ARQUIDIÓCESIS DE BUENOS AIRES
Sábado
4 y domingo 5 de octubre de 2014
40º
Peregrinación al Santuario de Luján
Todos vamos a los pies de la Virgen de Luján
Como es de costumbre desde hace años, en toda la Arquidiócesis de Buenos
Aires el sábado 4 y domingo 5 (inclusive la tarde-noche del domingo) se deberá
celebrar la misa con el formulario al 8 de mayo Solemnidad de
Nuestra Señora de Luján. De esta manera todos, como Iglesia Arquidiocesana,
peregrinamos al Santuario de nuestra Madre, ya sean los que caminan como los
que permanecen en Buenos Aires asociados espiritualmente a esta gran
manifestación de fe.
Recordamos también no olvidar en la oración de estos días el pedido por
la IIIº Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos a celebrarse en
Roma a partir del domingo 5 de octubre.
…Arrendará la viña a
otros viñadores…
PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Isaías
5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo el
canto de mi amado a su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma fértil.
La cavó, la limpió de piedras y la
plantó con cepas escogidas; edificó una torre en medio de ella y también excavó
un lagar. El esperaba que diera uvas, pero dio frutos agrios.
Y ahora, habitantes de Jerusalén y
hombres de Judá, sean ustedes los jueces entre mi viña y yo.
¿Qué más se podía hacer por mi viña
que yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos
agrios?
Y ahora les haré conocer lo que haré
con mi viña: Quitaré su valla, y será destruida, derribaré su cerco y será
pisoteada.
La convertiré en una ruina, y no será
podada ni escardada. Crecerán los abrojos y los cardos, y mandaré a las nubes
que no derramen lluvia sobre ella.
Porque la viña del Señor de los
ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación
predilecta. ¡El esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó
justicia, y hay gritos de angustia!
Palabra de Dios.
SALMO
Sal 80,9.12.13-14.15-16.19-20.
R: La viña del
Señor es la casa de Israel
Tú sacaste de Egipto una vid,
expulsaste a los paganos y la
plantaste;
extendió sus sarmientos hasta el mar
y sus retoños hasta el río. R.
¿Por qué has derribado sus cercos
para que puedan saquearla todos los
que pasan?
Los jabalíes del bosque la devastan
y se la comen los animales del campo.
R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira: ven a
visitar tu vid,
la cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú hiciste vigoroso. R.
Nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu
Nombre.
¡Restáuranos, Señor de los ejércitos,
que brille tu rostro y seremos
salvados! R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta de San Pablo a los
Filipenses 4,6-9.
Hermanos:
No se angustien por nada, y en
cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de
acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios.
Entonces la paz de Dios, que supera
todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los
pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
En fin, mis hermanos, todo lo que es
verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno
de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el
objeto de sus pensamientos.
Pongan en práctica lo que han
aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará
con ustedes.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Mateo 21, 33-46
Escuchen otra parábola: Un hombre
poseía una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó
una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al
extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia,
envió a sus servidores para percibir los frutos.
Pero los viñadores se apoderaron de
ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo apedrearon.
El propietario volvió a enviar a otros
servidores, en mayor número que los primeros, pero los trataron de la misma
manera.
Finalmente, les envió a su propio
hijo, pensando: ‘Respetarán a mi hijo’.
Pero, al verlo, los viñadores se
dijeron: “Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia”.
Y apoderándose de él, lo arrojaron
fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les
parece que hará con aquellos viñadores?”.
Le respondieron: “Acabará con esos
miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido
tiempo”.
Jesús agregó: “¿No han leído nunca en
las Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la
piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios
les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir
sus frutos”.
Palabra del Señor.
PARA REFLEXIONAR
¿Hacia dónde va
nuestro mundo?
Si analizamos desapasionadamente
nuestro tiempo es imposible evitar la idea de crisis. Hay muchas cosas
rotas, inútiles, olvidadas o perdidas, superadas desgastadas… hay en todos
una gran ansiedad de cambio, pero no se sabe muy bien qué es lo que
se quiere cambiar ni en qué dirección se abren los cambios más viables.
La moral atemporal, ese sentimiento de
ser más allá del presente existir, se ha diluido en las conciencias, o bien
dormita en las profundidades del inconsciente, o bien asoma de vez en cuando
sin hacerse oír entre las multitudes desorientadas. La belleza, el valor, la
honestidad, la finura del buen gusto, la delicadeza del amor, la
espiritualidad, en fin, se esconden como lacras vergonzosas tras los harapos de
la moda, las ironías, la grosería y la violencia.
