27 de mayo de 2015 – TO – Semana VIII – MIÉRCOLES DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
Subimos a Jerusalén. Allí el Hijo del Hombre será entregado
PRIMERA LECTURA
Lectura
del libro del Eclesiástico 36, 1. 4. 5. 10-17
Ten piedad de nosotros,
Dueño
soberano, Dios de todas las cosas, y mira.
Infunde
tu temor a todas las naciones.
Que
ellas te reconozcan, como hemos reconocido nosotros
que
no hay otro Dios fuera de ti, Señor.
Renueva
los signos y repite las maravillas,
glorifica
tu mano y tu brazo derecho.
Congrega
a todas las tribus de Jacob,
y
entrégales su herencia, como al comienzo.
Ten
piedad, Señor, del pueblo que es llamado con tu Nombre,
de
Israel, a quien trataste como a un primogénito.
Ten
compasión de tu Ciudad santa,
de
Jerusalén, el lugar de tu reposo.
Llena
a Sión de alabanzas por tu triunfo,
y
a tu pueblo, cólmalo de tu gloria.
Da
testimonio a favor de los que tú creaste en el principio,
y
cumple las profecías anunciadas en tu Nombre.
Dales
la recompensa a los que te aguardan,
y
que se compruebe la veracidad de tus profetas.
Escucha,
Señor, la oración de los que te suplican,
conforme
a la bendición de Aarón sobre tu pueblo,
para
que todos los que viven en la tierra
reconozcan
que tú eres el Señor, el Dios eterno.
Palabra
de Dios.
SALMO
Sal
78, 8. 9. 11 y 13
R.
¡Apiádate de tu pueblo, Señor!
No
recuerdes para nuestro mal
las
culpas de otros tiempos;
compadécete
pronto de nosotros,
porque
estamos totalmente abatidos. R.
Ayúdanos,
Dios salvador nuestro,
por
el honor de tu Nombre;
líbranos
y perdona nuestros pecados,
a
causa de tu Nombre. R.
Llegue
hasta tu presencia
el
lamento de los cautivos,
preserva
con tu brazo poderoso
a
los que están condenados a muerte. R.
Y
nosotros, que somos tu pueblo y las ovejas de tu rebaño,
te
daremos gracias para siempre,
y
cantaremos tus alabanzas
por
todas las generaciones. R.
EVANGELIO
Lectura
del santo Evangelio según san Marcos 10, 32-45
Mientras
iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos;
ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió
nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
«Ahora
subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos
sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los
paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y
tres días después, resucitará.»
Santiago
y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro,
queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.»
El
les respondió: «¿Qué quieren que haga por ustedes?»
Ellos
le dijeron: «Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda,
cuando estés en tu gloria.»
Jesús
le dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir
el bautismo que yo recibiré?»
«Podemos»,
le respondieron.
Entonces
Jesús agregó: «Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo
bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca
a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados.»
Los
otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que aquellos a quienes se considera
gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos
les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario,
el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser
el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no
vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una
multitud.»
Palabra
del Señor.
PARA
REFLEXIONAR
El texto de hoy incluye una hermosa oración por el
pueblo y por toda la humanidad.
Reza por Israel, por el pueblo elegido, para que Dios
le conceda la reunificación y lleguen a su cumplimiento las promesas de
salvación mesiánica.
En esta oración se respira un aire misionero: que
todos los pueblos de la tierra reconozcan al Dios verdadero, «para que sepan,
como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de ti… reconozcan los confines
del orbe que tú eres Dios eterno».
Esta oración a nosotros se nos presenta desde el
acontecimiento ya cumplido de Cristo. En la oración universal de la misa
hacemos nuestra esta oración, para que Dios cumpla en plenitud sus promesas y
para que todos los pueblos de la tierra conozcan a Cristo.
Ejercemos nuestro sacerdocio bautismal, mediadores
entre Dios y la humanidad entera, confiados en el corazón del Padre Dios y en
la mediación de Cristo, le pedimos que conceda a este nuestro mundo la paz, la
unidad, la libertad, la sabiduría para discernir entre los valores verdaderos y
los falsos; y todos encuentren sentido a su vida.
