22 de febrero
de 2917 - TO – MIÉRCOLES DE LA SEMANA VII
22 de febrero – Cátedra de San Pedro (F)
Esto te lo ha
revelado mi Padre que está en el cielo
Lectura de la primera carta del apóstol
san Pedro 5, 1-4
Queridos hermanos:
Exhorto a los presbíteros que están entre
ustedes, siendo yo presbítero como ellos y testigo de los sufrimientos de
Cristo y copartícipe de la gloria que va a ser revelada. Apacienten el Rebaño
de Dios, que les ha sido confiado; velen por él, no forzada, sino
espontáneamente, como lo quiere Dios; no por un interés mezquino, sino con
abnegación; no pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados, sino
siendo de corazón ejemplo para el Rebaño. Y cuando llegue el Jefe de los
pastores, recibirán la corona imperecedera de gloria.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 22,1-6
R. El Señor es mi
pastor, nada me puede faltar.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas y repara
mis fuerzas:
me guía por el recto sendero, por amor de
su nombre. R.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
R.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
R.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor,
por muy largo tiempo. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 16, 13-19
Al llegar a la región de Cesarea de
Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: « ¿Qué dice la gente sobre el Hijo del
hombre? ¿Quién dicen que es?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que es
Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.»
«Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que
soy?»
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió:
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Y Jesús le dijo: «Feliz de ti, Simón, hijo
de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi
Padre que está en el cielo. Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te
daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará
atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el
cielo.»
Palabra del Señor.
Para reflexionar
La celebración de la Cátedra de San Pedro
en este día, da a la liturgia la ocasión para colocarnos, en pleno camino
cuaresmal, ante la Persona de Jesús y su Misterio. Hasta este momento en el
Evangelio, han sido los otros quienes continuamente se han puesto interrogantes
y proclamado lo que pensaban sobre la Persona de Jesús al ver sus signos y
prodigios.
El paso a la parte pagana del lago tenía
por objeto salir del territorio judío. Cesarea de Filipo era la capital del
territorio gobernado por este tetrarca, hermano de Herodes Antipas. Para
proponer a sus discípulos la cuestión de su identidad, Jesús los saca del
territorio donde reina la concepción del Mesías davídico.
Ahora, Jesús mismo interroga los
discípulos para hacer brotar la respuesta de la fe. Después de contestar lo que
la gente piensa, Pedro toma la palabra en nombre de todos. Pedro pertenece a la
categoría de los sencillos, no a la de los sabios y entendidos, y ha recibido
esa revelación que le permite reconocer al Nazareno como el Cristo, el Hijo de
Dios, el Hijo amado del Padre, enviado al mundo para salvarnos. Pedro es
admitido a participar en el secreto de Dios.
La revelación del Padre está ofrecida a
todos, no es un privilegio de Pedro, pero sólo los “sencillos” están en
disposición de recibirla. Los que reciben del Padre la revelación sobre Jesús
son los que ven en Jesús la imagen del Padre, y los que reciben de Jesús la
experiencia de Dios como Padre y pueden invocarlo como tal.
Simón Pedro, es el primero que profesa la
fe en Jesús con una fórmula que describe perfectamente su ser y su misión por
eso se constituye como el prototipo de todos los creyentes. Con éstos, Jesús
construye la nueva sociedad humana, que tiene por fundamento inamovible esa fe.
Apoyada en ese cimiento, la comunidad de Jesús podrá resistir todos los embates
de las fuerzas enemigas, representadas por los perseguidores. Posibilita además
el ofrecimiento de salvación, dando a los seres humanos la oportunidad que
esperan y pueden, también, excluir a los que rechazan esa salvación.
En la fe de Pedro podemos entender las
posibilidades que abre la fe a toda existencia creyente. Pedro a pesar de
reconocer a Jesús como el Mesías esperado, no pudo sostener esta afirmación en
todo momento de su vida, fue débil; sin embargo, a pesar de sus pecados, volvió
al Señor y hoy podemos celebrar su Cátedra: su autoridad, concedida por
Jesucristo y asentada en Roma como Pastor universal de la Iglesia.
En esta segunda semana de Cuaresma, esta
pregunta se dirige a nosotros para que podamos verificar hondamente la calidad
de nuestra relación con Jesús, nuestra experiencia de su Misterio y nuestra
respuesta. El Señor nos lleva a la región extranjera de nuestro corazón, a la
de la pregunta y nos interroga amistosamente para hacer brotar de nuestro
corazón una respuesta de fe más profunda y más comprometida.
Para discernir
¿Vivo mi fe enraizada en la fe de los
apóstoles?
¿Descubro la necesidad de compartir la fe
que profeso?
¿Experimento a la Iglesia como maestra en
el camino de mi fe?
Para la lectura espiritual
…”El Señor Jesús repite la pregunta que se lee en el
Evangelio de Mateo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy?”.
“Una pregunta clara, ante la cual no es posible
escapar o permanecer neutrales, ni postergar la respuesta o delegarla a otro.
Pero en ella no hay nada de inquisitorio, es más, ¡Está llena de amor! El amor
de nuestro único Maestro, que hoy nos llama a renovar la fe en Él,
reconociéndolo como Hijo de Dios y Señor de nuestra vida. Y el primero llamado a
renovar su profesión de fe es el Sucesor de Pedro, que lleva consigo la
responsabilidad de confirmar a los hermanos” (Cfr. Lc 22, 32).
… “Estamos llamados a ser los colaboradores de Dios en
una empresa tan fundamental y única como la de testimoniar con nuestra
existencia la fuerza de la gracia que transforma y el poder del Espíritu que
renueva”. Y añadió antes de concluir: “Dejemos que el Señor nos libere de toda
tentación que aleja de lo esencial de nuestra misión y redescubramos la belleza
de profesar la fe en el Señor Jesús”.
Párrafos de la homilía del Papa Francisco el 22/02/2016
Para rezar
Creemos en Jesucristo, el hombre de Nazaret,
nuestro Señor crucificado y resucitado.
El vino a nosotros, compartió nuestra vida,
El vino a nosotros, compartió nuestra vida,
conquistó el pecado y la muerte y reconcilió
el mundo consigo mismo.
el mundo consigo mismo.
Derramó sobre nosotros su Santo Espíritu,
creando y renovando la Iglesia de Jesucristo,
uniendo en su alianza a los creyentes de todas las
lenguas y razas.
Nos llamó a ser su Iglesia a aceptar
Nos llamó a ser su Iglesia a aceptar
el costo y la alegría del discipulado,
a ser siervos en el servicio a los demás,
a proclamar el evangelio a todo el mundo
y resistir el poder del diablo,
a recibir el bautismo de Cristo y comer en su mesa,
a recibir el bautismo de Cristo y comer en su mesa,
a participar en su pasión y victoria.
El prometió a todos los que confían en él
El prometió a todos los que confían en él
el perdón de los pecados y la gracia plena,
coraje en la lucha por la justicia y la paz,
su presencia en la prueba y el gozo, y eterna vida en
el
Reino que no tiene fin.
Reino que no tiene fin.
Bendición y honor, gloria y poder sean a Él. Amén
Aportado por: Equipo De Selah
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