11 de abril de 2013

11 de abril de 2013 – JUEVES DE LA II SEMANA DE PASCUA

Estanislao, obispo y mártir (a. 1079)

“El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
El que cree en el Hijo tiene Vida eterna.”

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles    5, 27-33

    Los guardias hicieron comparecer a los Apóstoles ante el Sanedrín, y el Sumo Sacerdote les dijo: «Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!»
    Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo. A él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen.»
    Al oír estas palabras, ellos se enfurecieron y querían matarlos.
Palabra de Dios.

SALMO    Sal 33, 2 y 9. 17-18. 19-20 (R.: 7a)
R.    El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.

    Bendeciré al Señor en todo tiempo,
    su alabanza estará siempre en mis labios.
    ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
    ¡Felices los que en él se refugian! R.

    El Señor rechaza a los que hacen el mal
    para borrar su recuerdo de la tierra.
    Cuando ellos claman, el Señor los escucha
    y los libra de todas sus angustias. R.

    El Señor está cerca del que sufre
    y salva a los que están abatidos.
    El justo padece muchos males,
    pero el Señor lo libra de ellos. R.

EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según san Juan    3, 31-36

    El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
    El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR 

En Jesús, Dios interviene en la historia humana proponiendo un cambio en la relación con él. Hasta entonces, ésta se había realizado a través de mediadores, enviados con misión divina, pero sin experiencia directa de Dios.
Con Jesús comienza la Alianza Nueva, caracterizada por el contacto inmediato y mutuo de Dios con el hombre. Ha terminado el régimen contractual de la Ley que impide ver y escuchar al Hijo de Dios, para dar paso a la relación recíproca del amor.
En Jesús, el Hijo, se hace presente Dios como Padre, que ha puesto en él toda su riqueza, toda su confianza y su misma gloria. Aceptar el testimonio de Dios en Jesús hace innecesaria cualquier clase de mediación, en especial la de las instituciones legalistas de su tiempo que se oponen al Mesías y al mandamiento del Amor.
Animémonos a dar testimonio del amor de Dios en medio de la familia, de la comunidad y de la sociedad. 
*** 
Los guardias se llevaron a los Apóstoles y los presentaron ante el Gran Consejo del Sanedrín, el mismo ante el cual compareció Jesús, y que decidió hacerlo desaparecer.
En esta ocasión les quieren prohibir enseñar en ese nombre. Los jefes de Jerusalén tienen miedo. Les remuerde la conciencia el recuerdo de la sangre derramada hace poco, hasta tal punto, que no se atreven siquiera a pronunciar su nombre. El caso Jesús continúa siendo un problema, está siempre allí,lo ven prolongarse en sus apóstoles. Creyeron haberlo suprimido, pero ahora, en vez de uno son once. A pocos días de distancia, están ante el mismo tribunal.
Pero la Palabra no se detiene ante los obstáculos: los apóstoles no pueden dejar de predicar la Buena Noticia, tienen y quieren obedecer a Dios antes que a los hombres. Jesús les había anunciado que los llevarían ante los tribunales, pero que el Espíritu les inspiraría qué decir y cómo defenderse. En esta ocasión, de un modo muy valiente, y movido por el Espíritu, Pedro aprovecha de nuevo la ocasión para proclamar a sus perseguidores la resurrección de Jesucristo y su exaltación como Señor y Salvador. Se presentan como testigos autorizados, junto con el Espíritu Santo que actúa en ellos
*** 
Las palabras, con las que concluye el diálogo de Jesús con Nicodemo, son el resumen de todo el evangelio de Juan: Jesús es el enviado de Dios, nos trae sus palabras, que son la verdadera sabiduría y las que dan sentido a la vida: son la mejor prueba del amor que Dios tiene a su Hijo y a nosotros. El que recibe a Jesús y su palabra es el que tendrá la vida eterna que Dios le está ofreciendo a través de su Hijo; el que no lo quiera aceptar, él mismo se excluye de la vida.
El Evangelio nos invita a dejar de ser “terrenales”, para hablar y movernos como «el que viene de arriba», que es Jesús. Es necesario que en todo momento y circunstancia nos esforcemos por tener el pensamiento de Dios, ambicionemos tener los mismos sentimientos de Cristo, y aspiremos a mirar a los hombres y las circunstancias con la misma mirada del Dios hecho hombre. De esta manera, nos haremos capaces de contemplar la presencia salvadora de Dios, en las cosas que pasan continuamente a nuestro alrededor. El amor de Dios es acción continua a favor del hombre.
Si venimos de lo alto amaremos a todo el mundo al modo de Jesús, siendo nuestra vida transparencia de su amor. Este amor que tiene el sello de la gratuidadde servir sin esperar nada a cambiocrea un ambiente profundamente humano y de respeto que se contagiaque lleva a los otros a sentirse libremente movidos a responder y actuar de la misma manera.
Como Iglesia necesitamos poder identificar las dos posibilidades por las cuales cada ser humano puede optar: la terrenal, amasada con egoísmo y sellada por la soledad, o la que viene de lo alto, forjada en el amor y expresada en una vida comunitaria y solidaria. El cielo y el infierno lo fraguará cada persona, haciendo uso de la libertad que el mismo Dios le ha dado, decidiendo si quiere que la voluntad del Padre obre sobre ella y el mundo.
La “vida eterna” que trae Jesús, no es solamente una vida más allá de la muerte, es una vida ya desde aquí y ahora, en plenitud, fundada en el amor paternal de Dios por todos nosotros y en la fraternidad cristiana, vivida en comunidad, capaz de transformar y embellecer el mundo. 