***
Camino de Jerusalén, ya cerca de la ciudad, Jesús «va
delante» consciente de su destino. Su muerte no es un accidente fortuito en su
vida. El sube voluntariamente a Jerusalén, el lugar del cumplimiento de las
promesas mesiánicas. En Jerusalén se manifestará plenamente el poder de Dios en
la
absoluta debilidad. El final es la resurrección y en ese camino anuncia por tercera vez su pasión. Al anuncio de la pasión sucederá la incomprensión, para dar paso a la enseñanza.
absoluta debilidad. El final es la resurrección y en ese camino anuncia por tercera vez su pasión. Al anuncio de la pasión sucederá la incomprensión, para dar paso a la enseñanza.
Con este trasfondo, la petición de “Santiago y Juan,
los hijos de Zebedeo” pretende tergiversar el contenido del mensaje del Reino.
Quieren sentarse a la derecha y a la izquierda, buscan lugares de poder. Jesús
plantea la entrega de la propia vida, y ellos pretenden el poder de los
primeros puestos. La petición viene muy bien presentada bajo forma de
fidelidad, de adhesión y amistad, sentimientos que seguramente tendrían estos
dos apóstoles, pero mezclados con su ambición personal, sus deseos de honores y
poder. Esta es la postura de la mayoría de los apóstoles que comparten todavía
los sueños mesiánicos de su pueblo y por eso buscan los primeros sitios,
ascender. Jesús es el triunfador victorioso que arreglará todas las cosas por
su poder, con un “soplo de sus labios”.
Jesús tratará de hacerles comprender que el camino
para alcanzar la gloria es el suyo. Para estos usará los símbolos el cáliz como
imagen de la renuncia y el sacrificio y el bautismo como imagen de la
purificación por la muerte y el comienzo a una nueva existencia.
Los “hijos del trueno” pidieron un trono de poder y
Jesús les ofrece llevar adelante la causa del reino hasta la entrega de la
propia vida.
Los otros diez se llenan de indignación, no porque
creyeran que la petición hubiera sido inconveniente, sino porque esos dos se
les habían adelantado. Jesús aprovecha para anunciarles la verdad evangélica de
la autoridad y el servicio. Jesús con su respuesta pone una vez más la entrega
de la propia vida como base de todo seguimiento Se pone a sí mismo como el
modelo porque «El Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para
servir y dar su vida en rescate por todos».
Para Jesús, el camino de la cruz no es ante todo
“sufrir” sino “servir”. Y es la regla de la nueva comunidad de los discípulos.
El mismo Jesús con su vida, y en el acto supremo de entregarla libremente a la
muerte, introduce esta novedad de la autoridad como servicio. Servicio que es
expresión de la libertad que da el auténtico amor. Es libre quien sirve a Dios
y a los hermanos, como Cristo, por amor.
Los cristianos no podemos entender la autoridad como
la de “los jefes de los pueblos”, porque esos, según la dura descripción de
Jesús «los tiranizan y los oprimen».
Si examinamos el ejercicio del poder, descubrimos que
tendemos a dominar y no a servir, que en el pequeño o gran espacio en el que
ejercemos nuestra autoridad nos comportamos como los que tiranizan y oprimen.
Los discípulos tenemos que entender toda autoridad
como servicio y entrega por los demás: «el que quiera ser primero, sea esclavo
de todos», exige muchas veces renuncia, esfuerzo, sacrificio. Como tiene que
sacrificarse, el deportista para ganar, el labrador para cosechar, el
estudiante para aprobar, los padres para sacar la familia adelante.
Si bien el mundo de hoy nos invita a huir del dolor y
el sufrimiento, los que queremos seguir al Señor necesitamos aceptar su
evangelio con la cruz y la «subida» a Jerusalén, y no sólo en sus aspectos más
accesibles.
La propuesta de la cruz no se basa en la cruz misma
asumida con una actitud masoquista, sino en la construcción de un mundo nuevo,
que inevitablemente supone la cruz del trabajo, de la lucha, de la
incomprensión y de la persecución. Buscar los últimos lugares para ser servidor
de todos, sólo tiene sentido desde la perspectiva y el ejemplo de Jesús que
dando su vida, abrió paso a una nueva realidad de vida entre los hombres.
PARA
DISCERNIR
¿Aceptamos el evangelio de Jesús con todo incluido?
