8 de noviembre de 2014



PRIMERA LECTURA 
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de Filipos     4, 10-19

    Hermanos:
    Yo tuve una gran alegría en el Señor cuando vi florecer los buenos sentimientos de ustedes con respecto a mí; ciertamente los tenían, pero les faltaba la ocasión de demostrarlos. No es la necesidad la que me hace hablar, porque he aprendido a hacer frente a cualquier situación.
    Yo sé vivir tanto en las privaciones como en la abundancia; estoy hecho absolutamente a todo, a la saciedad como al hambre, a tener de sobra como a no tener nada. Yo lo puedo todo en aquel que me conforta. Sin embargo, ustedes hicieron bien en interesarse por mis necesidades.
    Y ya saben, filipenses, que al comienzo de la evangelización, cuando dejé Macedonia, ninguna otra iglesia me ayudó pecuniariamente. Ustedes fueron los únicos que cuando estaba en Tesalónica, en dos ocasiones me enviaron medios para asistirme en mis necesidades. No es que yo busque regalos; solamente quiero darles la ocasión de que ustedes se enriquezcan cada vez más delante de Dios.
    Por el momento, tengo todo lo necesario y más todavía. Vivo en la abundancia desde que Epafrodito me entregó la ofrenda de ustedes, como perfume de aroma agradable, como sacrificio aceptable y grato a Dios.
    Dios colmará con magnificencia todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.

SALMO    
Sal 111, 1-2. 5-6. 8a y 9 (R.: 1a) 
R.    Feliz el hombre que teme al Señor.

    Feliz el hombre que teme al Señor
    y se complace en sus mandamientos.
    Su descendencia será fuerte en la tierra:
    la posteridad de los justos es bendecida. R.

    Dichoso el que se compadece y da prestado,
    y administra sus negocios con rectitud.
    El justo no vacilará jamás,
    su recuerdo permanecerá para siempre. R.

    Su ánimo está seguro, y no temerá,
    El da abundantemente a los pobres:
    su generosidad permanecerá para siempre,
    y alzará su frente con dignidad. R.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas    16, 9-15

    Jesús decía a sus discípulos:
    «Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
    El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
    Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.»
    Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. El les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.» 
Palabra del Señor.

PARA REFLEXIONAR

Hoy leemos el final de la carta a los Filipenses. Antes de despedirse de ellos, Pablo quiere agradecerles la ayuda económica que le han enviado por medio de Epafrodito porque al parecer, la iniciativa de la ayuda partió de los mismos filipenses y no de un pedido del Apóstol. De hecho, Pablo habitualmente se mostraba resistente a solicitar ayuda para vivir, prefiriendo cubrir sus necesidades con el propio trabajo.
Para el apóstol, esta caridad es el verdadero culto, y compara esa ayuda que le han hecho los Filipenses, a un incienso perfumado, un sacrificio agradable que agrada a Dios.
El apóstol aprovecha también para mostrar su actitud ante los bienes materiales: es feliz tanto «en la abundancia»
dando gracias, como «en la privación», no quejándose, siempre apoyado en Cristo porque todo lo puede en Aquél que lo conforta.
***
Para ilustrar la diferencia entre los discípulos auténticos y los fariseos Lucas opone, al administrador deseoso de darle a cada uno su ración, y al fariseo, que es amigo del dinero y de los honores, y que, sobre todo, se hace dueño de la Ley. Los fariseos con su modo de ser legalista se distanciaron completamente del verdadero Dios, del Dios vivo de la justicia y lo suplantaron por una ley escrita. El servicio que Dios quiere en verdad, fue suplantado por el servicio a la codicia y al provecho personal. Por eso, no comprenden la invitación dirigida a los pobres y a los pecadores a participar de la vida Reino, y el gozo de éstos al poder participar.
Para Jesús sólo cabe una actitud en el hombre que ha recibido el amor gratuito de Dios: imitar esa gratuidad. Almacenar esa gracia para provecho personal, como el hombre rico que llena sus graneros, conduce a la muerte. El verdadero discípulo es aquel que “administra” esta gracia en provecho de todos los hombres y, de ese modo, se comporta como un administrador digno de confianza.
El que almacena sirve a Mamón, el Dios del dinero; el verdadero discípulo sirve a Dios. El Dios del dinero a quienes le rinden culto les hace creer que tienen todo asegurado en esta vida. Los convierte, muchas veces, en tiranos de sus hermanos y manipuladores de la realidad.
El Dios de la vida por el contrario, muestra cómo el camino para la realización del ser humano pasa por la libertad de conciencia, la solidaridad con los hermanos y la búsqueda del bien común. El Reino de Dios se construye en la acogida, en el perdón, en la fraternidad, en la responsabilidad mutua; la ambición por el dinero nos encierra celosamente en nuestros tesoros.
El uso de los bienes y del dinero es algo ineludible, pero con él se pueden hacer infinidad de cosas nobles y positivas, a lo cual llama Jesús “hacer amigos”, es decir, administrar los bienes y el dinero con justicia, con equidad; no utilizarlo en el propio provecho, para sembrar injusticia, dolor y muerte.
Los bienes de la tierra, han sido ofrecidos en vistas a establecer la comunión entre todos los hombres. El dinero debe servir para hacernos amigos, y eso puede realizarse solamente, si somos capaces de compartirlo con los demás.
El dinero está a nuestro servicio, no nosotros al suyo. Darle al dinero su valor de mero intercambio y trabajar por un mundo construido sobre la base de la solidaridad, no sobre el acaparamiento, el dominio y la usura, es la consigna de vida para el discípulo.

PARA DISCERNIR

¿Qué lugar le damos al dinero en nuestra vida?
¿Qué bienes ocupan el primer lugar en nuestra escala de valores?
¿Hemos claudicado ante algún valor por el dinero?

