25 de mayo de 2017 – JUEVES DE LA SEMANA VI DE PASCUA
Su tristeza se transformará en alegría
Lectura de los Hechos de los
Apóstoles 18, 1-8
Pablo dejó Atenas y fue a Corinto. Allí
encontró a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, que acababa de llegar
de Italia con su mujer Priscila, a raíz de un edicto de Claudio que obligaba a
todos los judíos a salir de Roma. Pablo fue a verlos, y como ejercía el mismo
oficio, se alojó en su casa y trabajaba con ellos haciendo tiendas de campaña.
Todos los sábados, Pablo discutía en la sinagoga y trataba de persuadir tanto a
los judíos como a los paganos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de
Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación de la Palabra, dando
testimonio a los judíos de que Jesús es el Mesías. Pero como ellos lo
contradecían y lo injuriaban, sacudió su manto en señal de protesta, diciendo:
«Que la sangre de ustedes caiga sobre sus cabezas. Yo soy inocente de eso; en
adelante me dedicaré a los paganos.»
Entonces, alejándose de allí, fue a lo de
un tal Ticio Justo, uno de los que adoraban a Dios y cuya casa lindaba con la
sinagoga. Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su
familia. También muchos habitantes de Corinto, que habían escuchado a Pablo,
abrazaron la fe y se hicieron bautizar.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 97, 1.
2-3ab. 3bc-4 (R.: cf. 2b)
R. El Señor reveló
su victoria a los ojos de las naciones.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. R.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las
naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel. R.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Juan 16, 16-20
Jesús dijo a sus discípulos:
«Dentro de poco, ya no me verán, y poco
después, me volverán a ver.» Entonces algunos de sus discípulos comentaban
entre sí: « ¿Qué significa esto que nos dice: “Dentro de poco ya no me verán, y
poco después, me volverán a ver”? ¿Y qué significa: “Yo me voy al Padre”?»
Decían: « ¿Qué es este poco de tiempo? No entendemos lo que quiere decir.»
Jesús se dio cuenta de que deseaban
interrogarlo y les dijo: «Ustedes se preguntan entre sí qué significan mis
palabras: “Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver”.
Les aseguro que ustedes van a llorar y se
van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero
esa tristeza se convertirá en gozo.»
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
Corinto, capital de la provincia de Acaya,
era una ciudad de ambiente romano, activa en su comercio y de mala fama por sus
costumbres. Aquí va a estar Pablo un año y medio fundando una comunidad
cristiana a la que luego escribirá dos cartas.
Desde Atenas, Pablo pasa a Corinto, sin
acompañantes. El pasaje de los hechos nos da detalles del estilo evangelizador
de Pablo. Permanece en la ciudad y trabaja para mantenerse colaborando con
Áquila y Prisca, un matrimonio que acaba de ser expulsado de Roma y que son
fabricantes de lonas. Lo hará hasta que lleguen Silas y Timoteo, que le
permiten dedicarse de lleno a la predicación,
Comienza los sábados a ir a la sinagoga a
predicar a Jesús como el Mesías esperado, pero los judíos no le aceptan, lo que
provoca la ruptura de Pablo. Ellos serán responsables de no haber sabido
reconocer al Mesías enviado por Dios. Se dedica entonces a predicar a los
paganos, que en buen número se convierten.
Pablo cosecha éxitos y fracasos a la vez.
Los judíos lo rechazan, salvo el jefe de la sinagoga llamado Crispo. Los
paganos que van convirtiéndose formarán el primer núcleo de la comunidad.
En medio de lo apremiante de su acción
evangelizadora Pablo da ejemplo de paciencia quedándose largo tiempo, y de
desinterés económico prefiriendo trabajar para no ser una carga para nadie.
***
Después de compartir juntos tantos
momentos, los discípulos experimentan la partida de Jesús como algo negativo.
Esta situación les causa desconcierto y dolor. El mismo Jesús se anticipa, y
trata de sanar en ellos las heridas que la experiencia de angustia y
desconsuelo grabará en sus corazones el viernes santo.
El Señor es realista y no quiere crear
falsas expectativas ni engañar a sus discípulos. Se cumplirá lo anunciado por
los profetas. Sabe que el momento que se acerca es doloroso y lo anuncia con
pocas y sencillas palabras. La claridad del maestro es el primer paso en su
pedagogía contra el escándalo que su pasión provocará en los discípulos.
Pero no se queda en el dato objetivo de lo
que habrá de suceder sino que trata de explicar a los suyos lo que sucederá, de
tal modo que puedan descubrir los signos de los tiempos; la realización del
plan salvador de Dios.
Jesús no sale de este mundo hacia la nada,
hacia el absurdo de la muerte sin fondo. Va hacia el Padre, hacia la plenitud
de la vida. La muerte no será la última palabra: Dios, una vez más, va a
escribir derecho en líneas torcidas que conducen aparentemente al fracaso.
