29 DE de diciembre de 2012 - DÍA QUINTO DE NAVIDAD
“…mis ojos han visto la salvación que
preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones
paganas y gloria de tu pueblo Israel.”
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2,
3-11
Queridos
hermanos:
La
señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos.
El
que dice: «Yo lo conozco», y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la
verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha
llegado verdaderamente a su plenitud.
Esta
es la señal de que vivimos en él. El que dice que permanece en él, debe
proceder como él.
Queridos
míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que
aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que
ustedes oyeron.
Sin
embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como
en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz.
El
que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las
tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar.
Pero
el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber
a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 95, 1-2a. 2b-3. 5b-6 (R.: 11a)
R. Alégrese el cielo y goce la
tierra.
Canten
al Señor un canto nuevo,
cante
al Señor toda la tierra;
canten
al Señor, bendigan su Nombre. R.
Día
tras día, proclamen su victoria,
anuncien
su gloria entre las naciones,
y
sus maravillas entre los pueblos. R.
El
Señor hizo el cielo;
en
su presencia hay esplendor y majestad,
en
su Santuario, poder y hermosura. R.
EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2,
22-35
Cuando
llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño
a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón
primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un
par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía
entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y
esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había
revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el
mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño
para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos
y alabó a Dios, diciendo:
«Ahora,
Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque
mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos:
luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.»
Su
padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después
de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de
elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una
espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los
pensamientos íntimos de muchos.»
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
La presentación de Jesús en
el templo más que un dato histórico o cronológico tiene aquí una finalidad
catequética (Todos los evangelios tiene finalidad catequética).
Tanto los padres de Jesús
como él mismo son judíos auténticos, cumplidores de la ley. La purificación de
María es aquí un asunto ritual. Ella va al templo para cumplir con el precepto
de la ley. Y es en el contexto de purificación-presentación en el que acontece
el encuentro con el anciano Simeón.
Lucas insiste en que Simeón
es un hombre justo y piadoso, es decir, fiel en el cumplimiento de la ley. El
cántico de alabanza, el llamado “Benedictus” por su primera
palabra latina, comienza declarando que en Jesús han llegado a su cumplimiento
las promesas del Primer Testamento.
Su expectativa mesiánica,
como la de tantos hombres y mujeres en Israel, ha llagado a su apogeo, a su
cumplimiento. Él se declara testigo de este acontecimiento salvífico.
En seguida declara la
universalidad de la misión de Jesús: ser “luz para todos los pueblos”.
Nuestra misión en el mundo
contemporáneo está iluminada por el cántico de Simeón. Reconocer a Jesús como
salvador y liberador de todos los pueblos y naciones. Y, como Simeón, hacernos
testigos de este acontecimiento, para proclamarlo, profundizarlo y realizarlo
en nuestro mundo.
En eso consiste la misión,
en trasmitir la experiencia vivida junto al Señor, para que otros encuentren en
él una esperanza de vida y salvación.
***
Conocer a
Dios por la fe no es un juego de
pensamientos. No está reservado a los sabios, a los que son capaces de
descifrar intelectualmente las «Escrituras» o el “Dogma”… es un conocimiento experimental, vital, asumido y mantenido con
gozo. Juan nos dice dónde está la prueba
de la verdadera fe: «en esto sabemos que le conocemos, en
que guardamos sus mandamientos».
El que dice conocer a Dios
y luego no vive según Dios, es un mentiroso, la verdad no está en él. Mientras
que «quien vive de su Palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado
en él a su plenitud».
Profundizando más todavía,
para Juan la demostración de
que hemos dejado la oscuridad y entrado en la luz, es el amor que tenemos al hermano: «quien
dice que está en la luz y aborrece al hermano, está aún en las tinieblas», «no
sabe a dónde va» y seguramente tropezará, porque «las
tinieblas han cegado sus ojos».
