5 de noviembre de 2017

5 de noviembre de 2017 - TO - DOMINGO DE LA SEMANA XXXI – Ciclo A

                            …Todos ustedes son hermanos.

PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Malaquías 1, 14b-2, 2b. 8-10

Yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi Nombre es temible entre las naciones. ¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes! Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición.
Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la Ley.
¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres?
Palabra de Dios.

SALMO Sal 130, 1. 2. 3
R. Señor, guarda mi alma en la paz junto a ti.

Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor,
ni mis ojos se han vuelto altaneros.
No he pretendido grandes cosas
ni he tenido aspiraciones desmedidas.

No, yo aplaco y modero mis deseos:
como un niño tranquilo en brazos de su madre,
así está mi alma dentro de mí.

Espere Israel en el Señor,
desde ahora y para siempre.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Tesalónica 2, 7b-9. 13

Hermanos:
Fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos.
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga.
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen. Palabra de Dios.

EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 23, 1-12

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
«Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar "mi maestro" por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.»
Palabra del Señor.

Para reflexionar

• Hoy las palabras carecen de sentido y de significación, la semántica está devaluada frente a los hechos. Cualquier verdad que no venga avalada por la fuerza moral de los hechos se hace despreciable, pierde valor y no es creíble. La gente está harta de palabrería; los hechos cuentan cuando son palabras realizadas. La palabra de un hombre no es lo que dice, sino lo que hace.
                              ***
• El autor anónimo llamado "Malaquías" que significa "mensajero” vivió en el siglo V, después de la reconstrucción del Templo y poco antes de la reforma de Esdras. La profecía se sitúa cuando el primitivo fervor religioso de los repatriados se había enfriado al no ver cumplidas las profecías de los tiempos mesiánicos.
• Al desfallecimiento religioso se unió la corrupción moral marcada por los abusos sociales, un culto sin espíritu que ni siquiera cuidaba las apariencias.
• El autor censura la corrupción religiosa: critica el comportamiento de los fieles que ofrecen menos de lo que prometen y levanta su voz contra la casta sacerdotal porque ellos habían sido objeto de una bendición especial de Dios.
• Les había sido confiada la misión de bendecir al pueblo, sin embargo vive en desacuerdo con la Ley de Dios y descuidan su enseñanza. Su único afán era buscar ventajas y favoritismos. Su negligencia es la causa del desconocimiento de la Ley y de que el pueblo se aparte del camino recto. Ahora sus privilegios se convierten en motivo de maldición, de la que sólo podrán escapar si corrigen su conducta.
• La fidelidad a Dios es el fundamento del respeto y el amor entre los israelitas.
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• En esta primera parte de la Primera a los Tesalonicenses, expone Pablo sus relaciones con la comunidad de Tesalónica.
• Si bien san Pablo defiende el derecho de los apóstoles a vivir de la predicación evangélica acepta de buen grado las fatigas de un trabajo necesario para subsistir sin ser gravoso a los tesalonicenses. En lugar de darse importancia y hacer valer su autoridad, incluso para vivir a expensas de los tesalonicenses, ha preferido tratarlos con el amor y la preocupación de una madre que se desvive por sus hijos.
• También les recuerda que su actividad no es puramente humana, sino inspirada por Dios. Expone la conciencia de saber que su actividad no brota del simple deseo de Pablo de Tarso, sino de estar movido por el Espíritu, y no simplemente porque él lo diga. Los tesalonicenses lo han aceptado de ese modo.