Jesús seguirá estando presente de un modo más misterioso, en medio de los
suyos. El grupo de discípulos no puede entender que el camino de Jesús pase por
la cruz.
Jesús les anuncia que la tristeza se
convertirá en alegría, y así como serán partícipes del poder del pecado y de la
muerte, podrán proclamar la fuerza incontenible del amor que se manifestará en
la resurrección.
Esto es algo que no resulta fácil de
entender en un primer momento, pero que luego se vuelve una constante y un
camino de espiritualidad salvadora para el creyente: por encima de la más
espesa noche, se prepara el nacimiento del nuevo día, el grano de trigo tiene
que caer en tierra y morir para dar fruto, es necesario pasar por la muerte
para alcanzar la resurrección.
También a nosotros nos resulta cuesta
arriba entender por qué el camino de la Vida tiene que pasar por la muerte, o
la renuncia, o el dolor. Nos gustaría una Pascua de resurrección sin el paso
por el Viernes Santo.
El mundo propone una vida sin Dios, que
trata de negar el dolor, el sufrimiento y esconder hasta la misma muerte. Jesús
cargando en su carne el dolor, no renunciando ni yendo por la salida fácil, le
ha quitado todo poder a la muerte, y la resurrección ha transformado
definitivamente la realidad del universo para todo el que cree.
La muerte de Jesús no lo ha alejado de
nuestra vida. Una vez cumplida su misión, el enviado del Padre volverá para
habitar en nuestro propio interior, identificándose con nosotros, para que
podamos identificarnos con Él de tal forma, que el mundo lo siga contemplando
desde su Iglesia, la cual tiene que continuar en el mundo por la fuerza del
Espíritu Santo su obra de salvación.
Para
discernir
¿Cuáles son mis esperanzas?
¿Cuáles mis anhelos más profundos?
¿De qué manera la espera de lo que va a
venir ilumina mi hoy?
¿De qué manera mi hoy alimenta mi
esperanza?
Repitamos a
lo largo de este día
…Nuestra tristeza se convertirá en gozo…
Para la
lectura espiritual
…La alegría es esencial en la vida
espiritual. Si pensamos o decimos cualquier cosa de Dios y no lo hacemos con
alegría, nuestros pensamientos y nuestras acciones serán estériles. Podemos ser
infelices por muchas causas, pero podemos encontrar aún alegría, porque ésta
procede de saber que Dios nos ama. Estamos inclinados a pensar que cuando
estamos tristes no podemos estar contentos, pero en la vida de una persona que
pone a Dios en el centro pueden coexistir el dolor y la alegría. No resulta
fácil de comprender, pero cuando pensamos en alguna de nuestras experiencias
más profundas, como asistir al nacimiento de un niño o a la muerte de un amigo,
con frecuencia forman parte de la misma experiencia un gran dolor y una gran
alegría, y descubrimos a menudo la alegría en medio del dolor.
Recuerdo los momentos más dolorosos de mi
vida como momentos en los que he llegado a ser consciente de una realidad
espiritual mucho más grande que yo, y que me permitía vivir mi dolor con
esperanza. Incluso me atrevo a decir: «Mi dolor fue el lugar en el que encontré
mi alegría». La alegría no es cualquier cosa que simplemente nos sucede.
Debemos elegir la alegría y seguir eligiéndola cada día. Se trata de una
elección basada en el conocimiento de que pertenecemos a Dios y hemos
encontrado en Dios nuestro refugio y nuestra salvación, y que nada, ni siquiera
la muerte, nos lo puede arrebatar…
H. J. M. Nouwen, Vivir en el Espíritu, Brescia 1998,
pp. 17s.
Para rezar
Salmo de alegría y esperanza
Con un corazón limpio y
sincero queremos darte gracias.
Tu Palabra es sincera y llena el corazón de alegría;
tus obras son grandiosas,
y están iluminadas de verdad;
Tú amas, Dios nuestro, la justicia; toda la tierra
está rociada
con la lluvia de tu bondad.
Dios, nos sentimos pequeños,
como granitos de arena, ante ti;
Tú tienes palabras de vida que no pasan;
palabras que se hacen acción;
solamente Tú, Señor, tienes poder
para hacer lo que dices.
Tú contemplas nuestro suelo
desde la altura de tus cielos;
tu corazón de Padre ama,
uno a uno, a todos los hombres;
desde tu casa te alegra el bien del hombre
y su progreso; desde tu casa te entristece
el mal del hombre y su retroceso.
Tus ojos llenos de amor y ternura
cuidan de la obra de tus manos,
todos los que esperamos en el triunfo de tu amor,
tendremos respuesta; porque Tú,
Oh Dios, has liberado nuestra alma de la muerte
entregando en la cruz al Hijo amado,
al Enviado: El nos ha dado vida nueva
y en El te decimos: Abba, Padre.
Emilio Mazariegos
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