6 de noviembre de 2017 – TO - LUNES DE LA
SEMANA XXXI
…No invites a
quienes pueden devolverte…
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Roma 11,
29-36
Hermanos:
Los dones y el llamado de Dios son irrevocables.
En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero
ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia.
De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado
misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ellos
también alcancen misericordia. Porque Dios sometió a todos a la desobediencia,
para tener misericordia de todos.
¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la
ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensibles sus
caminos! ¿Quién penetró en el pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero?
¿Quién le dio algo, para que tenga derecho a ser retribuido? Porque todo viene
de él, ha sido hecho por él, y es para él. ¡A él sea la gloria eternamente!
Amén.
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 68, 30-31. 33-34. 36-37 (R.: 14c)
R. Respóndeme, Dios mío, por tu
gran amor.
Yo soy un pobre desdichado,
Dios mío,
que tu ayuda me proteja:
así alabaré con cantos el
nombre de Dios,
y proclamaré su grandeza dando
gracias. R.
Que lo vean los humildes y se
alegren,
que vivan los que buscan al
Señor:
porque el Señor escucha a los
pobres
y no desprecia a sus cautivos.
R.
Porque el Señor salvará a Sión
y volverá a edificar las
ciudades de Judá:
el linaje de sus servidores la
tendrá como herencia,
y los que aman su nombre
morarán en ella. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 14, 12-14
Jesús dijo al que lo había invitado:
«Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos,
ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su
vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un
banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no
tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los
justos!»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
ñ La lectura de la carta a los Romanos de este lunes nos
recuerda el proyecto salvífico de Dios, abierto a todos. En esa perspectiva se
sitúa el himno de alabanza con el que termina este texto, conclusión de la
sección doctrinal de la carta.
ñ Tanto los paganos como los judíos han caído en desobediencia.
Unos y otros han necesitado la misericordia de Dios. Todos son pecadores y
todos han sido perdonados. Ése es el punto de partida del plan de salvación.
ñ Esto hace exclamar a Pablo un himno de admiración a la
generosidad y a la sabiduría de Dios. Insondable la profundidad de la riqueza,
de la sabiduría, de la ciencia de Dios. Es él, Dios, quien nos ha dado todo
gratuitamente, tanto a judíos como a paganos.
ñ La iniciativa la ha tenido Dios, encerró a todos los
hombres en la rebeldía, para usar con todos ellos de misericordia.
ñ Dios permite que cada hombre pase por el pecado de la
desobediencia para que experimente la vanidad, el vacío y la incapacidad de su
voluntad… a fin de abrirlo entonces a la única salida de la gratuidad del amor
divino.
ñ La misericordia tiene la última palabra.
***
ñ Jesús ya recomendó no ir buscando los primeros
puestos al ser invitados. Ahora, en el marco de una gran cena en casa de uno de
los jefes de los fariseos, anuncia de una manera radical algunas de
las exigencias del Reino de Dios.
ñ Al que lo había invitado le dice “Cuando des
una comida o una cena, no invites a tus “amigos”, ni a tus “hermanos” ni a tus
“parientes”, ni a tus “vecinos ricos” si lo hacemos así, lo que
estamos buscando en el fondo, es que luego ellos nos inviten.
ñ Si seguimos el criterio de Jesús y la
nueva lógica del reino, si invitamos “a pobres, lisiados, cojos y ciegos”, no
podrán pagarnos, y entonces el que nos premiará será Dios.
ñ El evangelio se nos presenta muchas veces opuesto
a nuestros criterios espontáneos y a las directrices de este mundo. En el
mundo todo se calcula y se mide, la rentabilidad
es la norma y alcanzar el éxito es el valor supremo. Los
importantes son los que saben manejarse, “todos trepan” y muchos sólo cuentan
cuando sirven a intereses personales y satisfacen los deseos y necesidades de
los que alcanzaron el primer lugar.
ñ A pesar de esto, las palabras del evangelio de
hoy, desvelan el fondo del corazón de Dios y son una invitación a nuestra
conversión. Jesús invierte el orden de valores, o los pone
en su verdadero lugar: grande es el que sirve; vive el que muere a
sí mismo; rico es el que se desprende de todo para ser colmado con lo que
recibe y recoge.