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

…Hazme un administrador fiel Señor…

PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

«Ganaos amigos con el dinero injusto»
…«Abraham estaba sentado a la puerta de la tienda en el momento en que el calor del día era más fuerte» (Gn 18,1). Cuando los demás estaban descansando, él aguardaba la venida de eventuales huéspedes. Con ello mereció que Dios, en la encina de Mambré, llegara hasta él que buscaba tan ansiosamente ejercer la hospitalidad…
Sí, es cosa buena la hospitalidad, y tiene su particular recompensa: atrae pronto la gratitud de los hombres; recibe también – lo cual es más importante- una paga de parte de Dios. En esta tierra de exilio todos somos huéspedes pasajeros. Por un tiempo nos alojamos bajo un techo; pronto será necesario desalojarlo. ¡Estemos atentos! Si hemos sido duros o negligentes en acoger a los extranjeros, una vez acabado el curso de esta vida, los santos podrán, a su vez, rechazarnos y no acogernos. «Ganaos amigos con el dinero injusto, dice el Señor en el Evangelio, a fin de ser recibidos en las moradas eternas»…
Por otra parte, ¿acaso sabes si es a Dios a quien recibes, cuando piensas que sólo tienes que habértelas con unos hombres? Abraham acoge a unos viajeros; en realidad recibe en su casa a Dios y a sus ángeles. También tú, cuando acoges a un extranjero, acoges a Dios. El Señor Jesús lo afirma en su Evangelio: «Era un extranjero y me acogisteis. Lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,35.40)”…
San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Sobre Abraham, I, 5, 32-35

PARA REZAR

Querido Dios
Querido Dios,
no sé si hay gente capaz de contemplar
cómo vives tú en la pobreza,
mientras ellos quieren seguir siendo ricos…
No puedo concebir que haya amor
sin un imperioso deseo de ser iguales;
especialmente, de compartir todas las penas
y contrariedades de la vida…
Cómo se puede ser rico, vivir confortablemente,
en medio de cosas de mi propiedad,
cuando tú has vivido pobre, incómodo,
fatigado y agobiado por el trabajo.
Yo no podría vivir de otra manera.
 
Carlos de Foucauld

LECTIO DIVINA

Si no son fieles en el uso del dinero injusto,
¿quién les confiará el verdadero bien?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     16, 9-15

Jesús decía a sus discípulos:
«Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.»
Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. Él les dijo: «Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.»
Palabra del Señor.

1 - LECTURA -  ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Guías para la lectura:

Tres sentencias o dichos de Jesús ilustran la parábola del administrador astuto (16, 1-8). En el texto griego, “dinero, riqueza” hace referencia a Mamón, nombre de una divinidad pagana, indicando así que fácilmente puede confundirse el dinero con un dios y, por lo tanto, llegar a ser una idolatría (16,13; Col 3,5).
Jesús, en el primer dicho (Lc 16,9), exhorta a utilizar los propios bienes haciendo el bien a los demás (18, 22). De esta manera se consiguen “amigos” (como en la parábola del administrador astuto), pero no para que esos amigos retribuyan el favor que se les hizo, probablemente en tiempos de necesidad, sino para que Dios sea el hospedero y sea Él quien lo reciba en su casa y le otorgue la vida eterna.
El segundo dicho de Jesús (16, 10-12) enseña que nadie es dueño absoluto de las riquezas materiales. Los bienes de este mundo se tienen en “administración”, y a los que sean fieles en la administración de estos bienes en favor de los hijos de Dios, el Señor les otorgará los bienes verdaderos, los que corresponden a la vida eterna (12, 31-32).
En el tercer dicho (16,13), Jesús llama la atención sobre el peligro de considerar los bienes materiales como si fueran “un dios”.  Solo al Dios de Jesucristo hay que amar por sobre todas las cosas, incluyendo los bienes (Dt 6, 4-5). El que ama al dinero más que a Dios, termina haciendo toda clase de males para acumular mayor riqueza. El poder de la codicia es arrollador.
Finalmente en 16, 15, Jesús se refiere a la hipocresía de los que aparentan ser personas justas, buscando contar siempre con la aprobación de los demás. La gente podrá aprobarlos y aplaudirlos, pero Dios no juzga por las apariencias (1 Sm 16,7) ni tampoco lo hace su Hijo Jesús (Lc 20,21).
Comentario extraído de “Evangelios de la Biblia de la Iglesia en América” (BIA). Consejo Episcopal Latinoamericano (CEPAL)

2 - MEDITACIÓN - ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la meditación:

¿Qué significa hoy en lo que hago “ser fiel en lo poco”?
¿De qué manera se puede servir a Mamón antes que a Dios en la sociedad que vivimos?
¿Qué maneras hay hoy de aparentar religiosidad ante los ojos de los hombres y no ante Dios?

3 - ORACIÓN - ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?

Oremos guiados por la lectura de los Salmos de la liturgia de hoy:

SALMO     Sal 111, 1-2. 5-6. 8a y 9 (R.: 1a)
Feliz el hombre que teme al Señor
y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra:
la posteridad de los justos es bendecida. 
Dichoso el que se compadece y da prestado,
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre. 
Su ánimo está seguro, y no temerá,
El da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad

4 - CONTEMPLACIÓN - ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?

Repito y reflexiono en estas dos expresiones de Jesús:

“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho.”
“Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”.

5 - ACCIÓN -  ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?

Preguntas para la acción:

¿Qué haré para ser fiel en lo poco en el lugar y ámbito en que me muevo?
¿Sirvo íntegramente a Dios o muchas veces me sorprendo haciéndolo con el dios dinero?

¿Busco con frecuencia el aplauso de los hombres antes que el de Dios?

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