¿Seguimos el ejemplo de Jesús que dio su vida?
¿Cómo entendemos la autoridad?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
…El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino
para servir…
PARA LA LECTURA ESPIRITUAL
…”El hombre fue creado para servir a su Creador. ¿Hay
algo más justo, en efecto, que servir al que os ha puesto en el mundo, sin
quien no podéis existir? ¿Y hay algo más dichoso que servirle, puesto que
servirle es reinar? Pero el hombre dijo a su Creador: «Yo no te serviré» (Jr
2,20). «Pues yo, dice el Creador al hombre, sí te serviré. Siéntate, te
serviré, te lavaré los pies»…
Sí, oh Cristo «servidor bueno
y fiel» (Mt 25,21), verdaderamente tú has servido, has servido con toda la fe y
con toda la verdad, con toda la paciencia y toda la constancia. Sin tibieza, te
has lanzado como un gigante a correr por el camino de la obediencia (Sl 18,6);
sin fingir, nos has dado además, después de tantas fatigas, tu propia vida; sin
murmurar, flagelado e inocente, no has abierto la boca (Is 53,9). Está escrito
y es verdad: «El servidor que conoce la voluntad de su amo y no la cumple
recibirá cantidad de azotes» (Lc 12,47). Pero este servidor nuestro, os
pregunto ¿cuáles son los actos que no ha llevado a cabo? ¿Qué es lo que ha
omitido de lo que debía hacer? «Todo lo ha hecho bien» gritaban los que
observaban su conducta; «ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc
7,37). Ha llevado a cabo toda clase de acciones dignas de recompensa, entonces
¿por qué ha sufrido tanta indignidad? Presentó su espalda a los latigazos,
recibió una sorprendente cantidad de atroces golpes, su sangre chorreó por
todas partes. Fue interrogado en medio de oprobios y tormentos, como si fuera
un esclavo o un malhechor a quien se interroga para hacerle decir la verdad
sobre un crimen. ¡Oh detestable orgullo del hombre que desdeña servir, y que no
podía ser humillado por ningún otro ejemplo que el de un tal servidor de su
Dios!…
Sí, mi Señor, has pasado
muchas penas para servirme; sería justo y equitativo que de ahora en
adelante puedas descansar, y que tu servidor, a su vez, se ponga a
servirte; su momento ha llegado… Has vencido, Señor, a este tu servidor
rebelde; extiendo mis manos para recibir tus ataduras, inclino mi cabeza para
recibir tu yugo. Permíteme servirte. Aunque soy un servidor inútil si tu gracia
no me acompaña y no trabaja siempre a mi lado (Sab 9,10), recíbeme como tu
servidor para siempre”…
Beato Guerrico de Igny (1080-1157), abad cisterciense
Primer sermón para el domingo de Ramos
PARA REZAR
Ven a nuestras comunidades,
Espíritu de Jesús!
Enséñanos a vivir unidos,
ayúdanos a zanjar diferencias,
revélanos el mejor camino
para ser fieles al Padre.
Descubre nuestros errores,
nuestras falencias,
nuestros orgullos y pecados,
conviértenos.
Haz que vivamos para servir,
sin ansías de poder,
sin “transas” con el poder.
Enséñanos a andar junto al pueblo,
arrimando nuestra levadura,
que es tu vida,
tus opciones, tus preferencias.
Enséñanos a aprender de otros
que dan su vida
para que las cosas cambien
y haya más justicia en este mundo.
Espíritu de Jesús,
Espíritu Santo de Dios,
fuerza de vida nueva,
aliéntanos,
danos esperanza,
construye
un corazón nuevo en cada uno
para que hagamos juntos
la gran fraternidad
soñada, vivida, ofrecida
por la entrega de Jesús
y confirmada por el Padre
en la Resurrección.
Ven a nosotros,
para que aprendamos
a ser comunidad,
para que cambiemos de vida,
para que sigamos a Jesús,
¡Ven, Espíritu, Ven! Amén
Espíritu de Jesús!
Enséñanos a vivir unidos,
ayúdanos a zanjar diferencias,
revélanos el mejor camino
para ser fieles al Padre.
Descubre nuestros errores,
nuestras falencias,
nuestros orgullos y pecados,
conviértenos.
