31 de octubre de 2015 – TO – SÁBADO DE LA XXX SEMANA
El que se
humilla será ensalzado
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de
Roma 11, 1-2a. 11-12. 25-29
Hermanos:
¿Dios habrá
rechazado a su Pueblo? ¡Nada de eso! Yo mismo soy israelita, descendiente de
Abraham y miembro de la tribu de Benjamín. Dios no ha rechazado a su Pueblo, al
que eligió de antemano.
Yo me pregunto
entonces: ¿El tropiezo de Israel significará su caída definitiva? De ninguna manera.
Por el contrario, a raíz de su caída, la salvación llegó a los paganos, a fin
de provocar los celos de Israel.
Ahora bien, si su
caída enriqueció al mundo y su disminución a los paganos, ¿qué no conseguirá su
conversión total?
Hermanos, no quiero
que ignoren este misterio, a fin de que no presuman de ustedes mismos: el
endurecimiento de una parte de Israel durará hasta que haya entrado la
totalidad de los paganos. Y entonces todo Israel será salvado, según lo que
dice la Escritura: De Sión vendrá el Libertador. El apartará la impiedad de
Jacob. Y esta será mi alianza con ellos, cuando los purifique de sus pecados.
Ahora bien, en lo
que se refiere a la Buena Noticia, ellos son enemigos de Dios, a causa de
ustedes; pero desde el punto de vista de la elección divina, son amados en
atención a sus padres. Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 93, 12-13a. 14-15. 17-18 (R.: 14a)
R. El Señor no
abandona a su pueblo.
Feliz el que es
educado por ti, Señor,
aquel a quien
instruyes con tu ley,
para darle un
descanso después de la adversidad. R.
Porque el Señor no
abandona a su pueblo
ni deja
desamparada a su herencia:
la justicia
volverá a los tribunales
y los rectos de
corazón la seguirán. R.
Si el Señor no me
hubiera ayudado,
ya estaría
habitando en la región del silencio.
Cuando pienso que
voy a resbalar,
tu misericordia,
Señor, me sostiene. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 14, 1. 7-11
Un sábado, Jesús
entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban
atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les
dijo esta parábola:
«Si te invitan a
un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder
que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el
que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de
vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario,
cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando
llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien
delante de todos los invitados. Porque todo el que se ensalza será humillado, y
el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
Pablo sigue la reflexión sobre la suerte
de su pueblo y la pena que le da su obstinación contra Cristo, pero está
convencido de que Dios sigue siendo fiel a sus promesas.
Dios ama a aquellos que no le aman. Dios
no rechaza a nadie.
Pablo, tomando de nuevo la tesis de los
profetas según la cual sólo un «pequeño resto» subsistiría, hace notar que hay
un grupito de judíos, como él, por ejemplo, que son los testigos de ese amor.
Afirma que, aunque parezca que el rechazo
de Cristo es definitivo, llegará al fin la conversión de Israel: “entonces
todo Israel se salvará”.
Pablo alude al «hecho histórico» del
rechazo de los judíos que lo ayudó a no encerrarse en el mundo judío e ir a los
paganos. Expulsado de la sinagoga y de la comunidad judía, se halló casi
obligado a dirigirse a los paganos.
Así el rechazo de la fe, de los judíos,
lejos de contradecir el amor salvador de Dios por todos los hombres, es
una ilustración concreta de ese amor universal.
La incredulidad de los judíos es la prueba
dramática del fracaso del hombre que quiere salvarse por sí mismo.
Como tal, esta «incredulidad» tiene
un aspecto positivo, pone en evidencia que nos salvamos «por pura
misericordia»: más entonces los judíos pueden también beneficiarse, y se
beneficiarán de ello. Los dones de Dios son “irrevocables”.
***
Tener prestigio era muy importante en
Israel. Tenía tanto valor y categoría como la riqueza y el poder. Entre los
líderes populares, maestros y todos aquellos que no tenían riquezas, ni poder
político la única manera de ser alguien importante, era el camino
de la buena fama. Por eso, en las fiestas y en las comidas buscaban los
primeros puestos, para hacerse notar entre los invitados. Esto hacía que entre
los aspirantes a ser Maestros de la Ley, u hombres famosos se diera una
competencia descarnada.
