21 de septiembre de 2015 – TO – LUNES DE LA XXV SEMANA
San Mateo, Apóstol y Evangelista (F)
Sígueme. El se levantó y lo siguió
PRIMERA LECTURA
Lectura de la
carta del apóstol san Pablo
a los cristianos
de Efeso 4, 1-7. 11-13
Hermanos:
Yo, que estoy
preso por el Señor, los exhorto a comportarse de una manera digna de la
vocación que han recibido. Con mucha humildad, mansedumbre y paciencia,
sopórtense mutuamente por amor. Traten de conservar la unidad del Espíritu,
mediante el vínculo de la paz.
Hay un solo Cuerpo
y un solo Espíritu, así como hay una misma esperanza, a la que ustedes han sido
llamados, de acuerdo con la vocación recibida. Hay un solo Señor, una sola fe,
un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo
penetra todo y está en todos.
Sin embargo, cada
uno de nosotros ha recibido su propio don, en la medida que Cristo los ha
distribuido.
El comunicó a unos
el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio,
a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del
ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado
de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 18, 2-3. 4-5
(R.: 5a)
R. Resuena su eco
por toda la tierra.
El cielo proclama
la gloria de Dios
y el firmamento
anuncia la obra de sus manos:
un día transmite
al otro este mensaje
y las noches se
van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin
pronunciar palabras,
sin que se escuche
su voz,
resuena su eco por
toda la tierra
y su lenguaje,
hasta los confines del mundo. R.
EVANGELIO
Lectura del
santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13
Jesús vio a un
hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos,
y le dijo: «Sígueme.» El se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús
estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se
sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a
los discípulos: « ¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús, que había
oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino
los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no
sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
·
Mateo estaba sentado en el lugar donde recaudaban los impuestos y Jesús lo
invita a seguirlo. El oficio de recaudador de impuestos, estaba mal
visto y aquellos que lo ejercían eran considerados publicanos y pecadores.
Estaban al servicio del rey Herodes, señor de Galilea, un rey odiado por su
pueblo.
·
Los fariseos despreciaban a
los recaudadores porque los consideraban impuros. La impureza se daba porque
permanecían en contacto con extranjeros y porque comerciaban con monedas
romanas.
·
El pueblo los rechazaba porque
generalmente cobraban más de lo debido y se enriquecían de manera escandalosa.
Los publicanos estaban en una doble condición de exclusión; eran rechazados
por el pueblo y por las autoridades. Para escándalo de muchos Jesús se hace
amigo de ellos, y entra en relación con un cobrador de impuestos, con un
pecador; y en el colmo de la provocación lo invita a ser de los suyos.
·
El poder de la Palabra de Jesús hace que
Mateo se levante y lo siga. El seguimiento genera una relación estrecha con
Jesús, de comunión. La comunión en la mesa muestra que los vínculos que Jesús
establece hacen de la vida una fiesta, en la que las relaciones se amplían a
todos los discípulos con quienes ahora se forma comunidad.
·
Jesús no llamó a sus discípulos por su
buena conducta o por la pureza de sus vidas, sino por todo lo contrario: no
ha venido a llamar a justos, sino a pecadores. La escuela de Jesús es una
comunidad de personas que reconocen sus fragilidades, pero que están en camino
de crecimiento y de sanación continua gracias a Jesús.
·
Igual que en el relato de la vocación de
Simón Pedro, en el corazón del llamado, hay un precioso momento de
perdón. Nuestra vocación de discípulos se apoya en la misericordia del
Señor con nosotros. Responder implica ponerse en camino de conversión y
reaprender la vida con Jesús.
·
La misericordia, dada y recibida, es el
centro de nuestra espiritualidad y de nuestra acción evangelizadora. Porque
valoramos y nos gozamos en el extraordinario amor con que fuimos llamados,
somos capaces de compartirlo con todos con el mismo corazón de Dios.
Para discernir
·
¿Experimento mi
vida en clave de vocación?
·
¿Para qué me
llamó el Señor?
·
¿En qué momento
de mi vocación se hizo patente el gesto de misericordia de Dios?
·
¿Qué
consecuencias tiene el llamado de Dios?
Repitamos a lo largo de este día
…Aquí estoy
Señor, envíame…
Para la lectura espiritual
El recolector de impuestos liberado para
el Reino de Dios
El publicano Mateo recibió en alimento «el
pan de vida e inteligencia» (Si 15,3); y de esta misma inteligencia hizo en su
casa un gran banquete para el Señor Jesús porque había sido hecho partícipe de
una abundante gracia, conforme a su nombre [que quiere decir «don del Señor»].
