.
Acuérdense de lo
que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a
mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también
serán fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre,
porque no conocen al que me envió.»
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
Empieza el segundo viaje misionero
de Pablo. Recorrió Siria y Cilicia, consolidando las Iglesias llegando
también a Derbe y luego a Listra. A medida que iba pasando por las ciudades,
les entregaba las decisiones tomadas por los Apóstoles y los Ancianos en
Jerusalén. Al proyectar el viaje, la discusión sobre si debe ir o no con ellos
Juan Marcos determina una reestructuración del grupo y una cierta división del
área de misión. Pablo prefería actuar autónomamente y misionar en terreno
virgen.
Bernabé, con Marcos, se embarcan con rumbo a Chipre, mientras que Pablo,
acompañado de Silas, se dirige a las comunidades de Asia Menor,
ya evangelizadas. Mientras las visita, se le une en Listra Timoteo,
uno de sus más fieles colaboradores.
Puede causar extrañeza que Pablo mande
circuncidar a Timoteo, precisamente cuando su viaje es para dar a conocer que
no era necesaria la circuncisión para abrazar la fe cristiana. Seguramente
Pablo no debe encontrar contradicción por el hecho de que, siendo Timoteo de
madre judía, ya tenía que haber sido circuncidado antes. Pablo tiene
amplitud de espíritu y para no chocar a los judíos, acepta
excepcionalmente ese rito judaico.
A pesar de las dificultades sigue la
evangelización con una creciente conciencia de que es el Espíritu Santo el que
los guía y quien les dice a qué región deben dirigirse y a cuál no. Pablo tiene conciencia de que es la
comunidad la que lo envía. Por esta unión entre el Espíritu y la comunidad
sigue extendiéndose por el mundo la fe en Cristo.
Jesús anuncia a sus discípulos que
experimentarán el odio del mundo, como El mismo lo ha experimentado. Va a ser
una historia de lucha entre el bien y el mal. Como ha sido en la persona del
maestro, lo será del mismo modo con sus seguidores. Si el mundo los odia, es porque
antes lo ha odiado a Jesús. Aparece el gran contraste entre ser del mundo o no
serlo. No es lo mismo «estar en el mundo» y «ser del mundo»,
o sea, compartir los criterios del mundo.
La concepción negativa del mundo que
aparece en boca de Jesús responde a una idea muy extendida de finales del
primer siglo de la era cristiana. Era el lenguaje dualista que
presentaba las cosas en forma de oposiciones: cielo y tierra,
arriba y abajo, bien y mal, Dios y Demonio, carne y espíritu. Uno de los
polos era concebido como bueno y positivo, el otro como malo y negativo.
Al hablar del mundo que lo odia y que
también odiará a sus discípulos, se está refiriendo al conjunto de poderes e
intereses de la historia, con todas sus injusticias sociales y económicas. El «mundo» para
Juan es siempre el conjunto de las fuerzas del mal, opuestas
al Reino que quiere establecer Jesús.
Este odio del mundo se manifestará en persecuciones,
como las que Él mismo ha sufrido y como han sido constantes a lo largo de la
historia del cristianismo. Persecuciones que han lanzado a la Iglesia a
nuevos desafíos.
Las palabras de Jesús nos alertan también
a nosotros sobre lo difícil que va a ser nuestra relación con el mundo. Sin
embargo, muchas veces la persecución contra la Iglesia puede
ser fruto de nuestra incoherencia y de nuestro pecado. Otras veces,
es la persecución que se deriva del choque del evangelio con muchos de
los criterios que hoy son vigentes.
Sería una mala señal que la sociedad nos
aceptara demasiado fácilmente porque significaría que nos hemos amoldado de
alguna manera a la manera de pensar del mundo y no le resultamos «incómodos».
Siempre está el peligro latente de la asimilación insensible de la jerarquía de
valores del mundo y de sus promesas. Las bienaventuranzas de este mundo
no coinciden en absoluto con las de Jesús.
