29 de julio de 2011

29 de julio de 2011 – TO - VIERNES DE LA SEMANA XVII – Lectio Divina

¿No es éste el hijo del carpintero?
¿De dónde le vendrá todo esto?


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 54-58 .

Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
«¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?»
Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.»
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.
Palabra del Señor.


1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Guías para la lectura:

v. 54 “Al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. ¿De dónde le vienen, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros?”.
Jesús vuelve a Nazaret, adonde José se había retirado a su regreso de Egipto (2,23). Aquí experimentó una paradoja más frecuente de lo que parece: precisamente los suyos lo rechazan (Mc 6,1; Lc 4,16-30).
En la sinagoga de Nazaret, Jesús había aprendido la Palabra; ahora enseña como persona conocida por lo que ha realizado en otras partes (Lc 4,23). La sinagoga es “suya”: ya la Iglesia de Mateo se ha distanciado de ella.
Existe un estupor inicial, que en lugar de abrirse al ministerio, se cerrará en el prejuicio. El asombro es principio de sabiduría. Quien no se asombra, no comprende nada de lo nuevo, es decir, no comprende.
Los de Nazaret se hacen una pregunta razonable. Pero no están dispuestos a aceptar una respuesta, que cuestione lo que saben. Reconocen la sabiduría y los milagros; son un hecho real. Pero excluyen a priori que la sabiduría y el poder de Dios puedan encontrase en “este” ¡a quien conocen muy bien!
Si se tratara de una persona que ha estudiado y practicado alguna ascesis particular, si fuera un sabio o un santo, no se habrían asombrado: tendrían sus documentos en regla y lo habría acogido. ¿Pero cómo pude Dios manifestarse en este hombre, normal y ordinario, en todo semejante a los otros?
Nosotros quisiéramos ser semejantes a Dios, como lo imaginamos nosotros; pero no aceptamos a un Dios semejante a nosotros. Quisiéramos que Él y nosotros fuéramos distintos de lo que somos, y el origen del mal es precisamente no aceptar la realidad.
Nosotros, en general, creemos en Él porque no lo hemos visto, y lo pensamos como nos agrada más. ¿Pero si lo viéramos tal como era, le creeríamos? ¿Si viniera ahora aquí, mientras leo el Evangelio, yo lo reconocería? (25, 40-45). Los sabios buscan la sabiduría y los religiosos el poder; ¡pero es Él un hombre que acabará en la cruz! Ese Dios que uno se imagina sabio y poderoso a su modo, y a quien jamás ninguno ha visto, se manifestó precisamente en la carne de Jesús, única “noticia de Dios” que lo revela plenamente a todos.
v.55 “¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas?”
En realidad no es hijo del carpintero (1,18-25). Se consideran como obvias cosa que no son verdaderas. Para la mentalidad común, si Jesús fuera hijo de algún personaje insigne, sería más creíble. Pero es hijo de un carpintero, y Él mismo es carpintero (Mc 6,3): ¿qué pretende ser?
Con relación a la mención de su madre María, se pueden conocer cosas verdaderas, sin comprender su misterio.
La tradición cristiana ha creído que estos hermanos sean primos, usualmente llamados con ese nombre, o, como máximo, los hijos de un matrimonio anterior de José.
v.56 “¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”
Se recalca el interrogante, que no encuentra respuestas plausibles, porque tropieza contra la carne de Jesús, que se puede conocer solamente en el Espíritu (2 Co 5,16). Se escandalizan de que “estas cosas” divinas se encuentran en “ese”, a quien conocen. ¡Si se hallaran en otro, podría pensarse que sí! ¡El escándalo es la humanidad de Jesús! Pero la encarnación, principio de salvación, es el centro de nuestra fe.
v. 57 “Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Entonces les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.”
Aceptar o no su humanidad es acoger o no el don de Dios. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Col 2,9).
Tal vez la expresión proverbial del profeta negado en su pueblo sea una forma de Jesús de tratar de “justificar” el rechazo de los suyos. Se tiende a devaluar lo que se conoce: ¡se concede un margen de misterio sólo a lo que se ignora! La persona religiosa, de un modo particular, es propensa a volar hacia una meta desconocida y fingida, con tal de no incomodarse para cuestionar al ya conocido. Por pereza mental es fácil reducirlo todo a lo que ya se sabe.
v.58 “Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.”
El milagro está en conexión con la fe, la cual incluso lo obtiene (cf. el centurión: 8,10.13; el paralítico: 9,2; la hemorroísa: 9,22; la cananea: 15,28). La fe, al ponernos en contacto con el Señor, provoca el “intercambio” entre Él y nosotros. Donde falta, falta el contacto. Se trata de un acto libre, que suscita el asombro del Señor. Nuestro “sí”, así como también nuestro “no”, produce algo inédito y maravilloso e incluso para Él: tiene el poder de asombrarlo (8,10; Mc 6,6). El milagro se produce en última instancia por nuestra fe; ella misma es el grande milagro, principio de salvación.
Párrafos extraídos de “Una comunidad lee el Evangelio de Mateo” – Silvano Fausti - Editorial San Pablo – 2da. edición – páginas 315-316

• Preguntas para la lectura:

 ¿Quiénes cuestionan la “cartas credenciales” divinas de Jesús?
 ¿Por qué Jesús era para ellos un motivo de escándalo?
 ¿Qué relación había entre fe y milagros?

2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la meditación:

 ¿Tengo la tendencia de querer que Dios sea como yo lo imagino?
 ¿Rechazo a Jesús como realmente es, tratando de acomodarlo a lo que yo quisiera que sea?
 ¿Tengo tendencia a menospreciar a hermanos-as espirituales por el simple hecho de ser muy conocidos o vecinos?

3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, ayúdame a reconocerte tal como sos y nos revelan los Evangelios y no tratar de “acomodarte” a mis prejuicio o preconceptos. Amén.

4. CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Trato de imaginar la escena descrita en el texto y comprender los motivos del rechazo inicial a Jesús de parte de su entorno. Reflexiono acerca de si mi actitud en ese lugar y tiempo hubiera sido diferente.


5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

• Preguntas para la acción:

 ¿De qué manera buscaré en los Evangelios conocer al Jesús verdadero en toda su dimensión?
 ¿Qué haré para evitar “crear” a un Dios a mí imagen y semejanza en lugar de reconocerlo en su propia revelación?
 ¿Dónde y en quién depositaré mi fe?

Aquellos que estén interesados en la palabra del día en forma completa para reflexionar, discernir, para la lectura espiritual y para rezar pueden acceder a dicho link http://www.arzbaires.org.ar/inicio/lecturas.html y bajar la lectura.

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