A simple vista se advierte
la agresividad individual y colectiva, la intolerancia absoluta, el desprecio
de los unos por los otros y el deseo de venganza en todos los
planos.
Entonces, ¿no hay ni un
pequeño resquicio de luz?
Claro que sí. Hay
luz mientras podamos pensar en lo que sucede, analizar lo que
estamos viendo y extraer experiencias de todo ello. Hay luz mientras
conservemos la capacidad de soñar con un mundo nuevo y mejor, a la
vez que ejercitamos la voluntad para convertirlo en realidad. La hay mientras
sigamos leyendo las páginas siempre vivas y actuales de la historia, donde
aprendemos que, hasta ahora, siempre hemos superado los momentos más amargos y
difíciles. Así el mayor optimismo se expresa como fortaleza e inteligencia para
sortear los errores repetidos y renovarse en los aciertos.
¿Hacia dónde se
dirige nuestro mundo? Hacia su
propio destino; y nosotros los hombres no somos ajenos a ello. Es hora de
plantearse una nueva pregunta: ¿soy capaz de participar activamente en
esta empresa?
En el sí de la respuesta está la posibilidad de hacerlo. Es la hora.
En el sí de la respuesta está la posibilidad de hacerlo. Es la hora.
***
Las figuras agrícolas y
ganaderas son muy utilizadas en la Biblia para trasmitir el mensaje que
viene de Dios.
En la primera lectura el
profeta muestra al pueblo de Israel en una época en la que el abuso de los
poderosos produjo escandalosas injusticias y diferencias sociales. La
figura de la viña es hoy utilizada en la primera lectura y el evangelio.
La viña de Israel se olvidó de la Alianza de Dios y de su acción salvadora
y liberadora, de cómo los había conducido con brazo fuerte a un país que manaba
“leche y miel”; se había olvidado de los mandatos y decretos que les
había encargado para que tuvieran vida. En este canto, Isaías canta
en nombre de su amigo el canto de su amigo por su viña, y presenta a
Dios como aquél que ha cuidado a Israel, su viña.
***
En la segunda lectura, san
Pablo exhorta a los cristianos de la comunidad de Filipos a
tener en cuenta “todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable laudable;
todo lo que es virtud o mérito”. Él se presenta como ejemplo a seguir,
como una existencia enraizada en Cristo Jesús que nos enseña a vivir
unidos a él para dar fruto, a poner por obra todo lo enseñado y
predicado por él y así, “viviremos en la paz de Dios”.
Pablo esboza un estilo de moral,
que no tiene nada que ver con la moral pagana. El actuar cristiano se
desarrolla en la oración, en un clima de ternura en Cristo Jesús.
La disposición de toda moral queda desalojada por una visión de
amor y esto lo expresa el creyente en la acción de gracias. Algo que
cada domingo toda comunidad cristiana se esfuerza por poner de manifiesto.
***
El detalle del amo que
arrienda la viña a unos labradores y se va de viaje al
extranjero era normal. Muchos terrenos de Palestina, principalmente
de Galilea, pertenecían a latifundistas extranjeros. Como siempre, Jesús
trata de ser en sus parábolas lo más realista posible.
Las viñas comenzaban en Palestina a
dar fruto al tercer año, y la renta se cobraba a partir del quinto año, según
estipulaba la ley. Es lo que hace el dueño: envía unos criados para recibir su
parte de los frutos de la viña.
Jesús dirige su palabra
crítica a los sumos sacerdotes y senadores del pueblo, a los jefes de Israel, y
a los fariseos. En el momento decisivo Dios pide cuentas a su pueblo.
Los primeros enviados son los profetas. Estos sufren la violencia que está
descrita en forma de lapidación, tradicional descripción de la persecución
de los profetas en tiempos de Jesús, e incluso en los primeros tiempos
del cristianismo.
Con la misión del Hijo se
pone en evidencia el último intento realizado por Dios, su
extremo y la última oportunidad que tienen los labradores para
la conversión.
Así la parábola quiere subrayar
la gravedad del rechazo de Jesús: es un rechazo de Dios en la persona
de su enviado. Jesús ya ha manifestado suficientemente con sus obras que es
el enviado de Dios.
Con las palabras que aluden al regreso
del dueño de la viña, Jesús interpela a los dirigentes judíos para que juzguen
sobre su propia actuación. Al proponer esta parábola, Jesús se dirige a
los jefes del pueblo para hacerles comprender que han estado
por debajo de su misión y que su tierra será dada a otros, y, en
particular, a los pobres.