Dios había preparado un presagio de este festín de gracia: llamado cuando
estaba sentado a su puesto de recolector «siguió al Señor y le ofreció en su
casa un gran banquete» (Lc 5,29). Le ofreció, pues, un banquete, y un gran
banquete, que nosotros llamaríamos, un banquete real.
En efecto, Mateo es el evangelista que nos
muestra a Cristo Rey por su familia y por sus actos. Desde el principio, dice
en su obra «Libro de la genealogía de Jesucristo, Hijo de Dios» (Mt 1,1).
Seguidamente narra cómo el recién nacido es adorado por los Magos con el título
de rey de los judíos; después, entretejiendo todo el resto de su narración de
gestos reales y de parábolas del reino, al final acaba con estas palabras
dichas por este rey ya coronado con la gloria de la resurrección: «Me ha sido
dado toda potestad en el cielo y en la tierra» (28,18). Si examinas con atención
todo el conjunto de su redacción reconocerás que en toda ella se respiran los
misterios del Reino de Dios. Nada de extraño hay todo ello; Mateo había sido
publicano, se acordaba de haber sido llamado del servicio público del reino del
pecado a la libertad del Reino de Dios, del Reino de la justicia. Un hombre que
no quiso ser ingrato para con el gran rey que le había liberado, sirvió
fielmente las leyes de su Reino.
Comentario del
Evangelio por Ruperto de Deutz (hacia 1075-1130), monje benedictino – Las obras
del Santo Espíritu, IV, 14
Para rezar
Señor, que nos diste la gracia
de pertenecer a tu Iglesia y de participar
en Ella
de tu misión de salvar a los hombres,
ayudanos a conocerte mejor,
a seguirte más de cerca,
y a darte a conocer a todos los hombres.
Inspiranos valor y entusiasmo,
para hacernos amigos de todos aquellos
con quienes nos encontremos
y podamos acercarlos a Vos.
Nunca permitas que desdibujemos tu mensaje
con nuestras palabras o acciones.
Mantenenos siempre cerca tuyo
y hacé que seamos vigorosos miembros de tu
Iglesia.
Fortalecé y acrecentá tu vida en nosotros,
para que cuanto hagamos sea hecho unidos a
Vos
Que vivís y reinás y nos amás por los
siglos de los siglos.
LECTIO DIVINA
Sígueme. Él se
levantó y lo siguió
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9, 9-13
Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús
estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se
sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a
los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Palabra del Señor.
Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
Jesús no sólo
perdona los pecados de un hombre, sino que también convive con los pecadores y
los llama para que sean sus discípulos.
Los cobradores
de impuestos eran tenidos por gente de mala fama y por impuros debido a sus
servicios al poder extranjero, a su contacto con monedas que tenían imágenes e
inscripciones paganas, con frecuencia blasfemas, y a su conocida actitud
deshonesta en el ejercicio del oficio.
Nada de esto es
impedimento para Jesús, quien tiene poder de perdonar los pecados (9,2). La
llamada de Jesús a Mateo (9,9) y la comida con otros pecadores (9,10-13) ya no
constituyen sólo una manifestación de la autoridad del Hijo de Dios, sino
también una revelación de su infinita misericordia: Jesús purifica la vida y
sana el corazón, llama para compartir la mesa, expresión de íntima unión en la
amistad, en los proyectos y en el propio destino.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
·
¿Cuáles fueron los argumentos convincentes que Jesús le ofreció a Mateo para
que lo siguiera dejando todo?
·
¿Por qué Jesús comía con publicanos y pecadores?
·
¿Quiénes son los sanos y los enfermos en el relato?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL
TEXTO BÍBLICO?
|
Señor,
enséñame a desprenderme de las cosas materiales innecesarias para seguirte y
ser realmente tu discípulo.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO
BÍBLICO?
|
¿Cómo reaccionaría en el
lugar de Mateo?
¿Dónde me ubicaría yo
realmente en la mesa, con y como un pecador o con y como los fariseos
legalistas de la fe?
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
·
¿Estoy dispuesto a seguir a Jesús solo con un simple llamado suyo?
·
¿Qué cosas estoy dispuesto a dejar para ser su discípulo?
·
¿Prefiero comer con los “sanos” o con los “enfermos”?
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