La carta de Juan nos ha
señalado un termómetro para evaluar nuestra
celebración de la Navidad:
la venida al mundo del Mesías es luz y es amor, por parte de Dios, y debe serlo también por parte nuestra. Porque el amor de Dios es total entrega: «tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para que todos tengan vida eterna». El mismo Jesús vincula las dos direcciones del amor: «yo los he amado: ámense unos a otros».
la venida al mundo del Mesías es luz y es amor, por parte de Dios, y debe serlo también por parte nuestra. Porque el amor de Dios es total entrega: «tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para que todos tengan vida eterna». El mismo Jesús vincula las dos direcciones del amor: «yo los he amado: ámense unos a otros».
***
La presentación de Jesús en el Templo es una
escena que nos ayuda a seguir profundizando en elmisterio
de la Encarnación de Dios. José y María cumplen
la ley, con lo que eso significa desolidaridad
del Mesías con su pueblo. San Lucas es el único
evangelista que nos presenta esta solemne escena de la presentación de Jesús
recién nacido en el templo de Jerusalén.
La madre, después de dar a luz, quedaba legalmente
impura: debía permanecer en casa otros treinta y tres días. El día cuarenta
debía ofrecer un sacrificio en
la puerta de Nicanor, al este del Atrio de las Mujeres. Por otro lado, todo primogénito varón, como aparece en el
libro del Éxodo, debía ser consagrado a
Dios para el servicio del santuario y rescatado mediante el pago de una suma.
Lucas no habla del rescate
pero sí del sacrificio expiatorio de los
pobres ofrecido para la purificación. Esto pone de manifiesto la
condición social de José. La ley prescribía el sacrificio de un cordero para
las familias con recursos económicos, o un par de tórtolas si eran pobres.
Cuando acuden al Templo, se
produce el encuentro del Mesías recién nacido
con el anciano Simeón, representante de los hombres justos
de Israel que esperaban el consuelo y la salvación de Dios. Simeón, camina
hacia la muerte, pero no parece estar triste. Es un hombre religioso que se deja guiar, y Dios lo ha conducido como de la mano, hacia el Templo.
Allí, movido por el Espíritu, reconoce en
el hijo de esta sencilla familia al enviado de
Dios, y prorrumpe en un canto de
bendición y esperanza
«ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz». Describe en su alabanza al Mesías: «mis ojos han visto a tu Salvador», que es «luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
«ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz». Describe en su alabanza al Mesías: «mis ojos han visto a tu Salvador», que es «luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
Este Cristo que es la gloria del pueblo de Israel y la luz para los demás pueblos, es a la
vez, juicio, signo de contradicción.
Todos tendrán que tomar partido ante Él, no podrán quedar indiferentes. Por eso
Simeón anuncia a la joven madre María una
misión difícil, porque tendrá que participar
en el destino de su Hijo: «será como una bandera discutida…
y a ti una espada te traspasará el alma».
La presencia de María en
este momento, al inicio de la vida de Jesús, la conecta con la madre que estará
al pie de la Cruz cuando muera su Hijo. Presencia
y cercanía de la madre a la misión salvadora de Cristo Jesús.
El evangelio nos conduce a la profundidad de la Navidad. El anciano Simeón nos
invita, con su ejemplo, a saber ver,
a dejarnos conducir por el Espíritu,
para descubrir la presencia de Dios en
nuestra vida; así como Él la supo discernir en esta familia pobre, que no
llamaba a nadie la atención.Reconoció a Jesús,
y se llenó de alegría y lo anunció a todos los que escuchaban. En los detalles
de cada día, y en las personas que pueden parecer más insignificantes, Dios se
nos presenta si tenemos los ojos de la fe para descubrirlo.
Además, Simeón nos dice a
nosotros, como se lo dijo a María y José, que el
Mesías es signo de contradicción. El niño a quien contemplamos indefenso en el
pesebre de Belén y que ahora es presentado en el templo, se convertirá en un
hombre, abandonará su casa, su familia, su trabajo, para asumir su destino, su
vocación. Proclamará la buena noticia del amor de Dios por los pobres, los
pequeños, los pecadores. Cristo,
por su palabra de fraternidad y de reconciliación, se convierte en la luz del mundo no sólo para Israel, el
pueblo al cual perteneció por sus orígenes humanos, sino para todos los pueblos
de la tierra.