El discípulo es un “separado” porque vive, como todos, en
la sociedad, pero no participa del juego de este “mundo” que se rige
por criterios contrarios a Jesús y su evangelio. El criterio único,
definitivo e ineludible es Cristo. No es Jesús quien se ha de
adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar
nuestras vidas en Jesús y transformar el “mundo en reino”. «Cristo
es el mismo ayer, hoy y siempre».
Para
discernir
¿He licuado el mensaje de Jesús con tal de
no quedar fuera de lugar?
¿No me mostré como hombre de fe por miedo
a la burla y al desprestigio?
¿Me afectan los descréditos y las burlas?
¿Se poner en el Señor todas mis luchas y
dificultades?
Para repetir
a lo largo de este día
…Igual que a Jesús, nos perseguirán a
nosotros…
Para la
lectura espiritual
…Una de las cosas que debemos a nuestro
Señor es no tener nunca miedo. Tener miedo es hacerle una doble injuria: en
primer lugar, es olvidar que él está con nosotros, que nos ama y que es
omnipotente; en segundo lugar, porque no nos configuramos con su voluntad:
configuramos nuestra voluntad con la suya, todo lo que nos ocurra, dado que es
querido y permitido por él, nos dejará alegres y no tendremos ni inquietudes ni
temores. Tengamos, pues, esa fe que expulsa todo miedo; tengamos a nuestro
lado, frente a nosotros y en nosotros, a nuestro Señor Jesucristo, Dios
nuestro, que nos ama infinitamente, que es omnipotente, que sabe lo que es
bueno para nosotros, que nos dice que busquemos el Reino de los Cielos y que el
resto nos será dado por añadidura.
Caminemos seguros con esta bendita y
omnipotente compañía por el camino de Io más perfecto, y estemos seguros de que
no nos ocurrirá nada de lo que no podamos extraer el mayor bien para su gloria,
para nuestra santificación y para la de los otros. Y que todo lo que nos ocurra
será querido y permitido por él y, en consecuencia, lejos de toda sombra de
temor, sólo hemos de decir: «Bendito sea Dios por todo lo que nos ocurra», y
sólo hemos de rogarle que ordene todas las cosas, no según nuestras ideas, sino
para su mayor gloria…
Charles de Foucauld.
Para rezar
¡Feliz de ti!
cuando te veas perseguido,
insultado y calumniado,
por mostrar con tu vida
un estilo de vida evangélico!
Feliz de ti
Cuando te persigan y te dejen de lado
porque te mantienes fiel a tus
convicciones
y no claudicas por temor o cobardía,
para acomodarte a las presiones del
ambiente.
Feliz de ti
Cuando te calumnien
porque no toleran verte distinto,
testigo de un estilo de vida nuevo,
no sometido a las pautas ambientales
o a las exigencias de algún grupo.
Feliz de ti
cuando te calumnien y te insulten,
te marginen y te persigan,
porque vives de acuerdo a tus ideales,
contra del ambiente.
Feliz de ti, entonces,
porque tendrás la invalorable recompensa
de sentir que tu conciencia te aprueba,
y de estar en paz contigo.
LECTIO
DIVINA
No son del mundo,
sino que yo los elegí y los saqué de él
sino que yo los elegí y los saqué de él
+ Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Juan 15, 18-21
Jesús dijo a sus
discípulos:
«Si el mundo los odia,
sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los
amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los
saqué de él, el mundo los odia.
Acuérdense de lo que les
dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí,
también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán
fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no
conocen al que me envió.»
Palabra del Señor.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías
para la lectura:
La identificación mimética
que viene haciendo Jesús con sus discípulos en términos de permanencia,
servicio, fruto, amistad, se ahonda aún más en los textos contenidos en el
Evangelio de hoy. Este ahondamiento los lleva de los límites sufrientes del
odio y la persecución a los horizontes de la fidelidad a ellos mismos.
