…hacer bien y
salvar…
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de
Colosas 1, 24-2, 3
Hermanos:
Ahora me alegro de
poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los
padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto,
yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan
divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de
Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios
quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria
contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la
esperanza de la gloria.
Nosotros
anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la
verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo. Por esta
razón, me fatigo y lucho con la fuerza de Cristo que obra en mí poderosamente.
Sí, quiero que
sepan qué dura es la lucha que sostengo por ustedes, por los de Laodicea y por
tantos otros que no me conocen personalmente.
Mi deseo es que se
sientan animados y que, unidos estrechamente en el amor, adquieran la plenitud
de la inteligencia en toda su riqueza. Así conocerán el misterio de Dios, que
es Cristo, en quien están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 61, 6-7. 9 (R.: 8a)
R. Mi salvación y
mi gloria están en Dios.
Sólo en Dios
descansa mi alma,
de El me viene la
esperanza.
Solo El es mi Roca
salvadora,
El es mi baluarte:
nunca vacilaré. R.
Confíen en Dios
constantemente,
ustedes, que son
su pueblo,
desahoguen en El
su corazón,
porque Dios es
nuestro refugio. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 6, 6-11
Un sábado, entró
en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano
derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús
para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.
Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano
paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos.» El se levantó y
permaneció de pie.
Luego les dijo:
«Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una
vida o perderla?» Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu
mano.» El la extendió y su mano quedó curada.
Pero ellos se
enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.
Para reflexionar
Pablo contempla a Jesús crucificado y se ve continuando la gran obra de Jesús, la
redención.
Dios ha nombrado a Pablo ministro y
anunciador del “misterio que ha tenido escondido desde siglos y que ahora ha
revelado a su pueblo”. El “misterio”, en el lenguaje de san Pablo es el
«proyecto de Dios», del cual dice Pablo que estaba escondido hasta ahora y ya
no lo está.
Este misterio es la salvación en
Cristo. La Alianza reservada hasta entonces a los hijos de Israel se
extiende a los paganos. Y esta nueva alianza se resume en una palabra:
«Cristo en medio de ustedes».
Pablo quiere “que Cristo sea la esperanza
de la gloria” para todos los hombres. Para cumplir este ministerio, Pablo
está dispuesto a soportarlo todo, sus propios sufrimientos, lejos de
desalentarlo, lo hacen encontrar de nuevo a Cristo y estar en comunión con su
misterio. Habla del “duro combate” que libra en las varias comunidades
amonestando a todos, enseñando a todos, para que todos lleguen a la
madurez en su vida cristiana.
Acepta este sufrimiento evangelizador,
para completar en su carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que
es la Iglesia.
***
La observancia del sábado estaba ordenada
por la ley de Dios, y constituía una característica por la que el judío se
distinguía del mundo pagano. Jesús tiene el atrevimiento y la libertad
de poner en tela de juicio, no la ley, sino la manera de obedecerla.
Había en la sinagoga un hombre
postrado por la enfermedad, marginado socialmente porque su mano derecha
paralizada le impedía desempeñarse laboralmente, y era un defecto que lo
convertía en un ser impuro. La mano paralizada simboliza al hombre que se
encuentra imposibilitado de dar y recibir. La curación del hombre que recobra
el uso de su mano derecha, transforma para este hombre el sábado, en un
día de gracia.
Jesús sanando, salva lo que de muerto
había en ese hombre enfermo, y le restablece su dignidad. Esto es un claro
signo del amor de Dios Padre para con sus hijos. Para Jesús, la enfermedad,
el pecado y las carencias humanas no le restan dignidad al ser humano; por eso
primero, le pide que se levante, que se ponga en pie, que recupere su valor.
El sábado es día en que se goza de la obra
de la creación, día de glorificación de Dios. La idea que Jesús
tiene de Dios, es muy distinta a la que tienen los fariseos. El Dios de Jesús
es el Dios de la misericordia, el Dios que se acerca a los hombres; el Dios de
los escribas y fariseos es el inaccesible, que está sencillamente por encima de
los hombres.
Los escribas y los fariseos estaban al
acecho para ver si curaba en sábado y encontrar de qué acusarlo. Jesús
conocía sus pensamientos y muestra el sentido liberador de la ley, en
contraposición al modo hipócrita y opresor desde el que ellos la vivían y la
enseñaban a vivir.
Toda ley debe presentarse ante nosotros
como luz, como educadora para el ejercicio de la libertad, con mayor razón la
ley evangélica nos debe llevar a reconocer el primado de Dios, en todas
nuestras decisiones.
La nueva ley, tal como Cristo nos la
presentó, es la del amor que se pone por obra, y no la de un descanso que
“inactiva”, incluso, para hacer el bien al hermano necesitado.
Como Iglesia tenemos la vocación de abrir a la
esperanza, dar cumplimiento a la palabra, anunciarla y, anunciándola,
hacerla eficaz.
Esta misión, tal como la realiza Dios
desde el origen por su Palabra creadora, tal como fue vivida por Jesús no
consiste en encontrar la salvación por el cumplimiento de unos ritos, y la
adhesión a un sistema de pensamiento; sino situarnos en el corazón de toda
realidad, para recrear toda palabra, todo pensamiento, acción, amor y cultura
desde las raíces, con la fuerza de la Buena Noticia, para que sean salvadas y
salvadoras según el proyecto de Dios.
Para discernir
¿Qué es lo que prima en mi obrar en la fe?
¿Qué signos manifiestan la novedad del
Evangelio?