Sin embargo el rechazo de
Jesús por parte de los hombres, será transformado por Dios en
glorificación. Quien ahora es desechado, será el jefe de un nuevo pueblo que
dará máximo fruto. Jesús es esa piedra angular que
desecharon los arquitectos; y ese pueblo nuevo, ese nuevo Israel
que va a nacer, el mundo cristiano, que siga los pasos de
Jesús, “un pueblo que produzca sus frutos”.
En Jesucristo, el
Padre confía su viña a la Iglesia, el
nuevo Israel. La confía habiendo mostrado en la entrega del Hijo, cuánto le
importan los frutos que la viña está llamada a producir. Esos frutos del
Espíritu de los que habla san Pablo, y el fruto bendito por excelencia de
la acción de Dios en el mundo: Jesucristo.
La última palabra
de la historia no es la
muerte del profeta, sino la intervención de Dios, que se hace solidario
con los que le son fieles. Jesús es el punto clave y central en
la nueva fe que está planteando el nuevo modo del hombre en sus relaciones con
Dios, con los hombres y el mundo.
Maltratar,
apedrear, matar a los
enviados es el fiel reflejo de la pretensión del hombre que quiere
construir su vida por sí mismo, desde sí mismo y para sí mismo, con
autonomía absoluta y total, eliminando toda injerencia exterior, incluso la de
Dios.
La Iglesia como Pueblo de Dios,
y cada cristiano en particular, está llamada a dar el fruto de
Dios para este mundo, y todo en ella y en nuestras vidas sólo
tiene sentido en vistas a producir fruto.
El reino de Dios se hace presente allí
donde existen hombres dispuestos a dedicarse, desinteresadamente, al bien de la
humanidad.
La viña no es
nuestra, tampoco los frutos. Somos servidores de la Verdad,
no propietarios de ella. Somos sacramento de salvación, no somos la
salvación. Nadie es dueño de la Iglesia y estar dentro de ella no garantiza
estar trabajando para Dios, si nuestra actitud profunda no se adecúa a los
criterios del reino, marcados por Jesús en todo el evangelio.
Haciéndonos eco del mensaje de
Aparecida, seremos una Iglesia que da frutos, que vive su cristianismo, por
el encuentro con el Maestro; que da un nuevo sentido a la vida y a la vocación
de discípulos como alegría comunicativa, respuesta interior, encargo
de Jesucristo, animados por el Espíritu Santo, en una comunidad que
provoca un testimonio muy creíble de santidad y compromiso.
Dar frutos es vivir nuestra pertenencia a la Iglesia, como una
prolongación en la historia la acción de Jesús, que ofrece una vida más plena y
digna a todos, y donde las injusticias y marginaciones se experimentan como un
incentivo misionero.
Dar frutos es cuando la vida
nueva de Jesucristo nos toca en la totalidad de nuestra vida personal,
familiar, social y cultural, y la misión implica un proceso de cambio, que
transfigura todos los aspectos de la vida.
Dar frutos significa que los
abandonados, excluidos e ignorados en su miseria y su dolor, que contradicen el
proyecto del Padre, nos interpelan a un mayor compromiso a favor de la cultura
de la vida.
Somos viña del
Señor si la fe
católica de nuestros pueblos se manifiesta en una vida más digna para todos.
Somos viña del
Señor cuando todos los
proyectos de la vida eclesial se ordenan a ese gran proyecto de Jesús,
instaurar el Reino de su Padre, Reino vida, de vida plena para todos.
Somos viña del
Señor cuando como Iglesia,
la experiencia de Cristo produce en sus hijos una conmoción, que le impide
instalarse en la comodidad, el estancamiento o la tibieza, y cada comunidad se
transforma en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo.
Somos viña fecunda
del Señor
cuando como Iglesia, este anuncio de vida, lo hacemos con el estilo de Jesús, teniendo siempre la Eucaristía como fuente y cumbre; invocando al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad, que entraña cercanía como Jesús lo hizo.
cuando como Iglesia, este anuncio de vida, lo hacemos con el estilo de Jesús, teniendo siempre la Eucaristía como fuente y cumbre; invocando al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad, que entraña cercanía como Jesús lo hizo.
PARA DISCERNIR
¿Vivo esta palabra
como experiencia de un “amor confiado”, una “perseverancia sufrida”? ¿Cuál es
mi experiencia de amor con el Señor?