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• Este pasaje sirve de preámbulo a las maldiciones de los escribas y de los fariseos. Jesús dirige la palabra a los discípulos y al pueblo para denunciar la conducta de escribas y fariseos previniéndolos de su mala influencia.
• En aquella época habían convertido la religión en una lista interminable de reglas y normas, una carga insoportable que ni ellos mismos cumplían. Jesús reconoce su magisterio y ordena al pueblo que cumpla con lo que ellos dicen pero no todo lo que ellos dicen, ya que muchas cosas no son coherentes con la letra y el espíritu de la Ley de Dios. El colmo es que los escribas hipócritas pretenden atribuirse el lugar de Dios atribuyéndose un poder que no merecen.
• Cuando la religión se convierte sólo en cargas y prohibiciones, deja de ser verdadera religión.
• Cuando vivimos una religión basada solamente en el cumplimiento de unas normas tras otras, enseguida buscaremos que las personas vean que las cumplimos.
• En la antigüedad, "hipócrita" designaba tanto al adivino como al actor, es decir, al que dice palabras que no son de su propia cosecha. Pero, bajo la influencia del arameo, no tardó en designar, en la Biblia, al hombre que desempeña un papel sin comprometerse.
• Jesús denuncia la hipocresía de estos "maestros" que no ayudan a llevar la carga que imponen a los demás indebidamente, y contrapone a esa carga innecesaria el "yugo suave y la carga ligera" del Evangelio que Él anuncia. Al maldecir a los escribas, Cristo rechaza una religión inhumana y reprocha también el dar importancia a lo exterior en detrimento de lo interior
• Jesús, conocedor del corazón humano, teme que en la Iglesia que está creando, se desarrolle el fariseísmo y esto lo mueve a dar los avisos necesarios a sus discípulos.
• Jesús no es como los maestros que «atan pesados fardos e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Jesús no es, de los maestros que «dicen y no hacen». No es cuestión de palabras, la intención de Jesucristo es que toda función se ejerza como un servicio, con toda humildad, sabiendo que es una ayuda. Cambia el concepto de autoridad, de mando y de dominación, y lo sustituye por el de servicio.
• Todo creyente puede ser esos fariseos, las acusaciones de Jesús tocan sobre todo a aquellos que tienen responsabilidades que los destacan en el seno de la comunidad. El discípulo de Jesús, consciente de su debilidad y de la absoluta soberanía de Dios tiene que estar atento ante las grandes tentaciones que el Maestro denuncia en los fariseos: decir y no hacer; ser maestros insoportables de los demás, con ostentación y buscar el ser servidos en lugar de servir.
• El peligro de abrumar a los demás con pesos con los que no cargan, la tendencia a obrar para ser vistos, admirados, felicitados; son tentaciones permanentes, sutiles y peligrosas cuanto mayor es la responsabilidad o poder que se tiene.
• La hipocresía denunciada por Jesús ha sido, y continúa siendo una tentación a todo lo largo de la historia de la Iglesia.
• La Iglesia es el anuncio de un Reino futuro, pero no es todavía este Reino, sino que se va realizando. Por tanto, no puede situarse en el centro de su predicación porque a donde la humanidad debe tender no es hacia ella, sino hacia el Reino.
• La Iglesia debe ser consciente en todo momento que está hecha para servir. Una Iglesia que olvida su propio pecado automáticamente endurece su corazón, convencida de su propia justicia. La Iglesia no puede olvidar que el bien y el mal pasan por el corazón de cada uno de sus miembros y que el perdón de Dios es lo único que mantiene su existencia.
• Los cristianos anunciamos un modelo de vida valioso, distinto, basado en valores muy altos. Y los hombres tienen derecho a esperar de nosotros que sigamos este modelo. Y si no lo seguimos, tienen derecho a criticarnos porque, "los hemos engañado y no hacemos lo que decimos.
