11 de noviembre de 2017 – TO – SÁBADO DE LA XXXI SEMANA
No se puede
servir a Dios y al dinero
Lectura de la carta del apóstol san Pablo
a los cristianos de
Roma 16, 3-9. 16. 22-27
Hermanos:
Saluden a Prisca y a Aquila, mis
colaboradores en Cristo Jesús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no
sólo yo, sino también todas las Iglesias de origen pagano, tienen con ellos una
deuda de gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa.
No se olviden de saludar a mi amigo
Epéneto, el primero que se convirtió a Cristo en Asia Menor. Saluden a María,
que tanto ha trabajado por ustedes; a Andrónico y a Junia, mis parientes y
compañeros de cárcel, que son apóstoles insignes y creyeron en Cristo antes que
yo. Saluden a Ampliato, mi amigo querido en el Señor; a Urbano, nuestro
colaborador en Cristo, y también a Estaquis, mi querido amigo.
Salúdense mutuamente con el beso de paz.
Todas las Iglesias de Cristo les envían saludos.
Yo, Tercio, que he servido de amanuense,
los saludo en el Señor. También los saluda Gayo, que me brinda hospedaje a mí y
a toda la Iglesia. Finalmente, les envían saludos Erasto, el tesorero de la
ciudad y nuestro hermano Cuarto.
¡Gloria a Dios, que tiene el poder de
afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y
revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad y que
ahora se ha manifestado! Este es el misterio que, por medio de los escritos
proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las
naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. ¡A Dios, el único sabio, por
Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 2-3.
4 y 6. 10-11 (R.: 1b)
R. Bendeciré tu
Nombre eternamente, Señor.
Señor día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar.
¡Grande es el Señor y muy digno de
alabanza:
su grandeza es insondable! R.
Cada generación celebra tus acciones
y le anuncia a las otras tus portentos:
Ellas publican sus tremendos prodigios
y narran tus grandes proezas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder. R.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san
Lucas 16, 9-15
Jesús decía a sus discípulos:
«Gánense amigos con el dinero de la
injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las
moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel
en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo
mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les
confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará
lo que les pertenece a ustedes?
Ningún servidor puede servir a dos
señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el
primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero.»
Los fariseos, que eran amigos del dinero,
escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. El les dijo: «Ustedes aparentan
rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es
estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.»
Palabra del Señor.
Para
reflexionar
Como en cada final de carta, Pablo saluda
a unas personas cuyos nombres cita pero que en su mayoría son desconocidos.
Eran cristianos colaboradores de Pablo de los primeros tiempos. Roma, como gran
metrópoli, vivía el continuo paso de personas de todo el Imperio. Pablo conocía
sin duda a algunos cristianos que se habían trasladado allí e incluso algunos
romanos.
Aquilas y Prisca son un matrimonio
cristiano que reúnen en su casa a un grupo de otros cristianos para celebrar la
eucaristía. Y los cristianos que están con Pablo se unen a él para firmar la
carta.
La carta termina con un grito de
admiración frente al misterio de Cristo como clave de la historia y del destino
de todo hombre.
La palabra “misterio” en san Pablo evoca
«el proyecto de Dios que se revela poco a poco a través de la historia».
Pero no se revelará plenamente hasta el
mundo futuro. El «designio» de Dios es constituir una humanidad reconciliada
con Dios y consigo misma. El final de la historia humana es una humanidad «que
ama», unida a Dios y en la que están unidos los unos a los otros.
La fe permite al hombre comulgar con este
proyecto de Dios, corresponder a él y participar de él.
Este proyecto es el fruto de la
«sabiduría» de Dios. El, el sabio por excelencia, ¡el único sabio!
En las recomendaciones finales Pablo
exhorta a los cristianos a ser «listos para lo bueno y simples para lo malo»,
es decir: prudentes en la sencillez y sencillos en la prudencia, con palabras
similares a las de Jesús cuando recomienda a sus discípulos que sean «prudentes
como serpientes y sencillos como palomas».
***
Para ilustrar la diferencia entre los
discípulos auténticos y los fariseos Lucas opone, al administrador deseoso de
darle a cada uno su ración, y al fariseo, que es amigo del dinero y de los
honores, y que, sobre todo, se hace dueño de la Ley. Los fariseos con su modo
de ser legalista se distanciaron completamente del verdadero Dios, del Dios
vivo de la justicia y lo suplantaron por una ley escrita. El servicio que Dios
quiere en verdad, fue suplantado por el servicio a la codicia y al provecho
personal. Por eso, no comprenden la invitación dirigida a los pobres y a los
pecadores a participar de la vida Reino, y el gozo de éstos al poder
participar.
Para Jesús sólo cabe una actitud en el
hombre que ha recibido el amor gratuito de Dios: imitar esa gratuidad.