¿Qué advertencias
recibo hoy del Señor en este texto?
¿Qué pasos tengo
que dar para “dar frutos” y “testimoniar mi pertenencia a la viña del Señor” en
estos tiempos?
REPITAMOS A LO LARGO
DE ESTE DÍA
…Gracias por tu
llamado Señor, te sigo…
PARA LA LECTURA
ESPIRITUAL
Dar
fruto
…”El Señor no cesa de comparar las almas humanas a las viñas: «Mi amigo tenía una viña en un fértil collado» (Is 5,1); «Planté una viña y la rodeé de una cerca» (Mt 21,33). Evidentemente que Jesús llama su viña a las almas humanas, que las ha cercado, como con una clausura, con la seguridad que dan sus mandamientos y la guarda que les proporcionan sus ángeles, porque «el ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege» (Sl 33,8). Seguidamente plantó alrededor nuestro como una empalizada poniendo en la Iglesia «en el primer
puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros» (1C 12,28). Además, por los ejemplos de los santos hombres de otros tiempos, hace elevar nuestro pensamiento sin dejar que caiga en tierra donde serían pisados. Quiere que los ardores de la caridad, como los zarcillos de una vid, nos aten a nuestro prójimo y nos hagan descansar en él. Así, manteniendo constantemente nuestra deseo hacia el cielo, nos levantaremos como vides que trepan hasta las más altas cimas.
…”El Señor no cesa de comparar las almas humanas a las viñas: «Mi amigo tenía una viña en un fértil collado» (Is 5,1); «Planté una viña y la rodeé de una cerca» (Mt 21,33). Evidentemente que Jesús llama su viña a las almas humanas, que las ha cercado, como con una clausura, con la seguridad que dan sus mandamientos y la guarda que les proporcionan sus ángeles, porque «el ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege» (Sl 33,8). Seguidamente plantó alrededor nuestro como una empalizada poniendo en la Iglesia «en el primer
puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros» (1C 12,28). Además, por los ejemplos de los santos hombres de otros tiempos, hace elevar nuestro pensamiento sin dejar que caiga en tierra donde serían pisados. Quiere que los ardores de la caridad, como los zarcillos de una vid, nos aten a nuestro prójimo y nos hagan descansar en él. Así, manteniendo constantemente nuestra deseo hacia el cielo, nos levantaremos como vides que trepan hasta las más altas cimas.
Nos pide también
que consintamos en ser escardados. Ahora bien, un alma está escardada cuando
aleja de ella las preocupaciones del mundo que no son más que una carga para
nuestros corazones. Así, el que aleja de sí mismo el amor carnal y está atado a
las riquezas o que tiene por detestable y menospreciable la pasión por esta
miserable y falsa gloria ha sido, por decirlo así, escardado, y respira de
nuevo, desembarazado ya de la carga inútil de las preocupaciones de este mundo.
Pero, para
mantenernos en la misma línea de la parábola, es preciso que no produzcamos
únicamente madera, es decir, que vivamos con ostentación, ni que busquemos
ansiosamente la alabanza de los de fuera. Es necesario que demos fruto
reservando nuestras obras para ser mostradas tan sólo al verdadero propietario
de la viña”…
San Basilio (hacia 330-379), monje y obispo de Cesarea de Capadocia,
doctor de la Iglesia – Homilía 5 sobre el Hexaemerón, 6
PARA REZAR
Vivir en el Espíritu
“Jesús
maestro bueno,
queremos
seguir tus pasos.
Danos
tu Espíritu,
para
aprender a vivir como discípulos.
Ayúdanos
a servir,
muéstranos
el camino
de la
solidaridad real,
infunde
en nosotros tus sentimientos,
haz
nacer en nuestro interior
la
compasión que mueve a la caridad.
Enséñanos
a sentir con el que sufre,
a
vibrar con el dolor ajeno,
condúcenos
por el camino
del
buen samaritano,
para
aprender a aproximarnos,
para
ser prójimo de los demás.
Danos
tu Espíritu, Jesús,
para
seguir tu ejemplo,
para
aprender a vivir en la caridad.
Jesús,
maestro amigo,
escucha
nuestra oración.
Queremos
vivir según tu Espíritu,
vivir
la conversión continua
que
abre paso por las huellas del Reino.
Señor,
danos tu aliento,
infúndenos
tu Espíritu
para
aprender a vivir en la verdad,
por
el camino de la fe,
construyendo
la justicia y la paz,
animando
la esperanza,
para
ser testigos de tu Amor.