• Jesús dirige a nuestra Iglesia una invitación a la simplicidad. Las últimas palabras dirigidas a los discípulos son una llamada a fraternidad porque uno sólo es nuestro Maestro y todos nosotros somos hermanos. Somos un pueblo de hermanos con un Padre, un Señor y Maestro.
• Sólo podrá ser maestro quien se sienta discípulo del único Maestro, padre quien se sienta hijo del único Padre, jefe quien se sienta seguidor del único Señor. Y todo esto se hace verdad por la práctica de vivir como hermanos.
• Las comunidades cristianas debemos anunciar el Evangelio con el poder de la Palabra eficaz de Dios que se va realizando. Los discípulos, como ciudadanos que creemos que el Reino de Dios tiene que ser instaurado, tenemos que hacer, ayudados por la gracia de Dios, todo lo posible para que desaparezca el sufrimiento y la injusticia. El que dice creer en el Reino de Dios, y no trabaja por instaurarlo, no tiene fe.
• La instauración del Reino de Dios es un servicio de caridad. El amor a los demás nos impulsa a no desentendernos de las situaciones de dolor que viven los hombres. Sin "hacer" no hay discípulo.
• Cuando hablamos de cristianos practicantes, se trata de entender la práctica del amor, la misericordia y la justicia. Cristianos muy cumplidores, que por nada del mundo pierden la misa del domingo, pero que son terriblemente duros y opresivos, o apegados al dinero sin gestos de fraternidad, comunidad y solidaridad no pueden llamarse discípulos.
• Jesús lo que busca es cambiar la interioridad y el corazón del hombre, y mientras no se llegue ahí, nos perdemos en lo secundario.
• Durante muchos años hemos entendido la Iglesia como una gran pirámide donde toda la responsabilidad parece recaer en el Papa, los obispos y los sacerdotes y en la base de la pirámide están los fieles dispuestos a escuchar, aprender y recibir todo lo que se les indique. Sin embargo, esta imagen no refleja bien el misterio de la Iglesia llamada a ser, antes que nada, comunidad fraterna.
• Jesús ha pensado más bien en una iglesia hecha de hermanos donde todos hemos de encontrar nuestro sitio y nuestra tarea de servicio a los demás.
• Todos estamos llamados a participar activamente; todos somos responsables de la Iglesia y de su misión, aunque no todos seamos responsables de la misma manera. Esto nos exige a todos un cambio y una conversión.
• Jesús no vino para enseñarnos una doctrina, sino un estilo de vida que supone tomar posturas. Los que formamos la Iglesia estamos llamados a hacer de ella más que una organización perfecta un organismo vivo.
• Jesús quiere que los hombres sean libres no sólo de las cadenas externas con las que otros hombres les pueden arrebatar la libertad de movimiento, sino también de cualquier tipo de dominio interior; Jesús quiere que los hombres sean dueños de su vida, de su inteligencia, de su voluntad, de su propia conciencia;
• Este Evangelio nos recuerda que la vida de fe es una vida que tiene que estar marcada por el ser y por el hacer. No es suficiente decir que se tiene fe, es necesario vivirla, expresarla, hacerla realidad.
• Tener y vivir la fe es dejarse guiar por Jesús, comprender su vida y respaldar su proyecto. La fe de muchos es estéril y por eso no es capaz de vivirse ni de aportar vida.


Para discernir

• ¿Se puede tener fe sin practicarla?
• ¿Cómo entendés las celebraciones de la Iglesia? ¿Qué nos quieren decir?, ¿Qué sentido tienen?
• ¿Se puede tener fe en Jesús solamente "cumpliendo" las normas?
• ¿Qué aspectos son los más importantes para cuidar en la vida de fe?

Para rezar

No nos abandones en la tentación.
No nos dejes expuestos al placer,
ni al consumo, ni a la pura ciencia,
ni a los valores dominantes, ni al cansancio,
ni al aburguesamiento que traen los años,
ni a la autosuficiencia, ni al fariseísmo,
ni al engaño propio, ni al olvido de ti.
Somos débiles, aunque a veces
no nos lo creamos nosotros mismos.
Líbranos del mal,
de la ceguera y del endurecimiento de corazón,
de la instalación y del cambio de calle,
cuando apareces tú en la otra esquina.

EUCARISTÍA 1990/51

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