En el marco de una cena, Jesús sugiere que
el ocupar los primeros puestos en los banquetes y en las asambleas, el ser
saludados en las plazas no es el modo de ser el más importante; siempre existe
la posibilidad que alguien por uno u otro motivo, tenga mayores méritos que uno
y sea reconocido.
Los fariseos y sus seguidores seguramente
pensarían que delante de Dios, ocuparían el primer lugar. Con esta parábola,
Jesús les está diciendo a los que se creen con derecho a ocupar el primer
puesto, porque dedicaron su vida a cumplir preceptos externos y a mostrarse
delante de todos; lo que Dios hará exactamente. Los «primeros puestos» en el
reino, están reservados para quienes como Jesús, empeñaron su vida y sus
fuerzas en construir el reino atendiendo a los pobres y menesterosos.
Al relatar esa escena, Lucas pensaba en
las “asambleas eucarísticas”, donde, en su tiempo surgían dificultades entre
clases sociales. Santiago y san Pablo, se encontraban con esos mismos problemas
en sus comunidades.
Jesús exhorta a sus discípulos a no entrar
en el juego de las apariencias. La verdadera grandeza del hombre, del ser
humano no está en el prestigio, en aparecer como persona destacada, en
pertenecer a un nivel social alto. La grandeza del ser humano está en el
servicio permanente y desinteresado a los demás. La mayor «gloria de Dios
es que el hombre viva».
Todos los discípulos de Jesús, por el solo
hecho de su profesión de fe, ocupamos en el mundo un lugar que nos expone a la
tentación de encontrar en nuestra fe, el motivo de una diferencia y desmedido
orgullo. Todos podemos ser de esos fariseos que buscan un lugar de
reconocimiento. Se mantiene en pie que las advertencias de Jesús, se
refieren sobre todo a aquellos que, por sus responsabilidades, destacan en el
seno de la comunidad.
Los discípulos de Jesús tenemos que
ser conscientes de nuestra debilidad y de la única y total soberanía de
Dios y de su enviado Jesucristo. Por eso necesitamos estar alertas ante la
gran tentación que el Maestro denuncia en los fariseos: ostentar,
vanagloriarse, buscar ser servidos en lugar de servir.
Somos un pueblo de hermanos con un Padre,
un único Señor y Maestro que se anonadó totalmente tomando la condición de
esclavo para servirnos desde la entrega total. De Jesucristo aprendemos a vivir
la libertad; no buscando lugares de relieve, sino siendo servidores unos de
otros, encontrando en esto la dignidad más grande.
En la vida del reino sólo podrá ser grande
quien se haga pequeño, sólo podrá ser maestro quien se sienta discípulo del
único Maestro, padre quien se sienta hijo del único Padre, jefe quien se sienta
seguidor del único Señor. Y todo esto se hace verdad real no por la designación
de cargos, sino por el ejercicio de vivir como hermanos.
Para discernir
¿Experimento en la humildad un camino de
santidad?
¿Me cuesta negarme a mí mismo?
¿He podido doblegar mi orgullo y la
búsqueda de gloria personal?
Repitamos a lo largo de este día
…Dame un corazón humilde…
Para la lectura espiritual
«El que se humilla será enaltecido»
…La humildad no consiste sólo en
desconfiar de nosotros mismos, sino también en confiar en Dios; la desconfianza
en nosotros y en nuestras propias fuerzas produce la confianza en Dios, y de
esta confianza nace la generosidad de espíritu. La santísima Virgen, nuestra
Señora, nos ha dado un ejemplo muy remarcable a este respecto cuando pronuncia
estas palabras: «Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»
(Lc. 1,38). Al decir que es la esclava del Señor hace el acto de humildad más
grande que jamás se pueda hacer, de tal manera que opone a las alabanzas que le
dice el ángel –que será madre de Dios, que el niño que saldrá de su seno será llamado
Hijo del Altísimo, la dignidad máxima que jamás se haya podido imaginar- digo,
que opone a todas estas alabanzas y grandezas su bajeza e indignidad diciendo
que es la esclava del Señor. Pero notad bien que después de haber hecho este
deber de humildad, seguidamente hace un acto de generosidad muy grande,
diciendo: «Hágase en mí según tu palabra».
