3 de enero de 2013



…El que permanece en Él no peca…

PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan     2, 29-3, 6

    Queridos hermanos:
    Si ustedes saben que él es justo, sepan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.
    ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.
    Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
    El que tiene esta esperanza en él, se purifica, así como él es puro. El que comete el pecado comete también la iniquidad, porque el pecado es la iniquidad.
    Pero ustedes saben que él se manifestó para quitar el pecado, y que él no tiene pecado. El que permanece en él, no peca, y el que peca no lo ha visto ni lo ha conocido.
Palabra de Dios.

SALMO    Sal 97, 1. 3cd-4. 5-6 (R.: 3cd)
R.     Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.

    Canten al Señor un canto nuevo,
    porque él hizo maravillas:
    su mano derecha y su santo brazo
    le obtuvieron la victoria. R.

    Los confines de la tierra han contemplado
    el triunfo de nuestro Dios.
    Aclame al Señor toda la tierra,
    prorrumpan en cantos jubilosos. R.

    Canten al Señor con el arpa
    y al son de instrumentos musicales;
    con clarines y sonidos de trompeta
    aclamen al Señor, que es Rey. R.

EVANGELIO
    X Lectura del santo Evangelio según san Juan    1, 29-34

    Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: «Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel.»
    Y Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo”
    Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios.»
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

El fragmento de hoy se puede dividir en dos partes: el cristiano es hijo de Dios ycomo tal no puede pecar.
Hasta ahora Juan ha hablado sobre todo de la comunión y del conocimiento de Dios, ahora retoma el mismo tema, pero desde el punto de vista de la filiación.Engendrados por el don que Dios nos hace de su vida, los cristianos podemos ser llamados con todo derecho hijos de Dios.
No es una metáfora. Es el mejor resumen de la Navidad. El Hijo de Dios se ha hecho hermano nuestro, y por tanto todos hemos quedado constituidos hijos en el Hijo.
Pero esta filiación no está aún totalmente manifestada: tendrá su plena realización en el mundo futuro y sólo en ese momento se realizará, por gracia, la antigua ambición de ser semejantes a Dios. Juan enseña que el camino que conduce a la divinización pasa por la purificación, porque sólo los corazones puros verán a Dios.
A diferencia que en la antigua ley, la pureza no se adquiere ahora, por medio de abluciones o de inmolaciones, sino por el rendimiento filial de Cristo, a la voluntad de amor de su Padre,
manifestada en el sacrificio. Podremos aspirar a la purificación que nos conduce a ver a Dios, en la medida en que compartimos con Cristo, una vida hecha de amor y de obediencia filial.
Nuestra filiación es un don y una tarea«Todo el que permanece en Él, no comete pecado». La expresión «cometer pecado» nos hace pensar en que el hijo
no puede convertirse en esclavo sin pasar por el rechazo libre y consciente de Jesús, el Hijo. En el fondo, el pecado significa pasarse al dominio del diablo, príncipe de este mundo, y hacerse su esclavo. Nadie puede servir a dos señores, dirá Jesús para expresar la misma realidad. El «nacer de Dios» es algo serio, no se puede ir de un lado a otro. No se puede vivir la fe a medias.
***
Jesús camina hacia la multitud y es señalado por Juan desde la imagen del “siervo” que evocará Isaías. Con ella presenta al recién llegado como el que “quita el pecado del mundo”. Juan no conocía a Cristo, después de la revelación del Espíritu lo conoce, y a partir de allí, lo da a conocer.
Los símbolos del siervo y la paloma eran parte de la tradición y patentizarán la veracidad de la promesa de la que el mismo Juan da testimonio.
El Evangelio de hoy nos presenta dos tipos de bautismoel de Juan con agua, es la preparación para recibir el nuevo bautismo de Jesús proveniente del Espíritu Santo. El bautismo instituido por Jesucristo, hace referencia a una novedad, por la cual a la persona bautizada se le abren las puertas a una nueva vida en el seno de la Iglesia.
El Espíritu Santo da testimonio de que Jesús es Dios-con-nosotros, y de que Él tiene el poder de bautizarnos con el Espíritu Santo y de realizar lo anunciado por Juan:Jesús es el que quita el pecado del mundo.
El pecado del mundo es la opción por una vida de tinieblas que frustra el proyecto creador, es decir, que impide a los hombres la vida, la búsqueda de la plenitud. Jesús al quitar el pecado del mundo, va a liberar al hombre de la sumisión a todo tipo de esclavitud.
Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Él ha venido comonuestra reconciliación. Él cargó sobre sí los pecados del mundo, para que seamos santos como Dios es Santo. Quienes nos sumergimos en Él, participamos del mismo Espíritu de Dios. Somos hijos suyos, llamados con nuestro testimonio de amor y de servicio, a hacer creíble la historia de la Navidad, en la que Dios envió a su Hijo en carne humana para devolvernos a todos la alegría, la paz y la vida.