Haz que vivamos para servir,
sin ansías de poder,
sin “transas” con el poder.
Enséñanos a andar junto al pueblo,
arrimando nuestra levadura,
que es tu vida,
tus opciones, tus preferencias.
Enséñanos a aprender de otros
que dan su vida
para que las cosas cambien
y haya más justicia en este mundo.
Espíritu de Jesús,
Espíritu Santo de Dios,
fuerza de vida nueva,
aliéntanos,
danos esperanza,
construye
un corazón nuevo en cada uno
para que hagamos juntos
la gran fraternidad
soñada, vivida, ofrecida
por la entrega de Jesús
y confirmada por el Padre
en la Resurrección.
Ven a nosotros,
para que aprendamos
a ser comunidad,
para que cambiemos de vida,
para que sigamos a Jesús,
¡Ven, Espíritu, Ven! Amén
LECTIO DIVINA
Subimos a Jerusalén, allí el
Hijo del hombre será entregado
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 10, 32-45
Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus
discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo.
Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a
suceder:
«Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos
sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los
paganos: ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y
tres días después, resucitará.»
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:
«Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.»
Él les respondió: «¿Qué quieren que haga por ustedes?»
Ellos le dijeron: «Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda, cuando estés en tu gloria.»
Jesús le dijo: «No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y
recibir el bautismo que yo recibiré?»
«Podemos», le respondieron.
Entonces Jesús agregó: «Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el
mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no
me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido
destinados.»
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra
ellos. Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que aquellos a quienes se
considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al
contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que
quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del
hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por
una multitud.»
Palabra del
Señor.
LECTURA
- ¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Guías para la lectura:
Los discípulos
comienzan a tomar conciencia de que Jesús está marchando hacia el final de su
vida terrena. Perciben ya que la oposición a Jesús se va recrudeciendo, y por
eso se sorprenden ante la decisión y el coraje de Jesús que marcha a la cabeza,
y comienzan a sentir miedo.
Jesús anuncia
por tercera vez su pasión, confirmando la preocupación de los discípulos. Pero
los discípulos piensan sobre todo en la gloria que Jesús alcanzará y la
entienden como un reinado glorioso en la tierra. Por eso Santiago y Juan piden
un lugar destacado en ese nuevo Reino.
Jesús, con
admirable paciencia, quiere hacerles notar que compartir su Reino implica
también compartir los sufrimientos propios de la pasión, pero ellos responden
que están dispuestos a acompañarlo en todo. Sin embargo, Jesús indica que eso
no basta, porque el que asigna los puestos es el Padre.
Además, en la
nueva comunidad, la autoridad será más servicio que gloria, donde no se tratará
de imponer la autoridad sino de usarla para servir como esclavo de los demás. Y
al mismo tiempo que Jesús destaca ese nuevo estilo, lo contrapone a los poderes
políticos, sobre todo imperiales, que dominan despóticamente y hacen sentir el
rigor de la autoridad.
MEDITACIÓN
- ¿QUÉ ME DICE EL TEXTO BÍBLICO?
Preguntas para la
meditación:
¿Fueron los
seguidores temerosos más perceptivos de lo que Jesús iba a afrontar que
los discípulos cercanos como Santiago y Juan?
¿Por qué Jesús
les dice que no saben lo que piden?
¿Por qué luego
Jesús les adelanta lo que ellos también van a vivir por ser sus discípulos?
ORACIÓN
- ¿QUÉ LE DIGO A DIOS A PARTIR DEL TEXTO BÍBLICO?
Jesús, ayúdame a
convencerme de que mi grandeza está en el servicio humilde y desinteresado;
libérame de estar pendiente de puestos y lugares de gloria, para entregarme con
un corazón despojado a servirte en los hermanos.
CONTEMPLACIÓN
- ¿CÓMO INTERIORIZO EL TEXTO BÍBLICO?
Repito y
reflexiono las palabras de Jesús:
“…el que
quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el
primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino
para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.”
ACCIÓN
- ¿CÓMO VOY A VIVIR EL TEXTO BÍBLICO?
¿Busco un
lugar en la iglesia que me represente poder o prestigio?
¿De qué manera
muestro mi predisposición de servicio antes de ser servido?
¿Cómo imitaré
el liderazgo servicial de Jesús como su discípulo?
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