Es verdad, quería decir, que no soy, de
ninguna manera, capaz de esta gracia teniendo en cuenta lo que soy por mí
misma, pero en tanto que lo que en mí hay de bueno es de Dios y lo que tú me
dices es su santísima voluntad, creo que esto se puede hacer y se hará; y sin
dudar en absoluto, dice: «Hágase en mí según tu palabra»…
San Francisco de Sales (1567-1622),
obispo de Ginebra y doctor de la Iglesia. Conversación
5
Para rezar
Letanías de la Humildad
-Jesús manso y humilde de Corazón,…Óyeme.
-Del deseo de ser estimado,…Líbrame Jesús
-Jesús manso y humilde de Corazón,…Óyeme.
-Del deseo de ser estimado,…Líbrame Jesús
-Del deseo de ser alabado,
-Del deseo de ser honrado,
-Del deseo de ser aplaudido,
-Del deseo de ser preferido a otros,
-Del deseo de ser consultado,
-Del deseo de ser aceptado,
-Del temor de ser humillado,
-Del temor de ser despreciado,
-Del temor de ser reprendido,
-Del temor de ser calumniado,
-Del temor de ser olvidado,
-Del temor de ser puesto en ridículo,
-Del temor de ser injuriado,
-Del temor de ser juzgado con malicia,
-Que otros sean más estimados que yo,…Jesús dame la gracia de desearlo
-Del deseo de ser honrado,
-Del deseo de ser aplaudido,
-Del deseo de ser preferido a otros,
-Del deseo de ser consultado,
-Del deseo de ser aceptado,
-Del temor de ser humillado,
-Del temor de ser despreciado,
-Del temor de ser reprendido,
-Del temor de ser calumniado,
-Del temor de ser olvidado,
-Del temor de ser puesto en ridículo,
-Del temor de ser injuriado,
-Del temor de ser juzgado con malicia,
-Que otros sean más estimados que yo,…Jesús dame la gracia de desearlo
-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,
-Que otros sean preferidos a mí en todo,
-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda.
Cardenal Merry del Val
LECTIO
DIVINA
El que se ensalza será
humillado,
y el que se humilla será ensalzado
y el que se humilla será ensalzado
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 14, 1.
7-11
Un sábado,
Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo
observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros
puestos, les dijo esta parábola:
«Si te invitan
a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder
que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el
que los invitó a los dos, tenga que decirte: "Déjale el sitio", y
así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario,
cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando
llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, acércate más", y así
quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se ensalza
será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías
para la lectura:
En el contexto
de un banquete, Jesús da tres enseñanzas sobre las virtudes que deben tener sus
discípulos (14, 7-11; 14,12-14 y 14, 15-24). Lo hace por medio de parábolas
(14,7), como es su costumbre hacerlo. Esto significa que no se trata de
preceptos sobre normas de hospitalidad o de urbanidad, sino de “comparaciones”
de las que se debe extraer una enseñanza.
La primera
enseñanza (Lc 14, 7-11) se refiere a la humildad. Observando el comportamiento
de algunas personas que pretenden ocupar los lugares más honrosos, Jesús enseña
que se debe buscar siempre el lugar más humilde ( Eclo 1, 30; 3,17-29; 20,11;
Flp 2,3), porque la verdadera gloria es la que se recibe de Dios y no de los
hombres. Los que se glorifican a sí mismos, en cambio, sólo terminarán
recibiendo humillaciones (Lc 14, 9-11; 18,14; Mt 23,12)
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas
para la meditación:
¿Por qué Jesús
elige dar esta enseñanza en la propia casa de un fariseo?
¿A quiénes es
referida la parábola?
¿Cómo se puede
resumir la enseñanza de la parábola en una breve frase?
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Señor,
enséñame a caminar en humildad. Ayúdame a no buscar el reconocimiento o el
aplauso de los hombres, sino tu aprobación. ¡Que sea yo ensalzado en la medida
de mi humildad!
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y reflexiono en las
palabras:
“Porque
todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.”
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas
para la acción:
¿Busco “los
primeros lugares”?
¿Cómo tendré
genuinas actitudes humildes?
¿Qué
consecuencias tiene la arrogancia y cuáles la humildad?
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