¿En qué condiciona mi conducta la
presencia de la ley?
Repitamos a lo largo de este día
…Quiero escuchar tu voz Señor e imitarte…
Para la lectura espiritual
«Los escribas y fariseos le espiaban…con
el fin de encontrar un motivo para acusarlo»
…El Señor dirá a los que han menospreciado su misericordia: «Hombre, soy yo quien con mis manos te he formado del barro, soy yo quien con mi aliento he puesto el espíritu en tu cuerpo de tierra, soy yo quien se ha dignado darte nuestra imagen y semejanza, soy yo quien te ha puesto en el centro de las delicias del Paraíso. Pero tú, menospreciando los mandamientos de vida, has preferido seguir al seductor antes que al Señor…
«Luego,
cuando has sido expulsado del Paraíso y, por el pecado, retenido por las
ataduras de la muerte, conmovido por la misericordia, para venir al mundo he
entrado en un seno virginal, sin perjuicio de su virginidad. He sido recostado
en un pesebre, envuelto en pañales; he soportado las dificultades de la
infancia y los sufrimientos humanos, a través de los cuales me he hecho
semejante a ti con la única finalidad de hacerte semejante a mí. He soportado
las bofetadas y salivazos de los que se burlaban de mí, he bebido vinagre
mezclado con hiel. Azotado con varas, coronado de espinas, clavado en la cruz,
traspasado por la lanza, en medio de los tormentos he entregado mi alma para
arrancarte a ti de la muerte. Puedes ver las señales de los clavos de los que
he sido suspendido; puedes ver mi costado traspasado lleno de heridas. He
soportado los sufrimientos que eran para tí a fin de poder darte mi gloria; he
sufrido tu muerte para que tú vivas por toda la eternidad. He descansado,
encerrado en el sepulcro, para que tú puedas reinar en el cielo.
«
¿Por qué has perdido lo que he sufrido por ti? ¿Por qué has renunciado a las
gracias de tu redención ?… Devuélveme tu vida, por la que he dado la mía;
devuélveme tu vida que, sin cesar, has destruido por las heridas de tus
pecados.»
San Cesareo de Arles – Sermones al pueblo, Nº 57,4
Para rezar
Entre los más pobres
Este es tu escabel, y tus pies se posan aquí,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Cuando trato de inclinarme ante ti, mi gesto no alcanza
la profundidad en la que se posan tus pies
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
La soberbia no puede acercarse adónde tú caminas,
vestido como los humildes,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Mi corazón nunca podrá hallar el camino
hasta donde tú estás acompañando
a los que no tienen compañía,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Cuando trato de inclinarme ante ti, mi gesto no alcanza
la profundidad en la que se posan tus pies
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
La soberbia no puede acercarse adónde tú caminas,
vestido como los humildes,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
Mi corazón nunca podrá hallar el camino
hasta donde tú estás acompañando
a los que no tienen compañía,
entre los más pobres, los ínfimos y los abandonados.
R. Tagore
LECTIO DIVINA
Lo observaban
atentamente para ver si curaba en sábado
+ Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según san Lucas 6, 6-11
Un sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos.»
Él se levantó y permaneció
de pie.
Luego les dijo: «Yo les
pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o
perderla?» Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.»
El la extendió y su mano quedó curada.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
En este pasaje, la
curación está al servicio de la controversia: el hombre no pide la curación y
no manifiesta fe alguna. En Mateo son los adversarios quienes suscitan la
disputa planteando la cuestión. “¿Está permitido curar en sábado?”. Según la
Mishna “cuando hay duda de que una vida humana corra peligro, cede la ley del
sábado” (Yuoma, 8.6).
Jesús va más allá de la
excepción prevista, curando en sábado a un hombre cuya vida no estaba
precisamente en peligro.
En este episodio, como en
otros (5, 22; 9,47), Lucas subraya el poder profético de Jesús al afirmar que
conocía los pensamientos de sus adversarios (v. 8).
Jesús pregunta: “¿Está
permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”. Esta
pregunta es significativa, porque para Jesús no hacer el bien necesario en
determinadas circunstancias, equivale a hacer el mal. Impedir la curación en
sábado significa, por tanto, animar a hacer el mal. Más allá del caso
particular en cuestión, Jesús quiere condenar el estrecho legalismo; o sea, una
observancia literal de la ley que iría contra la actitud verdaderamente filial
de la obediencia en libertad de los hijos de Dios.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
|
· Preguntas para la meditación:
¿Por
qué los escribas y fariseos estaban pendientes si Jesús lo curaba, y todo parece
indicar que no se compadecieron del enfermo?
¿Por
qué hacer el bien y salvar una vida es más importante que un dogma?
¿Por qué se enfurecieron
los fariseos y escribas?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL
TEXTO BÍBLICO?
|
SALMO
Sal 5, 5-6. 7. 12 (R.: 9a)
R. Guíame, Señor, por tu justicia.
Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.
Tú detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo.
R. Guíame, Señor, por tu justicia.
Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.
Tú detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
Así se alegrarán los que en ti se refugian
y siempre cantarán jubilosos;
tú proteges a los que aman tu Nombre,
y ellos se llenarán de gozo.
4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO
BÍBLICO?
|
Reflexiono acerca de la
supremacía del mandamiento del amor a Dios y al prójimo sobre la religiosidad
legalista.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Cuando
veo una persona enferma ¿me compadezco de corazón y acción?
¿Busco
oportunidades diarias de hacer el bien?
¿Tengo actitudes
legalistas que me impiden amar a mi prójimo?
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