PARA DISCERNIR

¿De veras nos sentimos hijos, oramos como hijos, actuamos como hijos?
¿Qué prevalece en nuestra espiritualidad, el miedo, el interés o el amor?
¿Nos dejamos inspirar por ese Espíritu de Dios que desde dentro nos hace decir: «Abbá, Padre»?

REPITAMOS Y VIVAMOS HOY LA PALABRA

…Yo lo he visto y doy testimonio…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo»

… “«Este es el Cordero de Dios» dice Juan Bautista. El mismo Jesús no dice nada; es Juan quien lo dice todo. El esposo acostumbra a actuar así; no dice nada a la esposa, sino que se presenta y se mantiene en silencio. Son otros los que le anuncian y lo presentan a la esposa. Cuando ella aparece, no es el mismo esposo quien la toma sino que la recibe de manos de otro. Pero después que la ha recibido de otro, se une tan estrechamente a ella que hace que ésta ya no se acuerde más de aquellos que ha dejado para seguirle.
Es lo que pasó respecto a Jesucristo. Vino para desposarse con la humanidad; no dio nada de sí mismo, no hizo más que presentarse. Es Juan, el amigo del Esposo, que ha puesto en sus manos la mano de la Esposa, es decir, el corazón de los hombres que persuadió con su predicación. Entonces Jesucristo los recibió y les colmó de tal cantidad de bienes que ya no regresaron al que les había conducido hasta él… Levantó a su Esposa de su condición tan humilde para conducirla a la casa de su Padre…
Es Juan, el amigo del Esposo, el único que estuvo presente en estas bodas; es él quien entonces lo hizo todo; dándose cuenta de que Jesús llegaba, dijo: «Este es el Cordero de Dios». Con ello demostró que no es solamente a través de su voz, sino también por los ojos, que daba testimonio de la presencia del Esposo. Admiraba al Hijo de Dios y, contemplándolo, su corazón saltaba de gozo y de alegría. Antes de anunciarlo, le admira presente, y da a conocer el don que Jesús vino a traer: «Este es el Cordero de Dios». Es él, dice, que quita el pecado del mundo, y lo quita siempre, no tan sólo en el momento de la Pasión al sufrir por nosotros. Si bien no es más que una vez que ofrece su sacrificio por los pecados del mundo, este único sacrificio purifica para siempre los pecados de todos los hombres hasta el fin del mundo”… 
San Juan Crisóstomo (hacia 345-407) – Homilía sobre el evangelio de san Juan

PARA REZAR

Gastar la vida

Jesucristo ha dicho: “Quien quiera guardar su vida la perderá;
y quien la gaste por mí la recuperará en la vida eterna”.
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida, entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos amenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Señor Jesucristo: nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Vos nos la diste para gastarla;
no se la puede guardar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás,
aunque no paguen;
hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta,
es dar lo propio por el bien del prójimo.
Somos antorchas, sólo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
La vida se da sencillamente, sin publicidad,
como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a su hijito,
como el sudor humilde del sembrador.
Enséñanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible,
porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer al vacío. Amén.