La declaración de Jesús
más que el anuncio de una posibilidad es la advertencia a una seguridad. Ellos
serán odiados al identificarse como seguidores de Jesús, y lo serán como un
“efecto espejo” de quien antes fue odiado. “Si el mundo los odia, sepan que
antes me ha odiado a mí” (v.18).
Es “el mundo” quien
los odiará. Desde luego que no se está refiriendo a todas y cada una de las
personas que lo habitan, sino de un continente espiritual que rechaza el
mensaje de Cristo y no puede soportar el escándalo de la cruz. Es el opuesto al
reino de Dios y su justicia donde encontrará su ciudadanía el pueblo de Dios.
Por eso Jesús les aclara que el amor acomodaticio y servil al status quo de
aquel continente les es dado a quienes pertenecen a él “Si ustedes fueran
del mundo, el mundo los amaría como cosa suya” (v.19a). Pero ahora,
por elección del mismo Jesús (ver v.16), han sido emigrados de ese mundo y
llevados a ser ciudadanos del reino de Dios, de allí el origen del odio
mundano: “Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de
él, el mundo los odia” (v.19b).
A continuación, Jesús les
refresca una ecuación inalterable del discipulado “...el servidor no es más
grande que su señor”. (v.20a). Esto ya se los había dicho hace pocas horas
luego de lavarles los pies (13,16) y en otras oportunidades según nos dejan
ver los Evangelios sinópticos (Mt.10, 24 y Lc.6, 40). Esta ecuación tiene
dos consecuencias bien contrapuestas. En primer lugar, implica que al igual que
el Maestro ellos deberán sufrir la persecución “Si me persiguieron a mí,
también los perseguirán a ustedes” (v.20b). En segundo lugar, la
predicación del Evangelio les producirá una fidelidad reconfortante: “…si
fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes” (v.20c)
¿Cuál es la causa de todo
lo dicho? ¡Un Nombre! El que es sobre todo nombre (Fil.2, 9), el de Jesucristo.
Recordemos que en la cultura hebrea, el nombre es muchísimo más que la forma de
llamar a una persona, involucra su personalidad más plena y toda su identidad y
ser. Jesús lo dice de esta manera: “Pero los tratarán así a causa de mi
Nombre” (v.21a)
Finalmente, si el hecho de
conocer a Jesús implica conocimiento del Padre (14, 7), va de suyo que el
desconocimiento de Cristo es determinante para no tener noción acerca de
la persona del Padre. El texto lo dice con claridad meridana: “Pero los
tratan así…porque no conocen al que me envió” (v.21b)
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
Preguntas
para la meditación:
¿El mundo con sus
desvalores me incluye amorosamente sin ninguna oposición viendo mi forma de
vivir?
¿Cómo me debo sentir si
los que no aman a Jesús me odian o persiguen?
¿A qué palabra espero que
los fieles atiendan?
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR
DEL TEXTO BÍBLICO?
Señor, Tú que fuiste
odiado y perseguido hasta la muerte, enséñame en humildad y gozo a recibir la
oposición de un mundo que te rechaza a ti y a tu mensaje.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL
TEXTO BÍBLICO?
Reflexiono en las
advertencias de Jesús y en lo que sucede en mi vida.
Trato de conocer cuánto de
los valores de ciudadanía del reino de Dios están presentes en mí.
Medito en las veces que he
sentido algún tipo de agravio por identificarme de palabra o de hecho como
discípulo de Jesús y dejo que las palabras de Jesús me fortalezcan.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?
Preguntas
para la acción:
¿Qué “cartas de
ciudadanía” tiene el reino de Dios que no practico?
¿Cómo voy a entender y
enfrentar la oposición por mi identificación con el Evangelio de Jesucristo?
¿Con qué nuevos ánimos
seré fiel para proclamar las palabras del Evangelio?
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