ñ Dios llama gratuitamente; y los destinatarios serán
todos aquellos a quienes los hombres atribuyen los últimos lugares. Sin
embargo, a los ojos de Dios son los más queridos, porque no tienen nada de qué
presumir y no tendrán con qué pagar.
ñ El discípulo de Jesús no se mueve por el egoísmo que
busca la recompensa de sus servicios. Da,
ama, sin buscar nada a cambio. Por eso sirve a los pobres, a los excluidos;
hasta a los enemigos. Sólo así se asegurará la única recompensa, la del
Padre, la que tiene valor definitivo.
ñ Esta nueva actitud surge de una profunda
experiencia de la misericordia de Dios, que gratuitamente se ha acercado a los
hombres. Sólo, con esa manera de vivir el creyente se hace en el mundo signo
del amor del Dios bueno, que hace salir el sol sobre justos e injustos. Sólo el
Padre es recompensa auténtica para el servicio desinteresado del creyente.
PARA DISCERNIR
ñ ¿Creo vínculos interesados?
ñ ¿Sé dar sin esperar nada a cambio?
ñ ¿Me acerco a aquellos que no pueden brindarme nada?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
…que dé Señor sin esperar recompensa…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
«Te pagarán cuando resuciten los justos»
…”El amor tiene un gran poder; es nuestra fuerza. Si carecemos
de amor, todo el resto no nos servirá de nada. «Yo podría hablar las lenguas de
los hombres y de los ángeles, dice el apóstol Pablo, si no tengo amor, no soy
más que un metal que resuena o unos platillos que aturden» (1C 13, 1). Escuchad
seguidamente esta magnífica palabra: «Podría repartir en limosna todo lo que
tengo, y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve» (v. 3).
Si sólo tienes amor, aunque no puedas dar nada a los pobres, amas. Aunque no
dieras más que «un vaso de agua fresca» (Mt 10,42) eso solo ya sería suficiente
para obtener la misma recompensa que Zaqueo, que distribuyó la mitad de su
fortuna (Lc 19,8) ¿Cómo puede ser esto? ¿Uno da poco, el otro mucho y sus
gestos tienen el mismo precio? Pues sí –los recursos son desiguales pero el
amor es el mismo…
El salmista dice: «Vamos a la casa del Señor» (Sl
121,4). Es a nosotros que nos toca ver si realmente vamos. No son nuestros
pies, sino nuestros corazones los que nos conducen hasta allí. Ved si vamos
hacia allá; que cada uno se pregunte: ¿Qué haces para el fiel pobre, para tu
hermano indigente o para el mendigo que tiende su mano? Fíjate en si tu corazón
es estrecho… «Buscad lo que construye la paz de Jerusalén» (v. 6). ¿Qué es lo
que hace que
haya paz en Jerusalén? «La abundancia para los que te aman» (Vulg). El salmista se dirige a Jerusalén: «Los que te aman vivirán en la abundancia» –la abundancia después del despojo. Aquí abajo, la miseria, allá arriba, la abundancia; aquí, la debilidad, allá, la fuerza; los que son pobres aquí, allá arriba serán ricos. ¿De dónde les viene su riqueza? De haber dado aquí los bienes, recibidos de Dios, que poseían por un tiempo; allá reciben lo que Dios les da por toda la eternidad.
haya paz en Jerusalén? «La abundancia para los que te aman» (Vulg). El salmista se dirige a Jerusalén: «Los que te aman vivirán en la abundancia» –la abundancia después del despojo. Aquí abajo, la miseria, allá arriba, la abundancia; aquí, la debilidad, allá, la fuerza; los que son pobres aquí, allá arriba serán ricos. ¿De dónde les viene su riqueza? De haber dado aquí los bienes, recibidos de Dios, que poseían por un tiempo; allá reciben lo que Dios les da por toda la eternidad.
Hermanos míos: aquí los ricos son los pobres; es bueno
que el rico descubra su pobreza. ¿Se cree que está lleno? Es hinchamiento, no
plenitud. Que reconozca su vaciedad para poder ser colmado. ¿Qué es lo que
posee? Oro. ¿Qué es lo que todavía le falta? La vida eterna. Que mire bien lo
que tiene y reconozca lo que le falta. Hermanos, que dé lo que posee a fin de
recibir lo que no tiene”…
San Agustín (354-430) obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la
Iglesia - Exposición sobre el salmo 121
PARA REZAR
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.
pues aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.
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