LECTIO DIVINA

Éste es el Cordero de Dios

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     1, 29-34
Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que Él fuera manifestado a Israel.»
Y Juan dio este testimonio:
«He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo"
Yo lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios.»
Palabra del Señor.

LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

En el Evangelio de Juan historia y símbolo se mezclan. En el texto de hoy, el simbolismo consiste sobre todo en evocaciones de textos conocidos del Antiguo Testamento, que revelan algo respecto de la identidad de Jesús. En estos pocos versos (Jn 1,29-34) hay las siguientes expresiones con densidad simbólica: a) Cordero de Dios; b) Quitar el pecado del mundo; c) Existía antes que yo; d) El descenso del Espíritu como paloma; e) Hijo de Dios.
 Cordero de Dios. Este título evocaba la memoria del éxodo. En la noche de la primera Pascua, la sangre del Cordero Pascual, con el que se señalaban las puertas de las casas, constituía para la gente señal de liberación (Es 12,13-14). Para los primeros cristianos, Jesús es el nuevo Cordero Pascual que libera a su pueblo (1Cor 5,7; 1P 1,19; Ap 5,6.9).
 Quitar el pecado del mundo. Evoca la frase tan bonita de la profecía de Jeremías: “Ya no tendrán que enseñarse mutuamente diciéndose el uno al otro: Conozcan a Yavhé. Pues me conocerán todos, del más grande al más humilde. Porque yo habré perdonado su culpa y no me acordaré más de su pecado” (Jer 31,34).
 Existía antes que yo. Evoca varios textos de los libros sapienciales, en los que se habla de la Sabiduría de Dios, que existía antes de todas las demás criaturas y que estaba junto a Dios como maestro de obras en la creación del universo y que, por fin, fue a morar en medio del pueblo de Dios (Prov 8,22-31; Ec 24,1-11).
 El descenso del Espíritu como paloma. Evoca la acción creadora en la que se dice que “el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas” (Gén 1,2). El texto de Génesis 1,2 sugiere la imagen de un pájaro que vuela sobre un nido. Imagen de la nueva creación en movimiento bajo la acción de Dios.
 Hijo de Dios. Es el título que resume todos los demás. El mejor comentario de este título es la explicación del mismo Jesús: “Las autoridades de los judíos respondieron: No te apedreamos por algún bien que hayas hecho, sino porque siendo hombre, insultas a Dios, haciéndote pasar por Dios." Jesús dijo:"¿No está escrito en la Ley de ustedes: Yo lo digo: ustedes son dioses? Se llama, pues, dioses a los que reciben la palabra de Dios; y no se puede dudar de la Escritura. Entonces, si el Padre me ha consagrado y enviado al mundo, ¿no puedo decir que soy Hijo de Dios sin insultar a Dios? Si yo no cumplo las obras del Padre, no me crean. Pero si las cumplo, aunque no me crean por mí, crean por las obras que hago y sepan de una vez que el Padre está en mí y yo estoy en el Padre." (Jn 10,33-39)

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

De acuerdo a Juan el Bautista: ¿Para qué vino a bautizar con agua?
¿Qué produjo en Juan el conocimiento personal de Jesús?
¿Cuál es el testimonio central de ese conocimiento?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

SALMO     Sal 97, 1. 3cd-6
¡El Señor manifestó su victoria!

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria. 

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos. 

Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey. 

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

ALELUIA    Jn 1, 14a. 12a y c

Aleluia.
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
A todos los que la recibieron
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. 
Aleluia.

ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

Jesús se ofreció a sí mismo, completamente, para toda la humanidad, y yo ¿qué puedo ofrecer para ayudar a mi prójimo?
También nosotros hemos recibido el Espíritu Santo ¿Cuán consciente soy de que soy templo del Espíritu?
Al conocer a Cristo, ¿doy claro testimonio de que “Él es el Hijo de Dios”? 

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