La fidelidad a esta verdad lo llevará a ser
condenado por los poderes de este mundo a una muerte vergonzosa. Su mensaje,
fue en su tiempo y lo sigue siendo ahora, una palabra
exigente, que pone al descubierto los pensamientos de muchos y ante la que hay que tomar partido. Podemos
hacerloseguros y confiados porque
tenemos la firme esperanza de que el Padre Dios, que lo resucitó a Él de entre
los muertos, nos dará también a nosotros una vida
nueva y definitiva.
Lucas hoy, pone en labios
de Simeón, la seguridad que tenemos que tener como
discípulos si nos comprometemos en el anuncio y el trabajo desde el evangelio
de la Vida: “mis ojos han visto la
salvación”.
PARA DISCERNIR
¿Estoy abierto al encuentro
con Jesucristo?
¿Trato de mirar la realidad
más allá de las apariencias?
¿Lo descubro en la realidad
que me rodea?
REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA
Hoy hemos visto tu
salvación!
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
Dios ha manifestado su salvación en todo el
mundo
…”La misericordiosa
providencia de Dios, que ya había decidido venir en los últimos tiempos en
ayuda del mundo que perecía, determinó de antemano la salvación de todos los
pueblos en Cristo.
De estos pueblos se trataba
en la descendencia innumerable que fue en otro tiempo prometida al santo
patriarca Abrahán, descendencia que no sería engendrada por una semilla de
carne, sino por la fecundidad de la fe, descendencia comparada a la multitud de
las estrellas, para quien de este modo el padre de todas las naciones esperara
una posteridad no terrestre, sino celeste.
Así pues, que todos los
pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas, y que los hijos
de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán, a la cual
renuncian los hijos según la carne. Que todas las naciones, en la persona de los
tres Magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no ya sólo
en Judea, sino también en el mundo entero, para que por doquier sea grande su
nombre en Israel.
Instruidos en estos
misterios de la gracia divina, queridos míos, celebremos con gozo espiritual el
día que es de nuestras primicias y aquél en que comenzó la salvación de los
paganos. Demos gracias al Dios misericordioso quien, según palabras del
Apóstol, nos ha hecho capaz de compartir la herencia del pueblo santo en la
luz; él nos ha sacado del dominio de las tinieblas y nos ha trasladado al reino
de su Hijo querido. Porque, como profetizó Isaías, el pueblo que caminaba en
tinieblas vio una grande; habitaban en tierra de sombras, y una luz les brilló.
También a propósito de ellos dice el propio Isaías al Señor: Naciones que no te
conocían te invocarán, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti.
Abrahán vio este día, y se
llenó de alegría, cuando supo que sus hijos según la fe serían benditos en su
descendencia, a saber, en Cristo, y él se vio a sí mismo, por su fe, como
futuro padre de todos los pueblos, dando gloria a Dios, al persuadirse de que
Dios es capaz de hacer lo que promete.
También David anunciaba
este día en los salmos cuando decía: Todos los pueblos vendrán a postrarse en
tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre; y también: El Señor da a conocer su
victoria, revela a las naciones su justicia.
Esto se ha realizado, lo
sabemos, en el hecho de que tres magos, llamados de su lejano país, fueron
conducidos por una estrella para conocer y adorar al Rey del cielo y de la
tierra. La docilidad de los magos a esta estrella nos indica el modo de nuestra
obediencia, para que, en la medida de nuestras posibilidades, seamos servidores
de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo.
Animados por este celo,
debéis aplicaros, queridos míos, a seros útiles los unos a los otros, a fin de
que brilléis como hijos de la luz en el reino de Dios, al cual se llega gracias
a la fe recta y a las buenas obras; por nuestro Señor Jesucristo que, con Dios
Padre y el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
De los sermones de san León Magno, papa
(Sermón 3 en la Epifanía del Señor, 1-3. 5: PI,
54, 240
PARA REZAR
JESÚS VOY A TU
ENCUENTRO
Señor Jesús,
aquí estoy junto a tí. Te necesito.
Jesús amigo,
extiéndeme tu mano. Te necesito.