Danos
tu Espíritu, Jesús,
para
aprender a vivir
como
discípulos
por
el camino del Evangelio”. (fragmento)
Marcelo A. Murúa.
LECTIO DIVINA
Este es el heredero: vamos a matarlo
+ Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-46
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchen otra parábola: Un hombre poseía
una tierra y allí plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una
torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al
extranjero.
Cuando llegó el tiempo de la vendimia,
envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores se
apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero lo
apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor número
que los primeros, pero los trataron de la misma manera.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo." Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia." Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Finalmente, les envió a su propio hijo, pensando: "Respetarán a mi hijo." Pero, al verlo, los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su herencia." Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece
que hará con aquellos viñadores?»
Le respondieron: «Acabará con esos
miserables y arrendará la viña a otros, que le entregarán el fruto a su debido
tiempo.»
Jesús agregó: «¿No han leído nunca en las
Escrituras: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la
piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?
Por eso les digo que el Reino de Dios les
será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará producir sus
frutos.»
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al
oír estas parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el
modo de detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor.
1. LECTURA - ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
|
· Guías para la lectura:
La viña, como de costumbre, simboliza al pueblo (Is 5,
1-7), y los cuidadores representan a las autoridades políticas y sobre todo
religiosas. Los enviados son los distintos profetas que Dios ha suscitado en el
pueblo para invitar a la conversión, pero que fueron despreciados. Finalmente,
el propio hijo representa al mismo Jesús, que de este modo anuncia su
fin.
Los fariseos, al escuchar a Jesús, se dan cuenta de
que esta comparación iba dirigida a ellos, que planeaban su muerte, pero no
pueden arrestarlo por temor a la gente. Una vez más se ve que el problema de
Jesús no era con el pueblo, sino con las autoridades. El corazón de la gente
sencilla suele estar más abierto a las novedades de Dios, pero los que tienen
poder económico, intelectual o político se aferran tanto a esa seguridad falsa
que no aceptan un cambio de planes aunque el mismo Dios lo esté
proponiendo.
El propio Hijo, es lo más valioso que el Padre puede
enviar para reclamar lo que es suyo, para pedirnos el amor que nuestros
corazones humanos le deben. Pero en realidad, él mismo da lo que pide, porque
Jesús quiere derramar en nuestros corazones su Espíritu Santo para que seamos
capaces de amar al Padre, de darle la gloria que a él le corresponde. En la
muerte de Cristo en la cruz, se realizó lo que describe la primera carta de
Pedro: “Fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con
bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto” ( 1, 19-19). Nosotros que no
aceptamos darle al Padre nuestros frutos de amor, recibimos de su propio Hijo
muerto y resucitado la savia de vida que necesitamos para ser fecundos y darle
gloria con nuestro corazón sanado y liberado.
Pero no hay que olvidar que ese texto no se dirige
tanto a la viña, el pueblo amado que produce sus frutos, sino a los cuidadores,
los que tienen otras personas a su cargo y prefieren ocupar el lugar del
Redentor, y no aceptan que nadie sea amado más que ellos.
2. MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO
BÍBLICO?
|
· Preguntas
para la meditación:
· ¿Por
qué Jesús les dedica esta parábola a los sumos sacerdotes y a los fariseos?
· ¿De
qué manera es presentado Cristo en la parábola que él mismo narra?
· ¿Por
qué habla del Reino de Dios en términos de quita y entrega?
3. ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL
TEXTO BÍBLICO?
|
Señor, libérame de mis falsas seguridades, no dejes
que me quede envuelto y asfixiado en mis propios proyectos que no me dejan ver
tu luz, que no me permiten escuchar esa palabra que me llama a la entrega, al
cambio, a la vida nueva. No permitas que te elimine de mi vida para que no perturbes
mis estructuras y mis planes.
4.
CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
|
Reflexiono acerca de lo terrible que significa la
actitud asumida por los sumos sacerdotes y los fariseos que obliga a Jesús a
hablarles de esta manera tan dura.
Medito en los frutos que produzco en el Reino de Dios.
5. ACCIÓN - ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO
BÍBLICO?
|
·
Preguntas para la acción:
· ¿Qué
significa ser parte del Reino de Dios en términos de fruto producido?
·
¿Temo a la multitud que entiende de una manera más genuina y simple la real
dimensión de Cristo?
·
¿Cómo vivir una vida cristiana auténtica principalmente en obras dignas del
Reino?
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