PARA DISCERNIR

¿Experimento la fuerza transformadora del amor?
¿Reconozco la validez del testimonio basado en el amor?
¿Tengo gestos desde los cuales queda expresa la veracidad de mi fe?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

El pobre invocó al Señor, y él lo escuchó.

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL 

…”¿De qué modo trabajamos para la reconciliación? En primer lugar y sobre todo, reivindicando para nosotros mismos el hecho de que Dios nos ha reconciliado consigo en Cristo. Pero no basta con creer esto con nuestra cabeza. Debemos dejar que la verdad de esta reconciliación penetre entodos los rincones de nuestro ser. Hasta que no estemos plena y absolutamente convencidos de que hemos sido reconciliados con Dios, de que estamos perdonados, de que hemos recibido un corazón nuevo, un espíritu nuevo, unos ojos nuevos para ver y unos nuevos oídos para oír, continuaremos creando divisiones entre la gente, porque esperaremos de ella un poder de curación que no posee.
Sólo cuando confiemos plenamente en el hecho de que pertenecemos a Dios y podemos encontrar en nuestra relación con Dios todo lo que necesitamos para nuestra mente, nuestro corazón, nuestra alma, podremos ser libres de verdad en este mundo y ser ministros de la reconciliación. Esto es algo que no resulta fácil; muy pronto volvemos a caer en la duda y en el rechazo de nosotros mismos. Necesitamos que se nos recuerde constantemente a través de la Palabra de Dios, de los sacramentos, del amor al prójimo que estamos reconciliados de verdad”… 
H. J. M. Nouwen. Pan para el viaje, PPC, Madrid 1999.

PARA REZAR 

Oración de amor

Señor:
Qué hermoso es tener un corazón
con capacidad para amar y perdonar,
para ayudar y comprender, para creer y confiar.

Pero que difícil me resulta practicarlo,
hacerlo vida en mis actos de cada día.
Mis fuerzas son muy limitadas y son más
las horas bajas que las buenas.

Tú siempre estás ahí, esperándome,
creyendo en mí, confiando en mí.
Que una caída de hoy sea un peldaño
que me acerque más a ti y a mis hermanos;
que cada día tenga el coraje de volver
a empezar en el camino del amor.

Dame la valentía de saber unir mi mano
a otros hombres, mis hermanos, para hacer
crecer entre todos el arco iris del amor
y de la amistad.

Que al cerrar cada noche pueda refugiarme en
tu regazo de Padre comprensivo y amoroso. Amén.

LECTIO DIVINA

El Padre ama al Hijo
y ha puesto todo en sus manos

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor.

LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

El texto del Evangelio de hoy está dentro de un monólogo teológico de Juan el Bautista. El origen del mismo es una discusión entre sus discípulos y un judío, sobre el rito de la purificación, que culmina con un reclamo de aquellos al Bautista. Sus propios discípulos se refieren a Jesús en forma sorprendentemente crítica, en razón de que él también bautiza, y que además, tiene mayor éxito que su líder. (vs.22-26). Esta inesperada competencia ministerial, que los discípulos de Juan el Bautista plantean, alcanza en la respuesta de éste, su clímax personal en el versículo 30: “Es necesario que él crezca y que yo disminuya”, y su clímax teológico entre los versículos 31 al 36.
Su primera declaración apologética de Jesús: “El que viene de lo alto está por encima de todos” (v.31a) tiene un símil en la declaración de Juan, el evangelista, en el versículo 13: “Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo”. Deliberadamente, Juan el Bautista marca una diferencia sustancial de origen, entre él y Jesús, cuando al referirse a sí mismo en tercera persona dice: “El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra” (v.31b). No solamente habla de la tierra, sino que solamente puede bautizar con elementos terrenales como el agua, mientras que Jesús es el único que puede bautizar en el Espíritu Santo.
El testimonio de Jesús, es por lo tanto de origen sensorial y celestial, habla de lo que personalmente ha visto y oído, sin necesitar mayor información que su vivencia divina. (v.31 b-32 a). Pero al igual que lo expresa el himno introductorio del cuarto Evangelio, ese testimonio, en principio no es recibido: “…nadie recibe su testimonio” (v.32)  “los suyos no le recibieron” (1.11). Pero hay receptores del testimonio y de su persona, presentándose también una similitud con conceptos del inicio del Evangelio: “El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz”  (v.33)  “Pero a los que la recibieron, …, les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios”. (1.12). La recepción por la fe del testimonio vivo de Jesús “certifica que  Dios es veraz” (v.33). Lo que aquí se presenta de manera positiva, se hace por la negativa en 1 Juan 5.10b: “El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo”.
A continuación, Juan el Bautista, sigue hablando acerca de los atributos insuperables de Jesús llamándolo ahora “El que Dios envió” (v.34). El origen divino mencionado, hace que su testimonio verbal, no sea otra cosa que “palabras de Dios”, y su plenitud espiritual única es “porque Dios le da el Espíritu sin medida” (v.34).
Después de haber presenciado el descenso de la paloma y haber oído la voz del Padre desde el cielo (Lc.3.21-22), Juan el Bautista comprendió que la relación filial de Jesús como Mediador, descansaba en su filiación trinitaria. Por esto, Jesús no sólo era receptor del Espíritu de Dios, sino de “todas las cosas”, que el Padre ha puesto en sus manos motivado por su amor (v.35).
En el versículo 36, la argumentación que Juan el Bautista presenta a los suyos sobre la supremacía infinita que él tenía, con  quien había sido presentado como “la competencia bautismal”, alcanza su culminación. Una vez más se presenta una relación simétrica con la argumentación de Juan, producto del diálogo con Nicodemo. En esa oportunidad, Juan el evangelista, dijo: “El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios” (3.18); ahora Juan el Bautista afirma: “El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él”.

MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿De qué manera impacta en mi vida la voz de Jesús, sabedor que da testimonio, de su vivencia en el cielo?
¿Cómo entiendo a la Santísima Trinidad comprometida en la salvación de la humanidad?
¿Qué implica en mi dimensión temporal, el saber que mi Señor, tiene todas las cosas en sus manos por decisión del Padre?

ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Señor, Vos que fuiste enviado desde el cielo para dar testimonio vivo de la palabra de Dios, investido de poder por voluntad del Padre, y lleno del Espíritu Santo, ayúdanos a nosotros que somos de la tierra, a comprender tu divina voluntad y ser sensibles a tu voz. Amén.

CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Me siento a escuchar el discurso de Juan el Bautista, reconociendo su humildad en sus palabras.
Reflexiono en cada una de las declaraciones extraordinarias que hace sobre Jesús, a quien conoció personalmente, constituyéndose en un testigo privilegiado: “Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios” (1.34)

ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Qué aprendo para mi vida de la sabiduría humilde del Bautista?
¿De qué manera dejaré que la presencia del Dios Trino me ilumine en la lectura y meditación de la palabra de Dios?
¿Cómo expresaré mi gratitud a Dios por la Vida que emana de su Hijo?

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