Jesús acércate
a mi soledad. Es duro sentirse solo.
Jesús, tú eres
el hombre que yo quiero ser.
Tú me
comprendes, tú eres tolerante, tú esperas.
Tú eres
paciente, tú amas, tú no oprimes.
Tú eres amigo
de libertad y de confiar en el hombre.
Tú confías
siempre, perdonas siempre, estás siempre.
Ayúdame a
descubrir mi rostro. Un rostro nuevo.
Ayúdame a
encontrarme conmigo mismo. Ayúdame.
Ayúdame a saber
como soy por dentro. Por dentro.
Ayúdame a crecer
como un hombre nuevo. Nuevo.
Jesús de
Nazaret, amigo: dame luz para ver claro.
Jesús de
Nazaret, amigo: dame tu amistad sincera.
Jesús de
Nazaret, amigo: dame fuerza para caminar.
Jesús de
Nazaret, amigo: dame saber ser hombre.
Jesús de
Nazaret, amigo: Tú que fuiste el modelo de Hombre,
has que yo sepa
mirar tu rostro y descubra
mi rostro nuevo
en tu rostro resucitado.
Yo lo sé Señor:
vale la pena.
LECTIO DIVINA
Luz para iluminar a los paganos
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas
2, 22-35
Cuando llegó el día fijado
por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para
presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será
consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o
de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en
Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el
consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no
moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue
al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él
las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios,
diciendo:
«Ahora, Señor, puedes
dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han
visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para
iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre
estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos,
dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para
muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te
atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos
de muchos.»
Palabra del Señor.
1.
LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías
para la lectura:
Cuarenta días después del
nacimiento del hijo, la madre debía someterse al rito de la purificación, según
lo mandaba la ley (Lev 12, 1-8). Sin embargo, Lucas no habla de una “purificación
de María”, sino de la “purificación de ellos”. Lucas, de esta forma, se refiere
a la profecía de Malaquías: “El Señor vendrá a su Templo y todos los
sacrificios quedan purificados con la entrada de Jesús, porque Él es la
verdadera morada de Dios entre los seres humanos (Jn 2, 18-22), y el único
sacrificio aceptable para Dios (Heb 9, 11-14).
Más tarde, casi al fin de
su misterio, Jesús volverá a entrar al Templo y lo purificará, expulsando a los
vendedores (Lc 19, 34-46).
El anciano Simeón representa
a los profetas de Israel que esperaban el consuelo de Israel, es decir, la
redención por parte de Dios. El cántico de Simeón, llamado Nunc dimitis
en latín, alude a varios textos de la segunda parte del libro de Isaías,
llamado el “Libro de la consolación de Israel” por la forma como se
inicia: “Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice el Señor” (40,1). El
cántico de Simeón es, en realidad, el canto de despedida de todos los profetas
de Israel que dan por cumplida su tarea y pueden retirarse a descansar en paz,
porque ha llegado la salvación que ellos anunciaron.
2.
MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
Ø ¿Qué
significa que, a pesar de ser quién era, José y María fueron a cumplir los
rituales judíos bíblicos como cualquier israelita?
Ø ¿Qué
representa la figura de Simeón?
Ø ¿Qué
profetisa Simeón sobre los sufrimientos de María?
3.
ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, que pueda yo acudir con alegría al cumplimiento de tus fiestas y sacramentos. Que pueda yo desarrollar una vida cercana a Vos que me haga un día ser justo y piadoso ante tus ojos.
4.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Repito y reflexiono sobre
las palabras sabias y proféticas de Simeón:
«Ahora, Señor, puedes
dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han
visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para
iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.»
«Este niño será causa de
caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti
misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los
pensamientos íntimos de muchos.»
5.
ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
Ø ¿Cumplo
con alegría los preceptos bíblicos y sacramentales? o ¿lo hago sólo por
costumbre? o ¿lo hago con indiferencia?
Ø ¿Quiero
ser como Simeón a su edad: “justo, piadoso y esperanzado en el consuelo de
Dios”?
Ø ¿He
“visto” la salvación y por eso tengo paz en mi alma?
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