Almacenar esa gracia para provecho personal, como el hombre rico que llena sus
graneros, conduce a la muerte. El verdadero discípulo es aquel que “administra”
esta gracia en provecho de todos los hombres y, de ese modo, se comporta como
un administrador digno de confianza.
El que almacena sirve a Mamón, el Dios del
dinero; el verdadero discípulo sirve a Dios. El Dios del dinero a quienes le
rinden culto les hace creer que tienen todo asegurado en esta vida. Los
convierte, muchas veces, en tiranos de sus hermanos y manipuladores de la
realidad.
El Dios de la vida por el contrario,
muestra cómo el camino para la realización del ser humano pasa por la libertad
de conciencia, la solidaridad con los hermanos y la búsqueda del bien común. El
Reino de Dios se construye en la acogida, en el perdón, en la fraternidad, en
la responsabilidad mutua; la ambición por el dinero nos encierra celosamente en
nuestros tesoros.
El uso de los bienes y del dinero es algo
ineludible, pero con él se pueden hacer infinidad de cosas nobles y positivas,
a lo cual llama Jesús “hacer amigos”, es decir, administrar los bienes y el
dinero con justicia, con equidad; no utilizarlo en el propio provecho, para
sembrar injusticia, dolor y muerte.
Los bienes de la tierra, han sido
ofrecidos en vistas a establecer la comunión entre todos los hombres. El dinero
debe servir para hacernos amigos, y eso puede realizarse solamente, si somos
capaces de compartirlo con los demás.
El dinero está a nuestro servicio, no
nosotros al suyo. Darle al dinero su valor de mero intercambio y trabajar por
un mundo construido sobre la base de la solidaridad, no sobre el acaparamiento,
el dominio y la usura, es la consigna de vida para el discípulo.
Para
discernir
¿Qué lugar le damos al dinero en nuestra
vida?
¿Qué bienes ocupan el primer lugar en
nuestra escala de valores?
¿Hemos claudicado ante algún valor por el
dinero?
Repitamos a
lo largo de este día
…Hazme un administrador fiel Señor…
Para la
lectura espiritual
«Ganaos amigos con el dinero injusto»
…«Abraham estaba sentado a la puerta de la
tienda en el momento en que el calor del día era más fuerte» (Gn 18,1). Cuando
los demás estaban descansando, él aguardaba la venida de eventuales huéspedes.
Con ello mereció que Dios, en la encina de Mambré, llegara hasta él que buscaba
tan ansiosamente ejercer la hospitalidad…
Sí, es cosa buena la hospitalidad, y tiene
su particular recompensa: atrae pronto la gratitud de los hombres; recibe
también – lo cual es más importante- una paga de parte de Dios. En esta tierra
de exilio todos somos huéspedes pasajeros. Por un tiempo nos alojamos bajo un
techo; pronto será necesario desalojarlo. ¡Estemos atentos! Si hemos sido duros
o negligentes en acoger a los extranjeros, una vez acabado el curso de esta
vida, los santos podrán, a su vez, rechazarnos y no acogernos. «Ganaos amigos
con el dinero injusto, dice el Señor en el Evangelio, a fin de ser recibidos en
las moradas eternas»…
Por otra parte, ¿acaso sabes si es a Dios
a quien recibes, cuando piensas que sólo tienes que habértelas con unos
hombres? Abraham acoge a unos viajeros; en realidad recibe en su casa a Dios y
a sus ángeles. También tú, cuando acoges a un extranjero, acoges a Dios. El Señor
Jesús lo afirma en su Evangelio: «Era un extranjero y me acogisteis. Lo que
hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt
25,35.40)”…
San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de Milán y doctor
de la Iglesia
Sobre Abraham, I, 5, 32-35
Para rezar
Querido Dios
Querido Dios,
no sé si hay gente capaz de contemplar
cómo vives Tú en la pobreza,
mientras ellos quieren seguir siendo ricos…
no sé si hay gente capaz de contemplar
cómo vives Tú en la pobreza,
mientras ellos quieren seguir siendo ricos…
No puedo concebir que haya amor
sin un imperioso deseo de ser iguales;
especialmente, de compartir todas las penas
y contrariedades de la vida…
sin un imperioso deseo de ser iguales;
especialmente, de compartir todas las penas
y contrariedades de la vida…
Cómo se puede ser rico, vivir confortablemente,
en medio de cosas de mi propiedad,
cuando Tú has vivido pobre, incómodo,
fatigado y agobiado por el trabajo.
Yo no podría vivir de otra manera.
en medio de cosas de mi propiedad,
cuando Tú has vivido pobre, incómodo,
fatigado y agobiado por el trabajo.
Yo no podría vivir de otra manera.
Carlos de Foucauld
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