12 de septiembre de 2017

12 de septiembre de 2017 – TO – MARTES DE LA XXIII SEMANA

Eligió a los que dio el nombre de Apóstoles

Lectura de la primera carta del apóstol
san Pablo a los cristianos de Colosas 2, 6-15

Hermanos: Ya que han aceptado a Cristo Jesús, el Señor, procedan según Él. Arraigados en él, déjense construir y afianzar en la fe que les enseñaron, y rebosen agradecimiento. Cuidado con que haya alguno que los capture con esa teoría que es una insulsa patraña forjada y transmitida por hombres, fundada en los elementos del mundo y no en Cristo. Porque es en Cristo en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y por él, que es cabeza de todo principado y autoridad, han obtenido su plenitud. Por él fueron también circuncidados con una circuncisión no hecha por hombres, cuando se despojaron de los bajos instintos de la carne, por la circuncisión de Cristo.
Por el bautismo fueron sepultados con Él, y han resucitado con Él, porque han creído en la fuerza de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Estaban muertos por sus pecados, porque no estaban circuncidados; pero Dios les dio vida en él, perdonándoles todos los pecados. Borró el protocolo que nos condenaba con sus cláusulas y era contrario a nosotros; lo quitó de en medio, clavándolo en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a los principados y autoridades, los ofreció en espectáculo público y los llevó cautivos en su cortejo.
Palabra del Señor.

SALMO Sal 144 
R: El Señor es bueno con todos.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    6, 12-19

En esos días, Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. 
Palabra del Señor.

Para reflexionar

Hoy son los cristianos de Colosas los que tienen que sentirse unidos a Cristo. Se trata de que vayan madurando y siendo consecuentes: “ya que han aceptado a Jesús, el Señor, procedan como cristianos; arraigados en él, déjense construir y afianzar en la fe”. Y, a la vez, que se sepan defender de las “insulsas patrañas” que alguien está sembrando en la comunidad.
En Colosas, había mezcla racial y sincretismo ideológico entre el judaísmo, el paganismo y el cristianismo.
También en nuestra sociedad de hoy necesitamos que se nos anime a crecer en la fe, y a vivir coherentemente nuestra incorporación a Cristo. Seguramente nos acechan también a nosotros “insulsas patrañas, forjadas y transmitidas por hombres”, ideologías que nos ofrecen la felicidad y la salvación, pero que no tienen consistencia.
***
Doce judíos son escogidos como apóstoles, como mensajeros del Reino, como testigos de la Buena Nueva y continuadores de la obra iniciada por Jesús. El Señor da así una continuidad entre el antiguo y el nuevo Israel.
El número doce es simbólico y tiene una larga tradición en el pueblo de la Alianza: doce son los patriarcas descendientes de Jacob, doce las tribus bajo el liderazgo de David.
Este llamado no fue el fruto de una especulación de conveniencia sino la consecuencia de una experiencia de Jesús de oración, diálogo y discernimiento.
Estos doce han sido escogidos para ser la sal de la tierra y la luz del mundo, para que, desde su limitación y pobreza, derriben las certezas en las que muchos querían encerrar la elección de Dios para realizar su reino.
Jesús elige personas comunes: pescadores, campesinos, comerciantes, excluidos socialmente, incluso a algunos ejercían profesiones que eran consideradas «pecaminosas»; hombres con opciones políticas y religiosas diferentes hasta incluso radicalmente enfrentadas. Cada uno de ellos desde su peculiaridad y opción personal de vida asumió el llamado de Jesús como una opción definitiva.
Jesús tuvo la virtud de hacer que a pesar de las diferencias lograran formar una comunidad de misión y destino. Representan al nuevo pueblo de Dios, que marcha por la historia, comprometido, anunciando con su vida la presencia de Dios. El mandamiento del amor que dejará a esta nueva comunidad, tendrá que ser la experiencia a través de la cual, superen las diferencias y muestren al mundo la veracidad del mensaje evangélico.
Nosotros somos también hombres comunes, a los que Jesús llama a asumir el proyecto del reino. El proyecto de Jesús toma forma en la experiencia viva de hombres reconciliados, y reconciliadores; que hacen de las diferencias, riqueza y no motivo de división.
Anunciamos una vida que se renueva en el amor y en la creación de un nuevo modo de relacionarse, y de construir la vida y el futuro. Nuestro seguimiento no puede quedarse en una experiencia intimista, sino que tiene que volcarse, a partir de la oración del discernimiento evangélico, hacia la transformación del mundo.

Para discernir

¿Experimento el llamado a construir la Iglesia?
¿Me siento responsable de la continuidad del anuncio salvador?
¿Descubro en la experiencia del amor evangélico el eje de credibilidad de la Iglesia?

Repitamos a lo largo de este día

…Escucho tu voz Señor y te sigo…

Para la lectura espiritual

«Jesús se fue a la montaña para orar»

…” Toda alma humana es un templo de Dios: eso nos abre una perspectiva ancha y del todo nueva. La vida de oración de Jesús es la clave para comprender la oración de la Iglesia. Vemos cómo Cristo ha participado en el servicio divino, en la liturgia de su pueblo…; ha hecho que la liturgia de la antigua alianza encontrara su plenitud en la de la nueva alianza.
Pero Jesús no ha tomado, tan sólo, parte en el servicio divino público prescrito por la ley. En los evangelios encontramos numerosas referencias a su oración solitaria durante el silencio de la noche, en las cumbres salvajes de las montañas, en los lugares desiertos. La vida pública de Jesús ha sido precedida por cuarenta días y cuarenta noches de oración (Mt 4,12). Antes de escoger a sus doce apóstoles y enviarlos en misión, se retira a orar en la soledad de la montaña. En el monte de los Olivos, se preparó para ir hasta el Gólgota. El grito que Él dirigió al Padre en esta hora, nos revelan –en unas breves palabras que lucen como estrellas en nuestras horas difíciles – la hora más dolorosa de su vida en el monte de los Olivos: «Padre, si tú lo quieres, aleja de mí éste cáliz; pero, que no se haga mi voluntad sino la tuya» (Lc 22,42). Estas palabras son como un rayo que, por un instante, nos ilumina la vida más íntima del alma de Jesús, el misterio insondable de su ser de hombre-Dios y de su diálogo con el Padre. Este diálogo ha permanecido, ciertamente, a lo largo de toda su vida, sin interrumpirse jamás”… 
Santa Teresa Benedicta de la Cruz [Edith Stein] 

Para rezar

Comunidad Misionera

Señor, haz que tus dones
se hagan vida en nuestra Comunidad.
Necesitamos personas
que sepan escuchar.
Personas que crean la paz.
Personas que construyan la unidad y la comunidad,
que equilibran y reconcilian,
que dan testimonio
y que dicen la verdad, sin lastimar.
Necesitamos personas
en las que tu Espíritu resplandece,
que irradien esperanza
y desinteresadamente se comprometan,
para Ti y tu Reino.
Señor, danos personas capaces
de conmover a otros con su actitud,
personas que rezan
y que también hacen realidad esa oración.
Señor, convierte nuestra Comunidad,
en una comunidad misionera,
digna de ser colaboradora tuya,
en el servicio de la salvación del mundo.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te invitamos a dejarnos tus comentarios, sugerencias u observaciones. Gracias por hacerlo.